[Pasado] El león de Muramasa

por **Chunyu Zhu** Mar Oct 15, 2019 10:35 pm

Los rumores llevaban varios días extendiéndose por la isla del Kisokama como arrastrados por el viento.
Al principio, algunos de los niños que hacían recados para la herrería Muramasa habían estado hablando del león. Un león que había ido a desafiar al maestro herrero. Un león que había destrozado un par de espadas. Un león que había devorado a un enorme extranjero y había destrozado sus armas… Lo único que había en común entre aquellas primeras historias era la idea del león, aunque no había acuerdo sobre el mismo. Solo eso ya había despertado cierto interés en Zhu. Los leones no eran un animal habitual en las islas del Imperio, y solo esas menciones bastaban para destacar.
Más tarde, ya en boca de las gentes de mayor edad de la isla, los rumores fueron tomando una forma más realista. Seguían conteniendo una importante carga leonina. Habían visto a un llamativo extranjero, al que pronto habían comenzado a referirse como “el León”. El León venía del continente. El León era imponente. El León había buscado un armero, pero no buscaba a los habilidosos forjadores de katanas. El León tenía un aspecto cuidado. El león tenía un aspecto descuidado... Eso último había despertado la curiosidad del chico oriental.

Finalmente, tras algunos días, por fin sus obligaciones y entrenamientos* le llevaron hasta los alrededores de la herrería. Aunque la herrería en sí era un complejo bien protegido y vigilado, no demasiado lejos de sus muros y límites se encontraba una modesta población que había surgido como lugar de descanso de las familias de los herreros que no se dedicaban a la forja, pero que había ido creciendo para responder a las necesidades tanto da forja y sus artesanos como de los visitantes que venían a aprender o a tratar de conseguir alguna de sus renombradas armas.

El sol todavía estaba alto en el cielo, aunque había comenzado su descenso, por lo que gran parte de la actividad de aquella pequeña comunidad giraba en torno a la hora del almuerzo. Precisamente, el joven Zhu, ataviado con sus tradicionales prendas, había logrado hacerse con un buen sitio** en una pequeña mesa al aire libre que daba al camino entre la herrería y las casas y pequeños negocios. Desde donde buscaba atentamente la presencia de aquel León, a quien, de aparecer, se quedaría mirando con tal atención, interés y curiosidad que si no desarrollaba visión de rayos x sería por los pelos. Sin embargo, como el joven estaba en edad de crecer (o eso le gustaba pensar a pesar de que en las últimas décadas apenas había incrementado su altura), decidió acompañar su espera de algunos platos típicos, a saber, lenguas de pato, patas de pollo y una ensalada de algas wakame.

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