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[Pasado] Propicio para los jóvenes
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[Pasado] Propicio para los jóvenes
El Libro de los Cambios escribió:63. Fuego y Agua: Consecución completa.
Propicia hasta para los jóvenes. Será favorable mantenerse firme, porque el principio será afortunado.
Si bien nunca había llegado a ingresar oficialmente en el Templo del Agua, la formación de Zhu había corrido a cargo de sus monjes, por lo que había interiorizado muchas de sus enseñanzas. De entre ellas, la consulta del Libro de los Cambios para la toma de decisiones era la que le había guiado en aquel viaje. Sintiendo la llamada del mundo, había consultado el libro relacionando los trigramas con sus posibles destinos, descubriendo que la combinación del fuego y el agua adivinaban ser propicios para los jóvenes. Sin más pensamientos, cogió sus cosas y partió hacia el Templo del Fuego. Siendo uno de los Templos en Kisokama resultaba más accesible y, aunque se le consideraba el más peligroso de todos, esa minucia no iba a detener al decidido joven.
El viaje había transcurrido de manera tranquila. El caluroso verano ya se había despedido y los árboles teñían el camino de la paleta de colores del otoño en las hojas caídas. El crujido de los pasos en el camino y el sonido áspero del viento al arrastrarlas resultaban un agradable acompañamiento.
Si bien por su altura y complexión fuerte podría ser confundido con un extranjero, su vestuario de estilo imperial tradicional y la naginata que cargaba a su espalda señalaban su origen Taogami. Lo que no había forma de ocultar era su aura juvenil y vivaz. Con cada viajero que se encontraba o en cada población que cruzaba no podía evitar detenerse a charlar y echarles una mano con lo que necesitaran, lo que había alargado su viaje bastantes más días de lo planeado.
Pero, finalmente, había llegado a las inmediaciones del Templo de Fuego. Incluso desde la distancia, aquel lugar resultaba impresionante. Daba igual que ya lo hubiera visto en otras ocasiones. Completamente de piedra, seguía despertando un sentimiento de fuerza y la sensación de que los poderes que desarrollaban en su interior podrían liberarse en cualquier momento. Y, sin embargo, aquello no hacía más que despertar la juvenil admiración de Zhu.
Con pasos acelereados, cruzó la distancia que le alejaba del comienzo del recinto y buscó a alguien a quien dirigirse y que le pudiera orientar en su curiosidad.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
Era un buen día de verano en el Templo del Fuego de Taogami, el sol estaba en su cenit y parecía que el astro rey no dejaría descansar a nadie hasta que se recogiera. Taneki Akodo tenía que hacer la guardia del templo, pero no a las puertas sino en los alrededores. El Templo del Fuego era un lugar sagrado y prohibido para la mayor parte de la población del imperio, tanto por su cara espiritual como por la utilitaria.
Buena parte del famoso arsenal de Taogami era desarrollado aquí, no sólo eso; sino que buena parte de sus fuerzas de élite provenían de este lugar. El camino de la armonía obligaba a todos los adeptos a pasar por todos los templos, al menos durante un período de tiempo corto, pero muchos no estaban interesados en esa búsqueda y se dedicaban a desarrollar su lado violento. Poder, fuerza, destreza marcial... Eran palabras muy repetidas en el templo del fuego.
La vigilancia del templo consistía en una serie de esferas que, ocultas en las copas de los árboles, alertaban a la guardia de la presencia y del lugar por el que se acercaba un intruso. Taneki, situado en el puesto de guardia, solo tuvo que deducir el camino que tomaría el recién llegado que, para variar, era el más sensato para alcanzar la puerta del templo.
El templo, de piedra, se alzaba majestuoso entre las montañas; pero Taogami era rico en bosques y manantiales naturales, por lo que a su alrededor también había una gigantesca biodiversidad que nada tenía que envidiar a las selvas de Kasai. Una extraña contradicción: vida y destrucción. Naturaleza y Civilización. Para un adepto de Taogami no era nada especial... Era el camino de la armonía universal de todos los elementos.
-¡Servicio de Seguridad de Taogami!- exclamó Taneki mientras salía de detrás de un árbol- Está usted en un área restringida.
Dicho esto, el ángel que había aparecido a la espalda del visitante debido a que estaba oculto tras un árbol, llevó su mano a su katana. Era un mero protocolo, pues su deber le pedía averiguar primero quien era y asegurarse de que no era un espía... De hecho, por su apariencia en un primer instante había pensado que era un Nimgrades o un Kardasiano.
Por supuesto, el joven samurai- que apenas tenía experiencia- esperaba una explicación por parte de ese extraño visitante... Si al acercarse hubiera visto que tenía la cara de un occidental, no hubiera dudado en cortarle el cuello sin mediación alguna.
Buena parte del famoso arsenal de Taogami era desarrollado aquí, no sólo eso; sino que buena parte de sus fuerzas de élite provenían de este lugar. El camino de la armonía obligaba a todos los adeptos a pasar por todos los templos, al menos durante un período de tiempo corto, pero muchos no estaban interesados en esa búsqueda y se dedicaban a desarrollar su lado violento. Poder, fuerza, destreza marcial... Eran palabras muy repetidas en el templo del fuego.
La vigilancia del templo consistía en una serie de esferas que, ocultas en las copas de los árboles, alertaban a la guardia de la presencia y del lugar por el que se acercaba un intruso. Taneki, situado en el puesto de guardia, solo tuvo que deducir el camino que tomaría el recién llegado que, para variar, era el más sensato para alcanzar la puerta del templo.
El templo, de piedra, se alzaba majestuoso entre las montañas; pero Taogami era rico en bosques y manantiales naturales, por lo que a su alrededor también había una gigantesca biodiversidad que nada tenía que envidiar a las selvas de Kasai. Una extraña contradicción: vida y destrucción. Naturaleza y Civilización. Para un adepto de Taogami no era nada especial... Era el camino de la armonía universal de todos los elementos.
-¡Servicio de Seguridad de Taogami!- exclamó Taneki mientras salía de detrás de un árbol- Está usted en un área restringida.
Dicho esto, el ángel que había aparecido a la espalda del visitante debido a que estaba oculto tras un árbol, llevó su mano a su katana. Era un mero protocolo, pues su deber le pedía averiguar primero quien era y asegurarse de que no era un espía... De hecho, por su apariencia en un primer instante había pensado que era un Nimgrades o un Kardasiano.
Por supuesto, el joven samurai- que apenas tenía experiencia- esperaba una explicación por parte de ese extraño visitante... Si al acercarse hubiera visto que tenía la cara de un occidental, no hubiera dudado en cortarle el cuello sin mediación alguna.
