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[Pasado]: Visitantes en el volcán
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[Pasado]: Visitantes en el volcán
el libro de los cambios escribió:
56. Montaña y fuego: El caminante.
Signo propicio para los asuntos menores. Si el caminante se mantiene firme, todo será afortunado
El corazón de la cultura taogami era el monte Kisokama. El antiguo volcán se alzaba imponente en el centro de la isla y, en sus laderas, se encontraban dos de los tres templos de la isla. El tercero, sin embargo, se encontraba en pleno centro del volcán y, no solo eso, también profundizaba en sus entrañas. El edificio del Templo, como los otros cuatro grandes de Taogami, era impresionante, pero lo que realmente hacía sobresalir a aquel eran sus campos de entrenamiento. En cualquier momento del día o de la noche podían encontrarse artistas marciales de diferentes ramas con sus particulares entrenamientos. Pues si bien no irradiaba la fiereza del fuego, la firmeza del mundo parecía hacerse presente allí. Y aquello, sorprendentemente para Zhu, hacía de aquel punto un centro espiritual. Sus maestros lo explicaban diciendo que solo quien tiene los pies sobre la tierra puede construir castillos en el aire.
Aunque fuera del cráter del volcán el astro rey ya llevaba tiempo visible, en aquel momento al fin tenía la suficiente altura como para alcanzar el interior. La luz se desparramaba como miel sobre las superficies haciendo que las sobras se alargaran primero y luego comenzaran a desaparecer.
Zhu observaba la escena sentado sobre uno de los muros bajos que limitaban algunas de las zonas. Había acudido al Templo con una carga de pescado que desde el Templo del Agua ofrecían a sus hermanos de la Tierra y, en recompensa, le habían permitido quedarse unos días para estudiar las enseñanzas básicas de la Tierra. Tras unas horas de estudio, se había aburrido y había acudido a ver los entrenamientos que allí se desarrollaban.
A pesar de que había dejado su naginata en el interior del Templo, seguía atrayendo alguna que otra mirada indiscreta. Entre los nativos de Taogami, su altura y complexión le hacían destacar, haciéndoles pensar en él como un extranjero. Por otro lado, los luchadores extranjeros parecían extrañarse de sus modos y vestuario orientales. Mientras tanto, él esperaba poder ver algún luchador con un estilo peculiar, o que al menos llamara tanto la atención que dejaran de mirarle y pudiera ser el propio Zhu el que observara.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
El Templo de la Tierra de Taogami era territorio de los Ángeles, el hogar del enemigo, las presas o el alimento, que necesitaba para subsistir. Aquel lugar era muchas cosas para Ekrion, y en otra ocasión habría disfrutado de saciar su hambre con el alma de algún Ángel incauto, pero no era el motivo que le había llevado allí esta vez.
El Nephilim se consideraba un practicante nato de las artes marciales, y aspiraba a obtener el título de Maestro algún día, pero aún le faltaba mucho por aprender, y eso era algo que podía sentir en sus propias carnes cada vez que viajaba a aquel lugar perdido de la mano de los primigenios. En las fauces de aquel imponente volcán siempre probaba sus habilidades hasta llegar al límite que le ofrecía su cuerpo, un límite que consideraba poco holgado para su gusto.
En aquel mismo instante, Ekrion se hallaba inmerso en una práctica con otros alumnos del templo, a uno de ellos lo había inmovilizado en el suelo, pero otros dos se abalanzaron sobre él sin perder tiempo. Incorporándose con presteza, golpeó el antebrazo de uno de sus atacantes con la palma de su mano, desviándolo de su trayectoria, al mismo tiempo que echaba su espalda hacia atrás y extendía su pierna derecha realizando un barrido con el que desestabilizar a su oponente, para finalmente derribarlo con un golpe de la palma de su mano en la mandíbula.
El segundo atacante sin embargo aprovechó para agarrarle desde atrás, rodeando su cuello con el brazo, para intentar un estrangulamiento con el que inmovilizarlo, pero fueron tres los codazos que el Nephilim le asestó en el costado, consiguiendo que aflojara su agarre y aprovechando esto para arquear su espalda hacia adelante y conseguir arrojarlo por encima de su cuerpo, usando la espalda como punto de apoyo para lanzarlo por el aire.
Con fuertes jadeos sonrió con picardía, satisfecho de sus habilidades y su destreza, pero entonces fue cuando uno de los maestros tan rápidamente que no pudo ni prepararse, le asestó una patada en el estómago dejándolo sin aire, luego realizó un giro con su cuerpo y le atinó una segunda en el mentón, levantándolo unos centímetros del suelo, para finalmente asestarle un puñetazo en la barriga que lo lanzó al suelo como un trapo usado.
Algo mareado por los golpes, el ángel herético intentó recomponerse y recuperar la vista del campo de entrenamiento, observando con la vista algo borrosa al maestro que le sonreía con autosuficiencia.
—No lo haces mal, pero confías demasiado solamente en tu velocidad... Para ser tan lento —espetó con sorna el maestro, para luego acercarse y tenderle el brazo para ayudarle a levantarse, el cual aceptó con gusto el Nephilim, incorporándose aún mareado tras semejante tunda—Veo que la mesura no es parte del entrenamiento, eso me gusta.
