Aine N. Kweendrag

Minerva 'Lux' Williams: Apodado 'Lux' de manera irónica por su entorno, Minerva es un demonio, a grandes rasgos, frío, calculador y distante, descrito así por muchos de los habitantes de la calle y de las personas que conforman su entorno. Tutor y padre postizo de la nephilim, a quien de forma sarcástica puso como segundo nombre, el de su padre fallecido a manos de ángeles clamando por ley y "justicia": Nag'el.

La relación entre estos dos personajes no es especialmente amorosa: es cordial, de respeto y simbiosis: a Minerva le interesó ser el beneficiario principal de su rebeldía con causa y a ella, le viene bien tener un “padre” respetado de quien poder sacar también algo de partido.

Piel pálida, casi tan blanca como la nieve. Detesta estar al sol porque se quema. Sus ojos claros y su piel son quizás lo que más destaca de ella. Su pelo corto, negro y desordenado, por encima de sus hombros.
No hay muchos detalles físicos de ella que se puedan destacar, además de los antes ya mencionados. Es bajita, su altura no sobrepasa el 1.50m y eso es una ventaja que utiliza demasiado bien cuando llega la hora de pelear con alguien: los golpes bajos siempre son los que más duelen. Complexión delgada, la normal para su adolescencia. Su pecho no es extremadamente desarrollado y sus caderas están al mismo nivel.

La caracteriza su sonrisa infantil y juguetona, y el color rojo que tanto le gusta vestir. Dice que así, si se mancha desangre, no habrá tanta diferencia entre un tono y otro.


Aine es… distinta. Es un nephilim dolido y resentido, por la crueldad con la que le han hecho creer que le ha tratado la vida, y estar al lado de un demonio tampoco ayuda a mejorar su situación.

Su comportamiento es muy similar al de cualquier humano de su edad, salvo por las diferencias raciales y la disciplina que Minerva trató de inculcar en ella. Lo intentó. Ciertamente, lo intentó, porque de poco le sirvió: hacerla una persona sensata y paciente fue todo un fracaso; le puede más su ansia por ver el mundo arder. Es obstinada, terca, persistente, impulsiva y por mucho que cueste creerlo, de mecha ciertamente difícil; fue eso quizás lo único que consiguió retener de las palizas que recibió. Y es que abrir la boca en un mal momento, se puede convertir en el peor de todos los que se pueden tener a lo largo de la vida.

Mal hablada, soez, prepotente y, cómo no, sumamente orgullosa de su raza. No se achanta ni se acobarda ante un demonio, mucho menos ante un ángel. A estos últimos les guarda un especial rencor. Simplemente, por ser lo que son. Son seres divinos que, según ella, deberían estar para ayudar, no para señalar quien es digno y quién no.

Detesta de sobremanera a los ángeles, ¿se ha puesto ya? No los soporta. Le parecen un invento de las divinidades demasiado “perfecta” y vanagloriosa como para existir. Pero ahí están, y ella no puede hacer nada por evitar eso. Salvo comérselos.

También siente cierta predisposición (incontrolable en algunas ocasiones) por desangrar primero su comida, beberse su sangre y después, zampársela. Culpa de Lux, por supuesto. Hay muchas cosas en su vida inducidas por ese bastado, por quien siente algo de cariño y desprecio al mismo tiempo.

Detesta el dolor físico, un dato que resulta realmente irónico. Los gritos le molestan, le enfadan y exasperan. Ella, por el contrario y a pesar de su carácter explosivo, trata de mantenerse "calmada" con este tipo de situaciones. Tiene la certeza de que cuanto menos responda a ciertas provocaciones, más molesta a la otra parte. Y eso, le encanta.


Hay personas que utilizan su estatus para "impartir el bien", otros se hacen llamar héroes, pero más allá de eso, todos están podridos. Están corruptos por su propia ambición de hacer el bien. Punto. Por eso da igual en qué bando uno se sitúe. Da igual lo que cada uno, de manera individual, haga. Para alguien, estará mal. E intentarán ajusticiarte, sentenciarte bajo su propia visión sobre la justicia y orden. Te señalará y será seguido por su turba.

-“Por eso hay que saber elegir qué bando te da más beneficios a largo plazo. Y ser hija de puta con quienes lo son contigo, porque en este mundo,- Hizo una enfática pausa. Parecía que lo hacía para coger un poco de aire, pero sólo fue necesario un segundo y continuó.- Hay gente que merece morir.”