Taneki Akodo- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
El aviso que surgió a sus espaldas reavivó una serie de recuerdos de infancia. ¡Cuántas veces le habían gritado eso (y cosas peores y más personalizadas) en el entorno del Templo del Agua! De hecho, antes de ser completamente consciente, se había detenido en seco con apenas un traspié sobre el suelo enlosado del camino. Con las manos en alto para dejar claras sus buenas intenciones se giró.
Una amplia sonrisa acompañaba a su mirada de admiración cuando terminó de encararse con el samurái. La máscara Tengu, el pelo blanco… Debía de tratarse de un importante guerrero del Templo (ni se planteó que un importante guerrero del Templo seguramente tendría cosas más importantes que hacer que dar avisos).
- ¡Genial! ¡Precisamente estaba buscando a alguien del Templo! Pero… bueno, antes un pequeño detalle. -Zhu, con lentitud, bajó una mano bien estirada con el índice extendido señalando al suelo a su espalda, entre ellos y el Templo – Técnicamente no estoy dentro de la zona restringida, si lo sabré yo, con la de veces que me ha gritado Kosui sensei por eso, pero se sabe que el recinto donde uno se mete en líos es a partir del cambio en el camino. Antes es un poco “ten cuidado, pero vale”.
Había muchas cosas que se aprendían desde pequeño viviendo cerca de un templo, y en caso de Zhu era conocer hasta dónde se podía llegar antes de que una travesura se convirtiera en un problema, especialmente cuando el maestro Kosui parecía tener un sexto sentido para detener a los niños que trataban de robar alguna fruta de su jardín del Templo.
Su sonrisa se ensanchó y una expresión de ligera superioridad se dibujó en su cara, no siempre uno podía anotarse un punto con alguno de los guardias de un templo. Sin embargo, al mirar de reojo la zona a la que señalaba, se expresión se congeló un instante y pasó a componer una sonrisa nerviosa mientras se rascaba la nuca.
- ¡Oh, vaya! ¿Podemos hacer como que no ha pasado, senpai?
El lugar al que señalaba estaba enlosado con las losas que marcaban la parte del camino que era el recinto estricto del Templo, pero también se extendían bajo sus pies, quedando la zona donde claramente cambiaba el diseño entre Zhu y Taneki, lo que evidentemente colocaba al recién llegado en la zona donde uno podía “meterse en líos”, tal y como él mismo había explicado.
Una amplia sonrisa acompañaba a su mirada de admiración cuando terminó de encararse con el samurái. La máscara Tengu, el pelo blanco… Debía de tratarse de un importante guerrero del Templo (ni se planteó que un importante guerrero del Templo seguramente tendría cosas más importantes que hacer que dar avisos).
- ¡Genial! ¡Precisamente estaba buscando a alguien del Templo! Pero… bueno, antes un pequeño detalle. -Zhu, con lentitud, bajó una mano bien estirada con el índice extendido señalando al suelo a su espalda, entre ellos y el Templo – Técnicamente no estoy dentro de la zona restringida, si lo sabré yo, con la de veces que me ha gritado Kosui sensei por eso, pero se sabe que el recinto donde uno se mete en líos es a partir del cambio en el camino. Antes es un poco “ten cuidado, pero vale”.
Había muchas cosas que se aprendían desde pequeño viviendo cerca de un templo, y en caso de Zhu era conocer hasta dónde se podía llegar antes de que una travesura se convirtiera en un problema, especialmente cuando el maestro Kosui parecía tener un sexto sentido para detener a los niños que trataban de robar alguna fruta de su jardín del Templo.
Su sonrisa se ensanchó y una expresión de ligera superioridad se dibujó en su cara, no siempre uno podía anotarse un punto con alguno de los guardias de un templo. Sin embargo, al mirar de reojo la zona a la que señalaba, se expresión se congeló un instante y pasó a componer una sonrisa nerviosa mientras se rascaba la nuca.
- ¡Oh, vaya! ¿Podemos hacer como que no ha pasado, senpai?
El lugar al que señalaba estaba enlosado con las losas que marcaban la parte del camino que era el recinto estricto del Templo, pero también se extendían bajo sus pies, quedando la zona donde claramente cambiaba el diseño entre Zhu y Taneki, lo que evidentemente colocaba al recién llegado en la zona donde uno podía “meterse en líos”, tal y como él mismo había explicado.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
En el Templo del Fuego se desarrollaban la mayor parte de las armas de Taogami. Aquí se entrenaban sus principales guerreros, pero también se desarrollaban armas de toda clase a índole que permitían a este país oriental ser una potencia a nivel mundial sin tener una industria o una actividad tecnológica convencional. Concretamente, en este templo se controlaban materiales y magias muy volátiles, peligrosas e impredecibles. Si algo salía mal, no sólo el templo sino un área muy grande los alrededores podía verse afectada.Afortunadamente, la seguridad había mejorado con los años y hacía tiempo que no había una catástrofe de tal magnitud.
Taneki era un guardia del más bajo nivel, un recién llegado al templo y, por eso mismo, se tomaba muy en serio su trabajo. Una falta ante sus superiores podía suponer el fin de su carrera y, frente a su futuro y un desconocido, Taneki Akodo tenía muy clara su prioridad.
- Esto no es el templo del agua o del aire- afirmó de forma tajante Akodo- Aquí trabajamos con un elemento peligroso y, además del área estricta del templo, hay una zona acordonada.- dicho esto guardó silencio y añadió- Si ahora mismo el elemento fuego se descontrolara y los sacerdotes no pudieran contenerlo, tu morirías y la culpa sería mía.
Si esto ocurría, seguramente Taneki también moriría pero el objetivo era salvar la vida de los inocentes:
-No soy ningún senpai, ¿que te trae hasta aquí? Se claro- la sonrisa complaciente de la cara de aquel muchacho, que jugaba con cosas sin tener consciencia de lo que estaba en juego, irritaba al guerero.
Taneki era un guardia del más bajo nivel, un recién llegado al templo y, por eso mismo, se tomaba muy en serio su trabajo. Una falta ante sus superiores podía suponer el fin de su carrera y, frente a su futuro y un desconocido, Taneki Akodo tenía muy clara su prioridad.
- Esto no es el templo del agua o del aire- afirmó de forma tajante Akodo- Aquí trabajamos con un elemento peligroso y, además del área estricta del templo, hay una zona acordonada.- dicho esto guardó silencio y añadió- Si ahora mismo el elemento fuego se descontrolara y los sacerdotes no pudieran contenerlo, tu morirías y la culpa sería mía.
Si esto ocurría, seguramente Taneki también moriría pero el objetivo era salvar la vida de los inocentes:
-No soy ningún senpai, ¿que te trae hasta aquí? Se claro- la sonrisa complaciente de la cara de aquel muchacho, que jugaba con cosas sin tener consciencia de lo que estaba en juego, irritaba al guerero.