El Nephilim se consideraba un practicante nato de las artes marciales, y aspiraba a obtener el título de Maestro algún día, pero aún le faltaba mucho por aprender, y eso era algo que podía sentir en sus propias carnes cada vez que viajaba a aquel lugar perdido de la mano de los primigenios. En las fauces de aquel imponente volcán siempre probaba sus habilidades hasta llegar al límite que le ofrecía su cuerpo, un límite que consideraba poco holgado para su gusto.
En aquel mismo instante, Ekrion se hallaba inmerso en una práctica con otros alumnos del templo, a uno de ellos lo había inmovilizado en el suelo, pero otros dos se abalanzaron sobre él sin perder tiempo. Incorporándose con presteza, golpeó el antebrazo de uno de sus atacantes con la palma de su mano, desviándolo de su trayectoria, al mismo tiempo que echaba su espalda hacia atrás y extendía su pierna derecha realizando un barrido con el que desestabilizar a su oponente, para finalmente derribarlo con un golpe de la palma de su mano en la mandíbula.
El segundo atacante sin embargo aprovechó para agarrarle desde atrás, rodeando su cuello con el brazo, para intentar un estrangulamiento con el que inmovilizarlo, pero fueron tres los codazos que el Nephilim le asestó en el costado, consiguiendo que aflojara su agarre y aprovechando esto para arquear su espalda hacia adelante y conseguir arrojarlo por encima de su cuerpo, usando la espalda como punto de apoyo para lanzarlo por el aire.
Con fuertes jadeos sonrió con picardía, satisfecho de sus habilidades y su destreza, pero entonces fue cuando uno de los maestros tan rápidamente que no pudo ni prepararse, le asestó una patada en el estómago dejándolo sin aire, luego realizó un giro con su cuerpo y le atinó una segunda en el mentón, levantándolo unos centímetros del suelo, para finalmente asestarle un puñetazo en la barriga que lo lanzó al suelo como un trapo usado.
Algo mareado por los golpes, el ángel herético intentó recomponerse y recuperar la vista del campo de entrenamiento, observando con la vista algo borrosa al maestro que le sonreía con autosuficiencia.
—No lo haces mal, pero confías demasiado solamente en tu velocidad... Para ser tan lento —espetó con sorna el maestro, para luego acercarse y tenderle el brazo para ayudarle a levantarse, el cual aceptó con gusto el Nephilim, incorporándose aún mareado tras semejante tunda—Veo que la mesura no es parte del entrenamiento, eso me gusta.
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
En una eterna y fría noche una nave de vela de no muy grandes dimensiones surcaba la mar sobrevolando las inmensas olas que la embestían, una y otra vez; en ella viajaba una hermosa mujer de ojos carmesí que se protegía del agua con una negra capucha acabada en punta. Empapada se aferraba a la barandilla en la proa, y entusiasmada veía de lejos una enorme isla.
-¿Es la primera vez que viaja? -. Le oyó decir a otra mujer, detrás suya -No, pero nunca antes había llegado tan lejos -. Respondió ella sonriendo -¿Tanto se me nota? -.
Aquella noche los dioses estaban enojados, podía sentirse en el océano y en el cielo. La doncella había preferido beber cerveza en la bodega en lugar de dormir, junto a algunos desconocidos. Un gordinflón se la acercó con una jarra llena hasta desbordarse y se sentó con ella para contarle historias sobre como se forjan a los guerreros hasta transformarlos en seres aguerridos en el arte del combate en los volcanes de Taogami. No sabía si era la bebida, la marea, el barco o el amable hombre que la acompañaba en la mesa, pero en ese mismo instante cambiaron sus planes.
A la mañana siguiente un grupo de cinco personas se bajó en el puerto para dirigirse hacia la capital de Sen Zei, excepto la concubina de mirada escarlata y encapuchada.
-¿Estás segura? -. Le dijo una de sus acompañantes antes de partir hacia la capital.
-Confío en que sepas llevar la situación. Para nuestro rey es muy importante que las negociaciones salgan bien -. Respondió ella con seriedad -Vé, muy pronto volveremos a encontrarnos -.
Y así fue como la mujer demonio cuya apariencia engañaba a todos, partió hacia el Monte Kisokama con la esperanza de aprender de la cultura del enemigo y de las nobles artes marciales de Taogami.
-Allá vamos Shamshiel -. Hacia el Templo de la Tierra.
-¿Es la primera vez que viaja? -. Le oyó decir a otra mujer, detrás suya -No, pero nunca antes había llegado tan lejos -. Respondió ella sonriendo -¿Tanto se me nota? -.
Aquella noche los dioses estaban enojados, podía sentirse en el océano y en el cielo. La doncella había preferido beber cerveza en la bodega en lugar de dormir, junto a algunos desconocidos. Un gordinflón se la acercó con una jarra llena hasta desbordarse y se sentó con ella para contarle historias sobre como se forjan a los guerreros hasta transformarlos en seres aguerridos en el arte del combate en los volcanes de Taogami. No sabía si era la bebida, la marea, el barco o el amable hombre que la acompañaba en la mesa, pero en ese mismo instante cambiaron sus planes.
