Un día cualquiera en el dojo.

por **Anger** Mar Sep 24, 2019 12:48 am

Recuerdo del primer mensaje :

Sen Zei era un país tranquilo, pero como toda región tranquila y prospera tiene su zona peligrosa. Los arrabales de Zairon era el suburbio más peligroso de toda Sen Zei. En aquel lugar las mafias reinaban y regían la ley mediante un código de honor pactado entre ellos. En aquella zona había un dojo que pertenecía a Hanzo Kakuma un distinguido asesino que entrenaba a sus discípulos en el noble arte del ninjutsu. Anger vivía allí aprendiendo de su maestro.

El joven demonio entro en una de las salas de entrenamiento de las que disponía el dojo. Se despojo de su calzado quedándose en calcetines sobre el tatami. Hanzo reñía muchas veces a Anger por no hacer una reverencia al terreno de enseñanza como era debido, pero a causa de que su maestro no estaba entro sin más y se sentó en medio de la habitación.

La habitación era una replica exacta a un antiguo salón de un palacio feudal. Las puertas correderas daban a un cristal especial que aislaba el ruido de afuera y transmitía sonido e imágenes de un río que salia de un bosque de bambú y cerezo. El rió acunaba muchas de las hojas de los arboles del cerezo y emitía un sonido muy tranquilizador. Las paredes de la habitación se podían abrir dejando ver un complejo sistema para acondicionar la sala, cambiar el paisaje o abrir un arsenal de armas de practicas perfecto para practicar.

El joven soltó un pequeño suspiro, mientras miraba la puerta esperando que de un momento a otro se abriera y apareciera su pequeña amiga Scarlet para poder seguir entrenando. Tal y como le había prometido días atrás.

- Llega tarde, como siempre...

Dijo echándose sobre el suelo y cerrando los ojos en busca de calmar su impaciencia gracias a los sonidos del río y de la suave brisa que podía oír del espejo.

por **Chunyu Zhu** Miér Nov 27, 2019 10:22 pm

Hacía rato que la posición del ángel se encontraba al límite absoluto. Aquel dolor en las costillas, sumando los golpes que había recibido con más intensidad de los que había dado, especialmente al principio del combate. Tras la embestida contra la pared apenas había podido desplazarse un paso, y en aquel momento, el daño acumulado, con la colaboración del recién llegado latigazo que acompañó al movimiento del gancho y estallido del empuje con el hombro. En condiciones normales no habría supuesto tanto, pero unido a la lesión del costillar, le hizo perder pie, fallar el gancho y caer acompañado de varios cascotes justo ante él. Aunque no todos, algunos, por fortuna no los más grandes, le golpearon sin grandes daños en sí, aunque generando espasmos que parecían estallar uno tras otro en su costado herido.

En aquel lugar, fuera del dojo en si a través de una pared, logró apoyarse contra la pared, sentado en el suelo mientras activaba la señal de aviso que alertaría al resto de ángeles del escuadrón, al menos aquellos que siguieran en pie. No sabía qué había sido de Zeon, y sí que los otros que habían asaltado el dojo estarían maltrechos, puede que fuera de circulación, pero el grupo de Izz, que había ido a explorar y asegurar las plantas superiores seguía activo por lo que sabía. Si nadie les había encarado y detenido, deberían estar ya descendiendo y cerca de lugar de la pelea cuando llegara la señal de Zhu.

El muchacho esperó cubierto de polvo, que se aglutinaba sobre las zonas húmedas de sangre, la mayoría poco visibles por el color del kimono, con una sonrisa resignada en su rostro. No se encontraba nada satisfecho. No solo no había podido apresar a uno de sus objetivos, sino que apenas podía tenerse en pie. Esa no era la clase de persona ni recurso para el Imperio que quería ser. Si no podía con algo tan sencillo, ¿cómo podría proteger lo que realmente quería proteger? Era una vergüenza.

Un día cualquiera en el dojo.

Un día cualquiera en el dojo.

Re: Un día cualquiera en el dojo.