Taneki Akodo- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
La explicación tenía sentido, el fuego era así. Y técnicamente había rebasado el perímetro (además del área extra de seguridad, pero eso no le parecía preocupante). Abrió su boca para tratar de disculparse, pero decidió que argumentar que precisamente había sido la aparición del otro lo que le había hecho cruzar esa frontera seguramente empeoraría la situación. También, estaba claro que el guardia era de los que cumplían su trabajo al pie de la letra.
- En realidad creo que hay bastante acuerdo en que, en general, tendría bien merecido lo que me pase. ¿Hum? - no esperaba que negara el rango, en general, incluso no siéndolo, había gente a la que le gustaba esa cortesía, y ese guardia no estaba entre ellos, así que estaba claro que tenía que empezar a tomarse la situación más en serio. Se puso firme y se presentó como era debido - Soy Zhu, Chunyu Zhu. Aproximadamente discípulo del Agua cambiante. Es decir, he estudiado el Libro de los Cambios, sé leer la variabilidad en los tallos de milenrama y las tres monedas, conozco la danza de las armas y he sido instruido en la naginata, pero no he sido formalmente reconocido como acólito del agua así que aún desconozco aún los aprendizajes profundos.
En realidad, siendo sincero, habría algunas puntualizaciones que hacer, como que no dominaba de memoria el Libro de los Cambios, su profundidad en la lectura de los oráculos de los tallos y la moneda era más bien superficial, pero sí que había sido adiestrado en la filosofía de las aguas y parte de su estilo de combate. Terminó su presentación con una reverencia de 45 grados, la más adecuada para disculparse. Curiosamente se podía apreciar que tenía cierto dominio y práctica con ella ya que la naginata a su espalda se mantuvo en una posición inocua (había cierto episodio en su pasado en que ese tipo de inclinación había requerido de otra posterior…).
- Y he venido a iniciarme en la filosofía del fuego. Mis maestros opinan que necesito ser consciente de que el fuego quema, pero que “el oro legítimo no teme al fuego”. -
En realidad no tenía muy claro lo que le habían querido decir con ello, era evidente que el fuego quemaba, ya lo del oro le tenía algo más mosca, pero en general esas cosas tendían a ir en la dirección de que algo de disciplina en su carácter no le vendría mal.
- Perdone mi imprudencia, guardian-san. Aún soy leña verde y debo llenar mi corazón de los saberes correctos.
Se sintió muy orgulloso de su última frase, era sincera y, además, había quedado bien construida. Igual había dado un tono demasiado solemne y temía que al otro le parecieran palabras vacías. Quizás no bastara para arreglar su mal primer paso, pero era lo mejor que podía ofrecer en aquel momento.
- En realidad creo que hay bastante acuerdo en que, en general, tendría bien merecido lo que me pase. ¿Hum? - no esperaba que negara el rango, en general, incluso no siéndolo, había gente a la que le gustaba esa cortesía, y ese guardia no estaba entre ellos, así que estaba claro que tenía que empezar a tomarse la situación más en serio. Se puso firme y se presentó como era debido - Soy Zhu, Chunyu Zhu. Aproximadamente discípulo del Agua cambiante. Es decir, he estudiado el Libro de los Cambios, sé leer la variabilidad en los tallos de milenrama y las tres monedas, conozco la danza de las armas y he sido instruido en la naginata, pero no he sido formalmente reconocido como acólito del agua así que aún desconozco aún los aprendizajes profundos.
En realidad, siendo sincero, habría algunas puntualizaciones que hacer, como que no dominaba de memoria el Libro de los Cambios, su profundidad en la lectura de los oráculos de los tallos y la moneda era más bien superficial, pero sí que había sido adiestrado en la filosofía de las aguas y parte de su estilo de combate. Terminó su presentación con una reverencia de 45 grados, la más adecuada para disculparse. Curiosamente se podía apreciar que tenía cierto dominio y práctica con ella ya que la naginata a su espalda se mantuvo en una posición inocua (había cierto episodio en su pasado en que ese tipo de inclinación había requerido de otra posterior…).
- Y he venido a iniciarme en la filosofía del fuego. Mis maestros opinan que necesito ser consciente de que el fuego quema, pero que “el oro legítimo no teme al fuego”. -
En realidad no tenía muy claro lo que le habían querido decir con ello, era evidente que el fuego quemaba, ya lo del oro le tenía algo más mosca, pero en general esas cosas tendían a ir en la dirección de que algo de disciplina en su carácter no le vendría mal.
- Perdone mi imprudencia, guardian-san. Aún soy leña verde y debo llenar mi corazón de los saberes correctos.
Se sintió muy orgulloso de su última frase, era sincera y, además, había quedado bien construida. Igual había dado un tono demasiado solemne y temía que al otro le parecieran palabras vacías. Quizás no bastara para arreglar su mal primer paso, pero era lo mejor que podía ofrecer en aquel momento.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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(17/100)
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
Inclinándose en señal de respeto, aceptó la presentación y las palabras del joven Chunyu Zhu, que en el fondo no era tan joven si lo comparaba con él mismo pues, hasta hacía muy poco, no había tenido el honor de comenzar con sus primeras misiones para el Templo.
Llevaba muchos años entrenándose para ser entrenado en el Templo del Fuego, pero hasta hacía unos meses no había logrado acceder y, recientemente, había sido encargado de la seguridad exterior.
-Akodo, Taneki Akodo- dijo mientras por primera vez quitaba la mano de su katana- Si crees que eres digno de formar parte de nuestra comunidad, adelante.
En ese momento, empezó a caminar y pasó junto a Zhu para acompañarlo hacia el interior del Templo. El lugar, poco a poco, iba pasando de ser un lugar frondoso y exuberante de vida a ser un espacio seco y rocoso aunque, la distancia entre ambos mundos, era mínima.
Las puertas del gigantesco Templo del Fuego se abrieron de par en par para permitir el acceso de los guerreros, para uno sería la primera vez que viera su interior y para el otro... Sería igualmente impresionante.
Generalmente permanecía en atento a todo en un torreón camuflado por las rocas y por el espacio natural, entraba a menudo al Templo; pero no solía usar el acceso principal. Desde la entrada, circundada por grandes murallas y torreones de piedra de estilo oriental, se accedía a un gigantesco patio donde cientos de discípulos se entrenaban en el arte de la naginata. La mayoría eran tradicionales, aunque de un excelso acero, pero algunos eran auténticos maestros en su manejo y lograban ganarse el derecho de portar armas maestras de la fuerza elemental de Taogami: naginatas de acero incandescente, de eléctrico filo, de gélido de haz, etc. No eran armas comparables al poder que podía controlar un inmortal con un cristal de Entelequia, pero daban la posibilidad a Taogami de compararse con las fuerzas de otros países.