A la mañana siguiente un grupo de cinco personas se bajó en el puerto para dirigirse hacia la capital de Sen Zei, excepto la concubina de mirada escarlata y encapuchada.
-¿Estás segura? -. Le dijo una de sus acompañantes antes de partir hacia la capital.
-Confío en que sepas llevar la situación. Para nuestro rey es muy importante que las negociaciones salgan bien -. Respondió ella con seriedad -Vé, muy pronto volveremos a encontrarnos -.
Y así fue como la mujer demonio cuya apariencia engañaba a todos, partió hacia el Monte Kisokama con la esperanza de aprender de la cultura del enemigo y de las nobles artes marciales de Taogami.
-Allá vamos Shamshiel -. Hacia el Templo de la Tierra.
Lorelei- Prole de la Sombra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
De entre las diferentes escenas que transcurrían en la explanada, una pronto llamó la atención de Zhu. No muy lejos de donde se encontraban. Un joven rubio estaba practicando con otros tres alumnos y, sorprendentemente, no solo manteniéndoles a raya, sino superándoles al final. Zhu no pudo contener su expresión de admiración y una chispa de envidia, la sensación de fluidez y destreza que emanaba no se parecía a su propio estilo. Sin embargo, todo ello pronto se tornó en empatía ante el borrón de acciones del maestro que resultaron en el muchacho incorporándose de nuevo.
Zhu no dudó en acercarse y a abrirse paso hasta la zona donde el rubio se encontraba. No podía permitirse perder la oportunidad de verlo más de cerca, en parte porque esos rasgos no eran tan habituales por Taogami, en parte por la demostración de habilidad contra tres oponentes.
- ¡Sensei! ¿Puedo acompañarle hasta que vuelva al entrenamiento? ¡Prometo no agobiarle, sensei! – Zhu se había plantado ante el dúo formado por el maestro y el rubio y acompañado su petición de una leve inclinación de respeto. Tras ello se reincorporo y, con una sonrisa, flexionó el brazo derecho y palmeó el bíceps con la otra mano. – Puedo encargarme.
El maestro observó un momento a Zhu y luego a Ekrion. El último acababa de librar un combate y no estaría de más que reposara un poco, además, tampoco parecía adecuado que siguiera despachando alumnos del templo de varios en varios. Finalmente, se dirigió al rubio y le contestó.
- Me alegro de que te guste nuestro estilo. Cuando vuelvas a sentir la tierra firme, vuelve. Tal vez tenga contrincantes más adecuados.
Zhu sonrió todavía más cuando, tras aquellas palabras, el maestro le dedicó un breve asentimiento dándole su beneplácito antes de girarse hacia los otros tres muchachos del combate y dedicarles su plena atención y disciplina. De ese modo, Chunyu le tendió el brazo al rubio con intención de acompañarle a un lado del terreno de combate.
- En serio, eso ha sido genial. No es uno de nuestros estilos locales, ¿no? Es un poco serpiente con algo de dragón…
Zhu no dudó en acercarse y a abrirse paso hasta la zona donde el rubio se encontraba. No podía permitirse perder la oportunidad de verlo más de cerca, en parte porque esos rasgos no eran tan habituales por Taogami, en parte por la demostración de habilidad contra tres oponentes.
- ¡Sensei! ¿Puedo acompañarle hasta que vuelva al entrenamiento? ¡Prometo no agobiarle, sensei! – Zhu se había plantado ante el dúo formado por el maestro y el rubio y acompañado su petición de una leve inclinación de respeto. Tras ello se reincorporo y, con una sonrisa, flexionó el brazo derecho y palmeó el bíceps con la otra mano. – Puedo encargarme.
El maestro observó un momento a Zhu y luego a Ekrion. El último acababa de librar un combate y no estaría de más que reposara un poco, además, tampoco parecía adecuado que siguiera despachando alumnos del templo de varios en varios. Finalmente, se dirigió al rubio y le contestó.
- Me alegro de que te guste nuestro estilo. Cuando vuelvas a sentir la tierra firme, vuelve. Tal vez tenga contrincantes más adecuados.
Zhu sonrió todavía más cuando, tras aquellas palabras, el maestro le dedicó un breve asentimiento dándole su beneplácito antes de girarse hacia los otros tres muchachos del combate y dedicarles su plena atención y disciplina. De ese modo, Chunyu le tendió el brazo al rubio con intención de acompañarle a un lado del terreno de combate.
- En serio, eso ha sido genial. No es uno de nuestros estilos locales, ¿no? Es un poco serpiente con algo de dragón…
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
De manera inesperada, un peculiar y jovial individuo apareció en escena reclamando la atención de los presentes y pidiendo al maestro poder asistir a Ekrion. No era algo que considerara necesario, y después de haber dejado su orgullo un poco herido el maestro, no es que le hiciera mucha gracia ser tratado como una víctima desvalida, pero si algo le había enseñado el estudio de las artes marciales era a mantener el temple y la serenidad.