Al fondo, arqueros de todas las partes del gigantesco archipiélago de Taogami, practicaban el tiro con arco con flechas explosivas que, entre unos muñecos que parecían humanos, causaban un auténtico caos. Algunos portaban flechas que, al ser lanzadas, eran casi tan rápidas como una bala y otros, con arcos especiales, eran capaces de lanzar varias flechas a la vez y con una maestría abrumadora. Los efectos de área, la mortalidad del disparo o la sutileza del mismo dependían del tirador...
En el interior del templo de piedra y más al fondo aún, se escuchaban explosiones derivadas del uso del elemento del fuego ¿Que se "cocía" en el interior de aquel edificio de piedra? Solo los adeptos lo sabían.
-Aunque este templo es famoso por el manejo de la naginata... Yo adopté un estilo más clasico y elemental, cuestión de gustos y prioridades, pero quiero convertirme en un buen conocedor del arte de la esgrima con la katana.
Dicho esto apareció uno de los grandes maestros del templo, era un anciano que portaba la túnica rojiza del los adeptos del fuego con intrincados ornamentos dorados y cobrizos que daban muestra de su alta situación en la jerarquía del lugar. No por ello parecía ostentoso, más bien era una forma de vestir con suma dignidad. Era un hombre mayor, prácticamente un anciano y llevaba una larga barba que parecía ir a juego con su sabiduría. No dijo nada, pero se acercó a ambos muchachos y observó a Zhu en silencio.
¿Lo estaría midiendo? ¿Esperaba algo? ¿Protocolo o valía?
Llevaba muchos años entrenándose para ser entrenado en el Templo del Fuego, pero hasta hacía unos meses no había logrado acceder y, recientemente, había sido encargado de la seguridad exterior.
-Akodo, Taneki Akodo- dijo mientras por primera vez quitaba la mano de su katana- Si crees que eres digno de formar parte de nuestra comunidad, adelante.
En ese momento, empezó a caminar y pasó junto a Zhu para acompañarlo hacia el interior del Templo. El lugar, poco a poco, iba pasando de ser un lugar frondoso y exuberante de vida a ser un espacio seco y rocoso aunque, la distancia entre ambos mundos, era mínima.
Las puertas del gigantesco Templo del Fuego se abrieron de par en par para permitir el acceso de los guerreros, para uno sería la primera vez que viera su interior y para el otro... Sería igualmente impresionante.
Generalmente permanecía en atento a todo en un torreón camuflado por las rocas y por el espacio natural, entraba a menudo al Templo; pero no solía usar el acceso principal. Desde la entrada, circundada por grandes murallas y torreones de piedra de estilo oriental, se accedía a un gigantesco patio donde cientos de discípulos se entrenaban en el arte de la naginata. La mayoría eran tradicionales, aunque de un excelso acero, pero algunos eran auténticos maestros en su manejo y lograban ganarse el derecho de portar armas maestras de la fuerza elemental de Taogami: naginatas de acero incandescente, de eléctrico filo, de gélido de haz, etc. No eran armas comparables al poder que podía controlar un inmortal con un cristal de Entelequia, pero daban la posibilidad a Taogami de compararse con las fuerzas de otros países.
Al fondo, arqueros de todas las partes del gigantesco archipiélago de Taogami, practicaban el tiro con arco con flechas explosivas que, entre unos muñecos que parecían humanos, causaban un auténtico caos. Algunos portaban flechas que, al ser lanzadas, eran casi tan rápidas como una bala y otros, con arcos especiales, eran capaces de lanzar varias flechas a la vez y con una maestría abrumadora. Los efectos de área, la mortalidad del disparo o la sutileza del mismo dependían del tirador...
En el interior del templo de piedra y más al fondo aún, se escuchaban explosiones derivadas del uso del elemento del fuego ¿Que se "cocía" en el interior de aquel edificio de piedra? Solo los adeptos lo sabían.
-Aunque este templo es famoso por el manejo de la naginata... Yo adopté un estilo más clasico y elemental, cuestión de gustos y prioridades, pero quiero convertirme en un buen conocedor del arte de la esgrima con la katana.
Dicho esto apareció uno de los grandes maestros del templo, era un anciano que portaba la túnica rojiza del los adeptos del fuego con intrincados ornamentos dorados y cobrizos que daban muestra de su alta situación en la jerarquía del lugar. No por ello parecía ostentoso, más bien era una forma de vestir con suma dignidad. Era un hombre mayor, prácticamente un anciano y llevaba una larga barba que parecía ir a juego con su sabiduría. No dijo nada, pero se acercó a ambos muchachos y observó a Zhu en silencio.
¿Lo estaría midiendo? ¿Esperaba algo? ¿Protocolo o valía?
Taneki Akodo- Guerrero Celestial
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(26/100)
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
Suspiró aliviado al ver que el guardia aceptaba sus palabras y le devolvía la inclinación. No había sido un buen comienzo, pero tampoco había sido tan nefasto como podría. Además, había conseguido la oportunidad de acceder y podría conocer el interior del Templo. Sin embargo, ya que no quería tentar más a la suerte, logró cerrar la boca antes de preguntarle sobre la familia Akodo y ofenderle. Recordaba que era una familia enfocada al camino del guerrero, pero no estaba seguro de su especialidad, así que optó por seguirle hacia el interior.
Allí ya no pudo contener una exhalación de asombro, a juego con su cara. Podía ver más armas de la familia de la suya propia en manos de lo que podría ser todo un ejército. Incluso las más sencillas cantaban al surcar el aire con un filo que parecía poder cortar la luz misma. Sin embargo, las más impresionantes eran aquellas que habían superado sus limitaciones terrenales y habían sido evolucionadas hacia los principios mismos del Tao. No necesitaba tener una en la mano para afirmar su excelencia. Bastaba ver sus movimientos para ver que las propiedades añadidas respetaban el espíritu del arma, sin sacrificar su equilibrio o esencia como a veces pasaba en otros países.
Tuvo que acelerar el paso para seguir a Taneki ya que prácticamente se había detenido embobado a apreciar aquellas armas, de ahí que su visión el resto de las armas fuera más somera, pero no por ello menos asombrosa.
- Ah, entiendo, Akodo san. Entonces tienes que pasarte algún día por el Agua. El estilo fluido de allí con las espadas es bastante impresionante. Un poco por eso he querido venir aquí. Me plantearon la naginata como medio de controlar un poco el poder de mi fuego y, bueno, aquí estoy. Así que, si algún día te pasas, ¡podría presentarte a algún monje! Seguro que le caes bien a Taki-sensei, también es bastante… recto.
Había dudado del adjetivo, pero estaba contento con la elección final. Y, de ese modo, llegaron a plantarse ante uno de los maestros del templo. No podía ser otra cosa. Era algo que tenían en común los Maestros a los que había conocido, su rango, a menudo marcado en sus ropas, sin embargo, parecía fluir de ellos mismos.
Sin dudarlo, tomó la naginata de su espalda librándola de su sujeción con un suave y preciso movimiento y la sostuvo en su mano derecha, realizando una inclinación de cabeza haca el maestro. Tras ello, la tomó con ambas manos y, con suavidad, dirigió su hoja envainada en la funda de madera hacia el suelo ante él para después dar un paso adelante y elevar la punta hasta que su asta estuvo paralela al suelo apuntando al maestro. El muchacho inspiró con solemnidad y se arrodilló en el suelo, inclinando de nuevo el arma hacia el suelo como si el arma ofreciera sus respetos y terminó sosteniéndola con ambas manos con las palmas hacia arriba ofreciéndosela al Maestro.
- Esta es mi arma. Escúchela.
Confiaba en que el monje maestro la tomara y pudiera apreciar todo lo que había detrás. Su densidad y peso superior a lo habitual para sacar partido a la fuerza del muchacho en un arma pensada para desviar y abrir espacios en el campo de batalla. Un arma que parecía más conforme al poder del fuego que al cambio del agua y, sin embargo, en su asta y su vaina podían apreciarse algunos de los símbolos de las bases de la variabilidad, todo ello símbolos de que alguien con conocimiento de causa había redirigido la potencia en cierto control.
- Si lo desea, maestro, puedo hacerla cantar.
Allí ya no pudo contener una exhalación de asombro, a juego con su cara. Podía ver más armas de la familia de la suya propia en manos de lo que podría ser todo un ejército. Incluso las más sencillas cantaban al surcar el aire con un filo que parecía poder cortar la luz misma. Sin embargo, las más impresionantes eran aquellas que habían superado sus limitaciones terrenales y habían sido evolucionadas hacia los principios mismos del Tao. No necesitaba tener una en la mano para afirmar su excelencia. Bastaba ver sus movimientos para ver que las propiedades añadidas respetaban el espíritu del arma, sin sacrificar su equilibrio o esencia como a veces pasaba en otros países.
Tuvo que acelerar el paso para seguir a Taneki ya que prácticamente se había detenido embobado a apreciar aquellas armas, de ahí que su visión el resto de las armas fuera más somera, pero no por ello menos asombrosa.
- Ah, entiendo, Akodo san. Entonces tienes que pasarte algún día por el Agua. El estilo fluido de allí con las espadas es bastante impresionante. Un poco por eso he querido venir aquí. Me plantearon la naginata como medio de controlar un poco el poder de mi fuego y, bueno, aquí estoy. Así que, si algún día te pasas, ¡podría presentarte a algún monje! Seguro que le caes bien a Taki-sensei, también es bastante… recto.
Había dudado del adjetivo, pero estaba contento con la elección final. Y, de ese modo, llegaron a plantarse ante uno de los maestros del templo. No podía ser otra cosa. Era algo que tenían en común los Maestros a los que había conocido, su rango, a menudo marcado en sus ropas, sin embargo, parecía fluir de ellos mismos.
Sin dudarlo, tomó la naginata de su espalda librándola de su sujeción con un suave y preciso movimiento y la sostuvo en su mano derecha, realizando una inclinación de cabeza haca el maestro. Tras ello, la tomó con ambas manos y, con suavidad, dirigió su hoja envainada en la funda de madera hacia el suelo ante él para después dar un paso adelante y elevar la punta hasta que su asta estuvo paralela al suelo apuntando al maestro. El muchacho inspiró con solemnidad y se arrodilló en el suelo, inclinando de nuevo el arma hacia el suelo como si el arma ofreciera sus respetos y terminó sosteniéndola con ambas manos con las palmas hacia arriba ofreciéndosela al Maestro.
- Esta es mi arma. Escúchela.
Confiaba en que el monje maestro la tomara y pudiera apreciar todo lo que había detrás. Su densidad y peso superior a lo habitual para sacar partido a la fuerza del muchacho en un arma pensada para desviar y abrir espacios en el campo de batalla. Un arma que parecía más conforme al poder del fuego que al cambio del agua y, sin embargo, en su asta y su vaina podían apreciarse algunos de los símbolos de las bases de la variabilidad, todo ello símbolos de que alguien con conocimiento de causa había redirigido la potencia en cierto control.
- Si lo desea, maestro, puedo hacerla cantar.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Nivel:
(17/100)
Cristal Entelequia:
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
Taneki escuchó atentamente las palabras de Chunyu Zhu, aunque no era un adepto de ningún templo, creía que de alguna forma tenía mucho potencial. Su actitud le parecía sumamente impropia para cualquier aspirante a seguir el noble arte marcial de los elementos de Taogami, pero quizás había algo más tras ello. Tampoco quería ser tajante a este respecto, el tan sólo era un iniciado que acababa de llegar a este templo ¿Quién era él para juzgar nada?
-Considero que un auténtico guerrero de los senderos de nuestro pueblo debe formarse en todos y cada uno de los elementos. Todos aportan algo a ese fin último, todos forman parte de un mismo camino, y su utilidad para conquistar la auténtica maestría es incuestionable - sin duda, su estilo podía acercarse más al agua, pero la fuerza y la destrucción del fuego eran necesarias para manejar bien la katana-. Por tanto si, acudiré.
Por otro lado, en las últimas décadas, la guerra contra los demonios hizo que los ángeles de Taogami cambiaran parcialmente los planteamientos de su conocimiento ancestral. Su imperio no podía aspirar a tener la tecnología de Occidente, pero con algunas técnicas de aquel mundo y su conocimiento de la armonía elemental del universo, podían desarrollar una especie de tecnomagia que, para muchos, era aún mejor que el estilo occidental. En este camino, tradición y progreso habrían formado una simbiosis difícilmente comprensible para mentes extranjeras pero, en última instancia, cada templo cumplía ahora una importante función dentro de la estructura social y militar del imperio. El antiguo saber no se había perdido, pero aparentemente era más fácil encontrar militar en el Fuego y sanadores en el Agua. ¿Sería un camino erróneo a la larga? A la vista, estaban sus frutos pero, quizás, Chunyu Zhu había incidido en detalles acerca del antiguo camino de Taogami que estaban siendo obviados en los últimos tiempos.
El gran maestro del Templo del Fuego, Lei Shen, observó al joven aspirante sin decir palabra alguna pero, por sus gestos y actitud, aceptó las muestras de respeto de Zhu. El maestro tomó la naginata entre sus manos pero, en su rostro, no había muestra de sentimiento alguno sino una severidad y una serenidad absoluta. Mostrar cualquier tipo de actitud hacia Chunyu habría sido inapropiado pues merecía una valoración imparcial y total. El anciano, tras sopesar y apreciar el valor del arma, tan sólo dijo:
-Adelante.