Cuando el maestro se retiró y el muchacho le tendió la mano, el Nephilim se la estrechó con una leve sonrisa de simpatía, parecía un tipo de lo más ingenuo y optimista, desconocía si era humano o de alguna otra raza inmortal, pero todo sea dicho, que le doraran la píldora no era algo que le disgustara al joven de cabello dorado.
—Desconozco si mi estilo son esos animales... Pero suele ser denominado como Eskrima, con algunos ligeros toques de cosecha propia y la combinación de algunos movimientos de Aikido —respondió Ekrion con una sonrisa serena, recuperándose un poco del aturdimiento al que le había sometido semejante vapuleo en tan sólo un segundo.
—Por tus ropas imagino que serás de aquí... —Dispuso el ángel oscuro, dejando abierta la frase para que el joven de rasgos afilados la acabara enunciando su nombre.
Cuando el maestro se retiró y el muchacho le tendió la mano, el Nephilim se la estrechó con una leve sonrisa de simpatía, parecía un tipo de lo más ingenuo y optimista, desconocía si era humano o de alguna otra raza inmortal, pero todo sea dicho, que le doraran la píldora no era algo que le disgustara al joven de cabello dorado.
—Desconozco si mi estilo son esos animales... Pero suele ser denominado como Eskrima, con algunos ligeros toques de cosecha propia y la combinación de algunos movimientos de Aikido —respondió Ekrion con una sonrisa serena, recuperándose un poco del aturdimiento al que le había sometido semejante vapuleo en tan sólo un segundo.
—Por tus ropas imagino que serás de aquí... —Dispuso el ángel oscuro, dejando abierta la frase para que el joven de rasgos afilados la acabara enunciando su nombre.
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
La fémina encapuchada había llegado ya a puerto y caminado un larguísimo y tedioso trecho cuando a pie del volcán dos intrusos la pararon.
-¡Alto! -. Ordenó un variopinto caballero con una lanza en la mano clavada en el pavimento. La mujer le miró desde la sombra de su capuchón con mala gana y luego observó a su compañero, un hombre calvo con una estúpida sonrisa dibujada en el rostro -Lo que me faltaba, dos idiotas -. Pensó.
-¿Qué esperas encontrarte aquí, mujer? -.
-Soy una turista -. Respondió ella con voz alta y firme -Me han hablado muy bien de la senda guerrera en los volcanes de Taogami ¿Seríais tan amable de mostrarme el camino? -. Los caballeros accedieron con gusto.
Largo rato después la hermosa demonio ataviada con una túnica ceñida al cuerpo y acompañada por el revoloteo del sobrante del lazo de su cinturón rojo, llegó a la cima junto con un lancero y un practicante de las nobles artes de Taogami.
-Hemos llegado, bienvenida al Templo de la Tierra.
La muchacha sonrío con sorna, maravillada y seducida por el encanto del lugar y por las apetitosas almas de los aguerridos caballeros que se encontraban allí. Pero lejos de saciar su apetito e instinto demoníaco, se despidió de los escoltas y comenzó a bajar al patio donde se estaban entrenando algunos hombres. Se plantó de pie fascinada y curiosa al llegar al terreno ¿Le estaría permitido a las mujeres pisar tales zonas? De reojo observó a un hermoso caballero con el pelo dorado y a un joven muchacho de metro ochenta y complexión fuerte, pero no les prestó demasiada atención; por ahora...
-¡Alto! -. Ordenó un variopinto caballero con una lanza en la mano clavada en el pavimento. La mujer le miró desde la sombra de su capuchón con mala gana y luego observó a su compañero, un hombre calvo con una estúpida sonrisa dibujada en el rostro -Lo que me faltaba, dos idiotas -. Pensó.
-¿Qué esperas encontrarte aquí, mujer? -.
-Soy una turista -. Respondió ella con voz alta y firme -Me han hablado muy bien de la senda guerrera en los volcanes de Taogami ¿Seríais tan amable de mostrarme el camino? -. Los caballeros accedieron con gusto.
Largo rato después la hermosa demonio ataviada con una túnica ceñida al cuerpo y acompañada por el revoloteo del sobrante del lazo de su cinturón rojo, llegó a la cima junto con un lancero y un practicante de las nobles artes de Taogami.
-Hemos llegado, bienvenida al Templo de la Tierra.
La muchacha sonrío con sorna, maravillada y seducida por el encanto del lugar y por las apetitosas almas de los aguerridos caballeros que se encontraban allí. Pero lejos de saciar su apetito e instinto demoníaco, se despidió de los escoltas y comenzó a bajar al patio donde se estaban entrenando algunos hombres. Se plantó de pie fascinada y curiosa al llegar al terreno ¿Le estaría permitido a las mujeres pisar tales zonas? De reojo observó a un hermoso caballero con el pelo dorado y a un joven muchacho de metro ochenta y complexión fuerte, pero no les prestó demasiada atención; por ahora...