Chunyu Zhu había superado, por tanto, la primera prueba.
-Considero que un auténtico guerrero de los senderos de nuestro pueblo debe formarse en todos y cada uno de los elementos. Todos aportan algo a ese fin último, todos forman parte de un mismo camino, y su utilidad para conquistar la auténtica maestría es incuestionable - sin duda, su estilo podía acercarse más al agua, pero la fuerza y la destrucción del fuego eran necesarias para manejar bien la katana-. Por tanto si, acudiré.
Por otro lado, en las últimas décadas, la guerra contra los demonios hizo que los ángeles de Taogami cambiaran parcialmente los planteamientos de su conocimiento ancestral. Su imperio no podía aspirar a tener la tecnología de Occidente, pero con algunas técnicas de aquel mundo y su conocimiento de la armonía elemental del universo, podían desarrollar una especie de tecnomagia que, para muchos, era aún mejor que el estilo occidental. En este camino, tradición y progreso habrían formado una simbiosis difícilmente comprensible para mentes extranjeras pero, en última instancia, cada templo cumplía ahora una importante función dentro de la estructura social y militar del imperio. El antiguo saber no se había perdido, pero aparentemente era más fácil encontrar militar en el Fuego y sanadores en el Agua. ¿Sería un camino erróneo a la larga? A la vista, estaban sus frutos pero, quizás, Chunyu Zhu había incidido en detalles acerca del antiguo camino de Taogami que estaban siendo obviados en los últimos tiempos.
El gran maestro del Templo del Fuego, Lei Shen, observó al joven aspirante sin decir palabra alguna pero, por sus gestos y actitud, aceptó las muestras de respeto de Zhu. El maestro tomó la naginata entre sus manos pero, en su rostro, no había muestra de sentimiento alguno sino una severidad y una serenidad absoluta. Mostrar cualquier tipo de actitud hacia Chunyu habría sido inapropiado pues merecía una valoración imparcial y total. El anciano, tras sopesar y apreciar el valor del arma, tan sólo dijo:
-Adelante.
Chunyu Zhu había superado, por tanto, la primera prueba.
Taneki Akodo- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
El muchacho esperó con aparente paciencia, pero interna impaciencia, el dictamen del maestro. Seguro que en Templo del Fuego las armas no tenían secretos en su interior y, por un momento, temió que hubiera fallas ocultas en su arma que demostraran su falta de valía. Bien pensado, sus tratos previos con otros maestros habían sido más informales y empezaba a sentir esa presión. Sin embargo, una parte de ella se aligeró ante la palabra. Estuvo tentado de mostrar su alegría o emoción, pero logró contenerlo. Seguramente la tensión en la comisura de los labios o una casi imperceptible contracción de los dedos de sus manos no pasaría inadvertidas para nadie con un entrenamiento riguroso, pero, para tratarse de Zhu, era toda una contención.
Durante unos segundos no tuvo muy claro cómo continuar. Resultaba evidente que cogérsela de la mano del Maestro estaba descartado, es más, estaba seguro por experiencia propia de que, de intentarlo, pese a sus buenas intenciones, no solo no la cogería, sino que seguramente tendría que esperar al siguiente Maestro del Fuego (cosa que podía llevar mucho más tiempo del que le gustaría). Por fortuna, al repetir el gesto de la ofrenda, el maestro Lei Shen la depositó de nuevo en sus manos. Zhu, controlando su respiración y acompasándola con cada movimiento, se incorporó, aún con la naginata sobre las palmas extendidas y, ya en pie comenzó la muestra.
En primer lugar las cortesías de ofrenda del arma, inclinándola como si el arma reverenciara al Gran Maestro y a Akodo, primero desde cerca, luego, tras alzarla de nuevo, retroceder unos pasos, mostrando así que conocía el alcance de su arma, y volver a ofrecer el saludo a los dos del Fuego. Después, inclinación, al suelo de nuevo, retirar la vaina de madera de la hoja, dejando al metal brillar pulido y, casi sorprendentemente, cuidado, levantarse de nuevo, saludar con sendas inclinaciones a Akodo y Lei Shen, colocar la vaina bien colocada en el suelo ante él, saludar de nuevo con el arma y, finalmente (estaba bastante seguro de no haber perdido la cuenta con los saludos necesarios, pero llegaba el momento en que surgían dudas) empuñar el arma a dos manos, zurda adelantada y diestra retrasada.
Y comenzó la danza. Su velocidad no era nada del otro mundo, un humano entrenado podría igualarla. Sin embargo, con cada corte, el aire se veía desplazado con fuerza, pero deteniéndose en seco al final del movimiento en el punto casi exacto, en la vertical de la línea que marcaba la vaina. Con cada corte, cambiaba el agarre para que el asta no favoreciera siempre el mismo costado en su movimiento, sino alternara. Cortes verticales, bloqueos dinámicos con la hoja trazando semicírculos sobre y tras su cabeza, cortes ascendentes que dibujaban círculos enlazados a cada lado, cortes diagonales a cada lado, cortes verticales y horizontales con desplazamiento que dibujaban una U… Los básicos. Se sintió más que tentado de demostrar sus movimientos más elaborados e incluso alguno de los suyos propios, pero descartó los primeros por no parecer pretencioso y los segundos porque estaba seguro de que nadie apreciaría su Dragón Danzante de las Mareas Vivas Versión 4 (mejor no preguntar por las versiones previas).
Finalmente, volvió a ofrecer la naginata sobre sus dos manos palma arriba a Lei Shen, esta vez en pie y con la hoja desenvainada. Su reacción era la importante en aquel caso, aunque Zhu no había dejado de buscar también alguna reacción que le dijera si iba bien o mal en Taneki, pero se quedaría con la duda porque, bueno, la máscara.
Durante unos segundos no tuvo muy claro cómo continuar. Resultaba evidente que cogérsela de la mano del Maestro estaba descartado, es más, estaba seguro por experiencia propia de que, de intentarlo, pese a sus buenas intenciones, no solo no la cogería, sino que seguramente tendría que esperar al siguiente Maestro del Fuego (cosa que podía llevar mucho más tiempo del que le gustaría). Por fortuna, al repetir el gesto de la ofrenda, el maestro Lei Shen la depositó de nuevo en sus manos. Zhu, controlando su respiración y acompasándola con cada movimiento, se incorporó, aún con la naginata sobre las palmas extendidas y, ya en pie comenzó la muestra.