Lorelei- Prole de la Sombra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
No era raro que desconociera la referencia a los animales, cayó ante el comentario, incluso en Taogami, había muchas escuelas, ramas y variantes y, bien pensado, ese estilo suyo podía tener rasgos similares a alguno de los otros, o al revés, lo mismo daba. De hecho, se reafirmó en esa teoría al saber que era un estilo personalizado. De todo lo que había dicho, solo había cosa que no le terminaba de convencer.
- ¿Esgrima? ¿Eso no usaba espadas? Nunca había oído que sirviera cuerpo a cuerpo. – Sin darle demasiada importancia, se encogió levemente de hombros siguiendo la conversación – Bah, pero sí, tienes algo de esos animales, velocidad y precisión, por mucho que diga el Maestro.
Se apartó un paso y se señaló de arriba a abajo. Previamente tuvo que sacudirse un poco algunas zonas algo sucias del polvo del murete en el que había estado sentado y arreglar bien alguno de los pliegues para que todo quedara bien colocado.
- Se me nota un poco, ¿no? Aunque, bueno, de aquí de aquí, no. – Dijo señalando la zona que abarcaba el volcán con un movimiento en arco del brazo – Si lo fuera, creo que tendría que ir algo más, cómo decirlo, ¿marcial? ¿monacal? Esa es la idea. Pero sí, de aquí en sentido amplio.
Con confianza, como si fuera lo más normal del mundo (y, por desgracia, para Zhu era más habitual de lo que podría esperarse), se alejó unos pasos del rubio y asumió una postura de combate de tigre, fundamentalmente caracterizada por las últimas falanges de los dedos flexionadas apuntando a las palmas. Plantando con firmeza los pies en el suelo, haciéndolo crujir muy ligeramente con el talón, lanzó un par de golpes hacia un lado. Seguramente no resultaran tan silbantes como los del extranjero, pero el chico estaba orgulloso de su potencia.
- Chunyu Zhu, de la isla del Kisokama. Y, aunque no lo parezca, todavía no he sido admitido como aprendiz en ningún templo, incluso a pesar de mi tigre. – sin dejar de sonreír, volvió a la posición de reposo y, tras una inclinación de saludo a Ekrion, volvió a acercarse – El nombre es Zhu, por cierto, que sé que a veces a los extranjeros os lía un poco. Porque, tú como que de por aquí no eres, ¿verdad? Con ese color de pelo y… ¿ojos rojos? Oye, perdona la indiscreción, pero… tú debes tener mucho éxito por esta zona, ¿no? Que, a ver, uno hace lo que puede, pero, sinceramente, solo con estar a tu lado ya me siento eclipsado.
El tono había ido adquiriendo un tono más cercano y casi de colegueo, incluso guiñándole un ojo al mencionar su probable “éxito”, sacando pecho y palmeándose en él al mencionarse a sí mismo para luego desinflarse con naturalidad al dejar escapar una carcajada.
- ¿Esgrima? ¿Eso no usaba espadas? Nunca había oído que sirviera cuerpo a cuerpo. – Sin darle demasiada importancia, se encogió levemente de hombros siguiendo la conversación – Bah, pero sí, tienes algo de esos animales, velocidad y precisión, por mucho que diga el Maestro.
Se apartó un paso y se señaló de arriba a abajo. Previamente tuvo que sacudirse un poco algunas zonas algo sucias del polvo del murete en el que había estado sentado y arreglar bien alguno de los pliegues para que todo quedara bien colocado.
- Se me nota un poco, ¿no? Aunque, bueno, de aquí de aquí, no. – Dijo señalando la zona que abarcaba el volcán con un movimiento en arco del brazo – Si lo fuera, creo que tendría que ir algo más, cómo decirlo, ¿marcial? ¿monacal? Esa es la idea. Pero sí, de aquí en sentido amplio.
Con confianza, como si fuera lo más normal del mundo (y, por desgracia, para Zhu era más habitual de lo que podría esperarse), se alejó unos pasos del rubio y asumió una postura de combate de tigre, fundamentalmente caracterizada por las últimas falanges de los dedos flexionadas apuntando a las palmas. Plantando con firmeza los pies en el suelo, haciéndolo crujir muy ligeramente con el talón, lanzó un par de golpes hacia un lado. Seguramente no resultaran tan silbantes como los del extranjero, pero el chico estaba orgulloso de su potencia.
- Chunyu Zhu, de la isla del Kisokama. Y, aunque no lo parezca, todavía no he sido admitido como aprendiz en ningún templo, incluso a pesar de mi tigre. – sin dejar de sonreír, volvió a la posición de reposo y, tras una inclinación de saludo a Ekrion, volvió a acercarse – El nombre es Zhu, por cierto, que sé que a veces a los extranjeros os lía un poco. Porque, tú como que de por aquí no eres, ¿verdad? Con ese color de pelo y… ¿ojos rojos? Oye, perdona la indiscreción, pero… tú debes tener mucho éxito por esta zona, ¿no? Que, a ver, uno hace lo que puede, pero, sinceramente, solo con estar a tu lado ya me siento eclipsado.
El tono había ido adquiriendo un tono más cercano y casi de colegueo, incluso guiñándole un ojo al mencionar su probable “éxito”, sacando pecho y palmeándose en él al mencionarse a sí mismo para luego desinflarse con naturalidad al dejar escapar una carcajada.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
—Eskrima, no Esgrima, con K. Es un arte marcial distinto a la esgrima, que se centra en bloqueos y desarmes con movimientos rápidos y precisos, ya sea usando el cuerpo u otras armas, aunque veo que no es muy conocido por aquí... —añadió el joven rubio, colocando los brazos en jarra y escuchando la extensa explicación de aquel muchacho. Y el Nephilim pensaba que le gustaba oírse hablar a sí mismo... Este tipo le superaba en monólogos con bastante diferencia.
Dejó que el muchacho hablara y se expresara abiertamente y dijera todo lo que tenía que decir, pues al fin y al cabo la información es poder, y este hombre ofrecía información de sí mismo hasta por los codos. No le parecía un mal tipo en absoluto, aunque sí algo ingenuo e inocente, pues no tenía ni idea de si podía estar hablando con un potencial enemigo y revelándole una cantidad de detalles exorbitante. Sin embargo, decidió que semejante traca de información merecía que le correspondiera al menos presentándose a sí mismo, e iba a hacerlo, cuando de pronto la conversación se desvió de una manera que no esperaba y le confundió un poco.
—Me llamo Ekrion Gältos, nacido bastante lejos de aquí, sí. Y... ¿Me estás tirando los tejos? —enunció confuso arqueando una ceja, para luego cruzarse de brazos extrañado.
Dejó que el muchacho hablara y se expresara abiertamente y dijera todo lo que tenía que decir, pues al fin y al cabo la información es poder, y este hombre ofrecía información de sí mismo hasta por los codos. No le parecía un mal tipo en absoluto, aunque sí algo ingenuo e inocente, pues no tenía ni idea de si podía estar hablando con un potencial enemigo y revelándole una cantidad de detalles exorbitante. Sin embargo, decidió que semejante traca de información merecía que le correspondiera al menos presentándose a sí mismo, e iba a hacerlo, cuando de pronto la conversación se desvió de una manera que no esperaba y le confundió un poco.
—Me llamo Ekrion Gältos, nacido bastante lejos de aquí, sí. Y... ¿Me estás tirando los tejos? —enunció confuso arqueando una ceja, para luego cruzarse de brazos extrañado.
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
-¡Eh! -Gritó un robusto soldado mientras corría hacia la mujer de negro-. ¡No se mueva! -Se detuvo a escasos metros de ella y resopló, agotado-. Tengo ordenes de escoltarte hasta el Palacio Imperial de SHAMSHIEL.
<<Tiene que ser una broma -se dijo la demonio-. La muy idiota de Anastasia habrá metido la pata o, la embajadora es muy terca.>>
-Le pido que no se contenga -anunció el soldado-. Si lo hace será reducida y castigada por el imperio.
-Me ofendéis si os creéis que aceptaré ser llevada como a una terrorista hasta la justicia -La mujer no tenía intenciones de doblegarse tan fácilmente-. ¿De qué se me acusa?
-El imperio no confía en la palabra de tu enviada -dijo el grandullón escudriñando el rostro de la mujer que se escondía en la sombra de la capucha-. Tampoco en la de tu rey. Digamos que no están muy contentos con las condiciones del tratado. Debes ir y tal vez así… ya sabes.
En el patio había un grupo intranquilo de guerreros. A muchos no les gustaba que entorpecieran sus entrenamientos. El viento soplaba a ráfagas, y la luz radiante del astro rey se reflejaba en el acero de las armaduras y las armas.
-Está bien -asintió la mujer levemente con la testa, sonriente y decidida-. Aceptaré con gusto. Sin embargo no he viajado desde tan lejos para llegar aquí y no estudiar las artes marciales del Templo de la Tierra -Dio un paso al frente; olía a colonia de jazmín y el viento le dejaba entrever el reflejo rojizo de sus ojos-. Permitirme al menos verlos combatir por una vez.
El soldado se hizo visera para descubrir la posición en la que estaba el sol; aún tenían tiempo suficiente, el barco no zarparía hasta la madrugada.
-De acuerdo, pero me quedaré a tu lado en todo momento -balbuceó-. ¿¡Quienes se ofrecen a combatir entre ustedes!? -Gritó habiéndose girado primero de cara a la fila de guerreros-.
La demonio dio otro paso y miró a un variopinto caballero que a escasos segundos había estado alardeándose de una postura de combate ante un pelirrubio confuso.
-¿Qué hay de esos dos? -apuntó a los individuos con el dedo índice-. Sé que no tienen motivos para hacerlo, pero les estaría enormemente agradecida y serían recompensados en Kardas, siempre que merezca la pena lo que vean mis ojos -dijo en un tono lo bastante alto para ser escuchada-.
El inquieto grupo del pabellón se revolvió un poco más al escuchar el nombre del Reino de Kardas; más por mal que por bien.
OFF: Si teníais otros planes perdonen.
<<Tiene que ser una broma -se dijo la demonio-. La muy idiota de Anastasia habrá metido la pata o, la embajadora es muy terca.>>
-Le pido que no se contenga -anunció el soldado-. Si lo hace será reducida y castigada por el imperio.