En primer lugar las cortesías de ofrenda del arma, inclinándola como si el arma reverenciara al Gran Maestro y a Akodo, primero desde cerca, luego, tras alzarla de nuevo, retroceder unos pasos, mostrando así que conocía el alcance de su arma, y volver a ofrecer el saludo a los dos del Fuego. Después, inclinación, al suelo de nuevo, retirar la vaina de madera de la hoja, dejando al metal brillar pulido y, casi sorprendentemente, cuidado, levantarse de nuevo, saludar con sendas inclinaciones a Akodo y Lei Shen, colocar la vaina bien colocada en el suelo ante él, saludar de nuevo con el arma y, finalmente (estaba bastante seguro de no haber perdido la cuenta con los saludos necesarios, pero llegaba el momento en que surgían dudas) empuñar el arma a dos manos, zurda adelantada y diestra retrasada.
Y comenzó la danza. Su velocidad no era nada del otro mundo, un humano entrenado podría igualarla. Sin embargo, con cada corte, el aire se veía desplazado con fuerza, pero deteniéndose en seco al final del movimiento en el punto casi exacto, en la vertical de la línea que marcaba la vaina. Con cada corte, cambiaba el agarre para que el asta no favoreciera siempre el mismo costado en su movimiento, sino alternara. Cortes verticales, bloqueos dinámicos con la hoja trazando semicírculos sobre y tras su cabeza, cortes ascendentes que dibujaban círculos enlazados a cada lado, cortes diagonales a cada lado, cortes verticales y horizontales con desplazamiento que dibujaban una U… Los básicos. Se sintió más que tentado de demostrar sus movimientos más elaborados e incluso alguno de los suyos propios, pero descartó los primeros por no parecer pretencioso y los segundos porque estaba seguro de que nadie apreciaría su Dragón Danzante de las Mareas Vivas Versión 4 (mejor no preguntar por las versiones previas).
Finalmente, volvió a ofrecer la naginata sobre sus dos manos palma arriba a Lei Shen, esta vez en pie y con la hoja desenvainada. Su reacción era la importante en aquel caso, aunque Zhu no había dejado de buscar también alguna reacción que le dijera si iba bien o mal en Taneki, pero se quedaría con la duda porque, bueno, la máscara.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
El maestro le devolvió la naginata al aspirante, el cual no tardó en comenzar a hacerla danzar ante la presencia de Lei Shen y de Taneki. Akodo intentó mostrarse sereno e impenetrable, la máscara hacía mucho al respecto porque la bajo la misma su mirada era de completa sorpresa y fascinación; aún así, leves gestos en sus manos o su cuerpo indicaban su expectación y sorpresa. En cambio, el maestro Shen era una máscara pétrea sin expresión alguna y miraba fijamente al joven aprendiz de la naginata sin dar un atisbo de valoración alguna.
Poco a poco, los adeptos del Templo del Fuego empezaron a pararse ante aquella escena y, manteniendo la distancia y el respeto, observaron interesados la danza de Chunyu Zhu porque, de hecho, era todo un espectáculo para la vista. Cierto era que no tenía la velocidad de cualquier inmortal bien entrenado pero, claramente, el muchacho se tomaba muy en serio su aprendizaje y su técnica. A ojos de Taneki, aunque su falta de formalidad era ofensiva, también mostraba el corazón necesario ¿Sería todo ello suficiente para el maestro?
Tampoco se podía decir que Chunyu se hubiera arriesgado con movimientos extraños, avanzados o personales. Para Taneki aquello era virtud, la humildad era necesaria para adentrarse en los caminos de la armonía de los elementos. Cuando hubo acabado, el maestro se quedó durante un buen rato mirando al ángel aspirante y el pequeño grupo de adeptos del templo, que se habían reunido por la zona, contuvo la respiración.
-Akodo, conduce a nuestro nuevo aprendiz al interior de las estancias del Templo del Fuego- dicho esto miró fijamente y con severidad a Chunyu-. Mañana a primera hora comienza su trabajo con Yasuo Tojo.
Taneki, alegrado en buena medida, se inclinó ante su gran maestro como de respeto y, sin añadir más, condujo a Chunyu Zhu al interior de las estancias del templo. Aunque el exterior era de piedra, las estancias del interior eran de un bello y solemne estilo clásico, por lo que buena parte de las mismas eran de la tradicional idesia de Taogami. Por supuesto, cualquiera sabría que gracias a la sabiduría de los sacerdotes, aquella madera había sido tratada para ser ignífuga.
-El maestro ha depositado una gran confianza en ti- comentó Taneki mientras caminaban por los pasillos del Templo-. Yasuo Tojo es el mayor experto en el arte de la naginata del Templo del Fuego...
De alguna forma, el Lei Shen había visto algo dentro del alma de Chunyu Zhu y creía que un entrenamiento duro y continuo con el mayor maestro de la naginata lo podría convertir en un gran experto de ese arte...¿Decepcionaría Zhu esas expectativas?
Poco a poco, los adeptos del Templo del Fuego empezaron a pararse ante aquella escena y, manteniendo la distancia y el respeto, observaron interesados la danza de Chunyu Zhu porque, de hecho, era todo un espectáculo para la vista. Cierto era que no tenía la velocidad de cualquier inmortal bien entrenado pero, claramente, el muchacho se tomaba muy en serio su aprendizaje y su técnica. A ojos de Taneki, aunque su falta de formalidad era ofensiva, también mostraba el corazón necesario ¿Sería todo ello suficiente para el maestro?
Tampoco se podía decir que Chunyu se hubiera arriesgado con movimientos extraños, avanzados o personales. Para Taneki aquello era virtud, la humildad era necesaria para adentrarse en los caminos de la armonía de los elementos. Cuando hubo acabado, el maestro se quedó durante un buen rato mirando al ángel aspirante y el pequeño grupo de adeptos del templo, que se habían reunido por la zona, contuvo la respiración.
-Akodo, conduce a nuestro nuevo aprendiz al interior de las estancias del Templo del Fuego- dicho esto miró fijamente y con severidad a Chunyu-. Mañana a primera hora comienza su trabajo con Yasuo Tojo.
Taneki, alegrado en buena medida, se inclinó ante su gran maestro como de respeto y, sin añadir más, condujo a Chunyu Zhu al interior de las estancias del templo. Aunque el exterior era de piedra, las estancias del interior eran de un bello y solemne estilo clásico, por lo que buena parte de las mismas eran de la tradicional idesia de Taogami. Por supuesto, cualquiera sabría que gracias a la sabiduría de los sacerdotes, aquella madera había sido tratada para ser ignífuga.
-El maestro ha depositado una gran confianza en ti- comentó Taneki mientras caminaban por los pasillos del Templo-. Yasuo Tojo es el mayor experto en el arte de la naginata del Templo del Fuego...
De alguna forma, el Lei Shen había visto algo dentro del alma de Chunyu Zhu y creía que un entrenamiento duro y continuo con el mayor maestro de la naginata lo podría convertir en un gran experto de ese arte...¿Decepcionaría Zhu esas expectativas?