-Me ofendéis si os creéis que aceptaré ser llevada como a una terrorista hasta la justicia -La mujer no tenía intenciones de doblegarse tan fácilmente-. ¿De qué se me acusa?
-El imperio no confía en la palabra de tu enviada -dijo el grandullón escudriñando el rostro de la mujer que se escondía en la sombra de la capucha-. Tampoco en la de tu rey. Digamos que no están muy contentos con las condiciones del tratado. Debes ir y tal vez así… ya sabes.
En el patio había un grupo intranquilo de guerreros. A muchos no les gustaba que entorpecieran sus entrenamientos. El viento soplaba a ráfagas, y la luz radiante del astro rey se reflejaba en el acero de las armaduras y las armas.
-Está bien -asintió la mujer levemente con la testa, sonriente y decidida-. Aceptaré con gusto. Sin embargo no he viajado desde tan lejos para llegar aquí y no estudiar las artes marciales del Templo de la Tierra -Dio un paso al frente; olía a colonia de jazmín y el viento le dejaba entrever el reflejo rojizo de sus ojos-. Permitirme al menos verlos combatir por una vez.
El soldado se hizo visera para descubrir la posición en la que estaba el sol; aún tenían tiempo suficiente, el barco no zarparía hasta la madrugada.
-De acuerdo, pero me quedaré a tu lado en todo momento -balbuceó-. ¿¡Quienes se ofrecen a combatir entre ustedes!? -Gritó habiéndose girado primero de cara a la fila de guerreros-.
La demonio dio otro paso y miró a un variopinto caballero que a escasos segundos había estado alardeándose de una postura de combate ante un pelirrubio confuso.
-¿Qué hay de esos dos? -apuntó a los individuos con el dedo índice-. Sé que no tienen motivos para hacerlo, pero les estaría enormemente agradecida y serían recompensados en Kardas, siempre que merezca la pena lo que vean mis ojos -dijo en un tono lo bastante alto para ser escuchada-.
El inquieto grupo del pabellón se revolvió un poco más al escuchar el nombre del Reino de Kardas; más por mal que por bien.
OFF: Si teníais otros planes perdonen.
Lorelei- Prole de la Sombra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
La última pregunta de Ekrion le dejó un poco desconcertado. Parpadeando sorprendido, trató de repasar la última parte de su intervención para terminar negando con la cabeza.
- Ehhh, no. Más bien pensaba en que eres una… ¿exotica competencia? – sin embargo, aquel toque no bastaría para descentrar a Zhu, de hecho, se recuperó como quien ha empujado un tentetieso y retorna a su estado habitual. Sonriendo, con una sonrisa, le dedicó un gesto de pistola con las manos. - Créeme, si estuviera ligando, no tendrías que preguntarlo.
Desgraciadamente, era verdad*, nadie que hubiera sido víctima de sus atenciones había podido pasarlas por alto, quisieran o no. Sin embargo, un alboroto llamó su atención e impidió que siguiera por ese camino. Tan solo se había quedado con “Shamshiel”, pero bastó para fijarse en la mujer encapuchada y atender a sus palabras. Sorprendentemente, la situación había desembocado en que, de alguna manera, la mujer que quería ver las artes de la Tierra sugiriera a quizás las dos personas menos vinculadas al templo. Sin embargo, a Chunyu le pareció una oportunidad ideal. No tanto por la recompensa, sino por el hecho de destacar tanto como para ser elegido sin apenas hacer nada (ni haberse ofrecido como, de todos modos, seguramente habría hecho), aunque ni se le pasó por la cabeza que igual el ser el que estaba al lado del chico dorado que resaltaba como nadie había influido.
- Qué, Ekri. ¿Te ves con ganas?
Entre los espectadores del templo que observaban la escena se extendió un runrún de conversaciones y expectación. Posiblemente esa fuera la propuesta más afortunada. La desconfianza con Kardas seguramente les empujaría a tratar de evitar una exhibición del poder de la Tierra, pero como ninguno de los dos eran sus adeptos, tampoco parecía demasiado arriesgado. Si la mujer se veía satisfecha, siempre podrían decir que eso era solo una pequeña parte de su habilidad. Y, si no, que no representaban el poder del Templo y que lo habían hecho por elección de la propia visitante. Sin embargo, para Zhu aquellas sutilezas se le escapaban, acababa de aprender algo sobre la Eskrima y ahora le pedían que se exhibiera.
- Ehhh, no. Más bien pensaba en que eres una… ¿exotica competencia? – sin embargo, aquel toque no bastaría para descentrar a Zhu, de hecho, se recuperó como quien ha empujado un tentetieso y retorna a su estado habitual. Sonriendo, con una sonrisa, le dedicó un gesto de pistola con las manos. - Créeme, si estuviera ligando, no tendrías que preguntarlo.