Taneki Akodo- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
La espera pareció extenderse durante horas una vez terminó. Su corazón latía acelerado, mucho más de lo que justificaría el ejercicio y apenas podía controlarse para tener alguna salida propia, bueno, de él. Por ello, lo único que evitó que literalmente saltara y abrazara al maestro y a Taneki fueron que estaba bastante seguro de que aquello sería un billete al exterior, y no descartaba que fuera tan intenso que el exterior adquiriera un matiz transoceánico. Así que dedicó una reverencia, un tanto enérgica, pero lo contrario ya sería mucho pedir, al maestro y siguió a Akodo. Los pasillos, muy elegantes y solemnes, tal y como había esperado del Templo, apenas atrajeron la atención de Zhu mientras los recorrían, más interesado en las indicaciones de Tanaki.
- Y yo responderé, Akodo… ¿ahora sí que senpai? Tú puedes llamarme Chunyu-kun, o hasta -chan, o simplemente señala, con eso me basta. - En aquel momento el muchacho era un cúmulo de energía y felicidad, sonriendo de tal modo que a nadie sorprendería que se le desencajara la mandíbula - Ya verás, aprenderé todo lo que tenga para enseñarme el maestro Yasuo Tojo. Ya no solo por mi o por el templo, sino para que no te arrepientas de haberme dejado entrar. Haré que te sientas orgulloso y que cuando digan que lo estoy haciendo bien, sepan que Akodo-san tuvo la claridad de mente de, a ver cómo lo digo, no convertirme en sushi a pesar de ser yo mismo.
Al fin formaba parte de uno de los Templos. Con la instrucción que recibiría allí debería por fin ser capaz de desarrollar su potencial y ser un activo valioso para Taogami y lograr que su hogar siguiera siendo seguro a pesar de las amenazas que vagaban por el mundo. Con calma, sus pasos les fueron guiando hacia las estancias de los acólitos.
- Así que… ¿por dónde sueles andar cuando no estás de servicio? Igual podría saludarte de vez en cuando o algo así…
- Y yo responderé, Akodo… ¿ahora sí que senpai? Tú puedes llamarme Chunyu-kun, o hasta -chan, o simplemente señala, con eso me basta. - En aquel momento el muchacho era un cúmulo de energía y felicidad, sonriendo de tal modo que a nadie sorprendería que se le desencajara la mandíbula - Ya verás, aprenderé todo lo que tenga para enseñarme el maestro Yasuo Tojo. Ya no solo por mi o por el templo, sino para que no te arrepientas de haberme dejado entrar. Haré que te sientas orgulloso y que cuando digan que lo estoy haciendo bien, sepan que Akodo-san tuvo la claridad de mente de, a ver cómo lo digo, no convertirme en sushi a pesar de ser yo mismo.
Al fin formaba parte de uno de los Templos. Con la instrucción que recibiría allí debería por fin ser capaz de desarrollar su potencial y ser un activo valioso para Taogami y lograr que su hogar siguiera siendo seguro a pesar de las amenazas que vagaban por el mundo. Con calma, sus pasos les fueron guiando hacia las estancias de los acólitos.
- Así que… ¿por dónde sueles andar cuando no estás de servicio? Igual podría saludarte de vez en cuando o algo así…
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Propicio para los jóvenes
Habían llegado hasta el final de aquel largo pasillo, allí se encontraba la entrada a una habitación que hacía las veces de pequeño barracón. Era un espacio humilde, sencillo y muy austero, pero contaba con lo necesario para que los nuevos adeptos y aprendices del Templo pudieran descansar. Taneki había conducido a Zhu hasta la que sería, durante un tiempo, su nueva morada.
-Por el momento, me quedaré con el kun, Chunyu-kun.- para Taneki, el sufijo implicaba que había adquirido cierta confianza con el recién llegado al Templo y que le guardaba respeto por el camino que había tomado hasta el momento. Saber la edad de ambos, siendo ángeles, era difícil pues podían adoptar la apariencia física que quisieran y, teniendo Akodo la máscara, era aún difícil saberlo. Los ojos eran, a fin de cuentas, el espejo del alma; pero Taneki debía rondar la edad aproximada de Chunyu porque no llevaba mucho tiempo en el templo. Por supuesto, con su respuesta Akodo le daba permiso a Chunyu para ser correspondido de igual forma.
-Si estoy de permiso suelo bajar a la aldea más cercana- como todos los ángeles jóvenes- o, sencillamente, me quedo en las afueras del templo practicando mi arte o meditando junto al río.
Taneki, en el fondo, era un auténtico forofo de la naturaleza. Disfruta contemplando la tranquilad que se respiraba en los bosques que bordeaban el templo y gustaba de contemplar el armónico clima creado entre la conexión entre este y sus alrededor.
-Nos volvemos a ver muy pronto.
Así que, contento de haber ayudado a Zhu, se despidió con una respetuosa inclinación de su cabeza y se giró para volver a su ronda de vigilancia. Era un trabajo rutinario, para algunos era auténticamente aburrido, pero Taneki creía que era muy importante cumplir con el mismo con dignidad y diligencia.
-Por el momento, me quedaré con el kun, Chunyu-kun.- para Taneki, el sufijo implicaba que había adquirido cierta confianza con el recién llegado al Templo y que le guardaba respeto por el camino que había tomado hasta el momento. Saber la edad de ambos, siendo ángeles, era difícil pues podían adoptar la apariencia física que quisieran y, teniendo Akodo la máscara, era aún difícil saberlo. Los ojos eran, a fin de cuentas, el espejo del alma; pero Taneki debía rondar la edad aproximada de Chunyu porque no llevaba mucho tiempo en el templo. Por supuesto, con su respuesta Akodo le daba permiso a Chunyu para ser correspondido de igual forma.
-Si estoy de permiso suelo bajar a la aldea más cercana- como todos los ángeles jóvenes- o, sencillamente, me quedo en las afueras del templo practicando mi arte o meditando junto al río.
Taneki, en el fondo, era un auténtico forofo de la naturaleza. Disfruta contemplando la tranquilad que se respiraba en los bosques que bordeaban el templo y gustaba de contemplar el armónico clima creado entre la conexión entre este y sus alrededor.
-Nos volvemos a ver muy pronto.
Así que, contento de haber ayudado a Zhu, se despidió con una respetuosa inclinación de su cabeza y se giró para volver a su ronda de vigilancia. Era un trabajo rutinario, para algunos era auténticamente aburrido, pero Taneki creía que era muy importante cumplir con el mismo con dignidad y diligencia.
Taneki Akodo- Guerrero Celestial
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Sáb Nov 30, 2019 10:56 pm por Veridan
» Love Story (Petición Afiliación Élite)
Sáb Nov 30, 2019 11:45 am por Cassiel Lionflame