Desgraciadamente, era verdad*, nadie que hubiera sido víctima de sus atenciones había podido pasarlas por alto, quisieran o no. Sin embargo, un alboroto llamó su atención e impidió que siguiera por ese camino. Tan solo se había quedado con “Shamshiel”, pero bastó para fijarse en la mujer encapuchada y atender a sus palabras. Sorprendentemente, la situación había desembocado en que, de alguna manera, la mujer que quería ver las artes de la Tierra sugiriera a quizás las dos personas menos vinculadas al templo. Sin embargo, a Chunyu le pareció una oportunidad ideal. No tanto por la recompensa, sino por el hecho de destacar tanto como para ser elegido sin apenas hacer nada (ni haberse ofrecido como, de todos modos, seguramente habría hecho), aunque ni se le pasó por la cabeza que igual el ser el que estaba al lado del chico dorado que resaltaba como nadie había influido.
- Qué, Ekri. ¿Te ves con ganas?
Entre los espectadores del templo que observaban la escena se extendió un runrún de conversaciones y expectación. Posiblemente esa fuera la propuesta más afortunada. La desconfianza con Kardas seguramente les empujaría a tratar de evitar una exhibición del poder de la Tierra, pero como ninguno de los dos eran sus adeptos, tampoco parecía demasiado arriesgado. Si la mujer se veía satisfecha, siempre podrían decir que eso era solo una pequeña parte de su habilidad. Y, si no, que no representaban el poder del Templo y que lo habían hecho por elección de la propia visitante. Sin embargo, para Zhu aquellas sutilezas se le escapaban, acababa de aprender algo sobre la Eskrima y ahora le pedían que se exhibiera.
- *:
- A pesar de que a él le gustaba definir su estilo como directo y físico. Sin embargo, para los demás era más semejante a un elefante en una cacharrería. También había sido definido como ver un camión a lo lejos que empieza a perder el control o un tren que está a punto de descarrilar y solo quedaba esperar que no se dirigiera hacia uno. O, con un matiz más cinematográfico, habían descrito que era como ser un iceberg, ver venir el barco en rumbo de colisión inevitable y esperar que al menos la banda sonora acompañara al trágico final.
- OFF:
- Nada que perdonar. De seguir así veía a Zhu a punto de ir a buscar un sitio para hacerse un selfie con Ekrion o algo por el estilo XD
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
De pronto les habían salido al joven oriental y a Ekrion no sólo espectadores, sino gente que pretendía que hicieran una especie de demostración similar a la de unos gladiadores para sus amos. No es que le hiciera mucha gracia que le trataran como a un actor de circo, pero había algo curioso en aquella mujer encapuchada que le llamaba la atención, bajo las sombras de esa capucha podía observar unos ojos carmesíes tan siniestros como los suyos propios, sin duda parecía una mujer interesante a la par que aterradora, dos adjetivos que juntos despertaban la curiosidad del Nephilim sin mucha dificultad.
—De acuerdo, lo haré... Al fin y al cabo vine aquí a entrenarme. Aunque esta situación es cuanto menos rara —argumentó el joven de dorados cabellos, encogiéndose de hombros. Acto seguido, se separó unos metros de Zhu y se colocó en posición de guardia defensiva, mirando directamente a los ojos a su contrincante con aquellas rasgadas pupilas felinas que cortaban en dos sus ojos de rubí.
—Ya que eres tan entusiasta, te dejo a ti el primer movimiento. Vamos, atácame. Ah... Se me olvidaba, no vuelvas a llamarme Ekri —enunció cortante y con una sonrisa malévola el ángel herético, extendiendo un poco más su pierna izquierda sobre el pavés, al mismo tiempo que flexionaba un poco más la derecha, para volver más sólida su postura.
—De acuerdo, lo haré... Al fin y al cabo vine aquí a entrenarme. Aunque esta situación es cuanto menos rara —argumentó el joven de dorados cabellos, encogiéndose de hombros. Acto seguido, se separó unos metros de Zhu y se colocó en posición de guardia defensiva, mirando directamente a los ojos a su contrincante con aquellas rasgadas pupilas felinas que cortaban en dos sus ojos de rubí.
—Ya que eres tan entusiasta, te dejo a ti el primer movimiento. Vamos, atácame. Ah... Se me olvidaba, no vuelvas a llamarme Ekri —enunció cortante y con una sonrisa malévola el ángel herético, extendiendo un poco más su pierna izquierda sobre el pavés, al mismo tiempo que flexionaba un poco más la derecha, para volver más sólida su postura.
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
El soldado imperial se mantuvo estático y se mostró paciente; medía casi dos metros e imponía con su gran mano sujetando la empuñadura de la espada que descansaba en la vaina. Chunyu Zhu, el guerrero celestial, y Ekrion Gältos, el heredero de la penumbra, habían aceptado la oferta de la mujer de negro. Ella respondió con una maliciosa sonrisa.
-Qué bien -barrió de una ojeada al resto de los guerreros; no parecían muy contentos con la situación-. Me alegra de que hayáis aceptado mi oferta, jóvenes guerreros.
El caballero de pelaje dorado asumió una pose entre defensiva y lo opuesto, esperando a que fuera el otro quién empezara el combate y no él.
<<Estoy ansiosa por ver de qué sois capaces -murmuró la demonio excitada. Era de suma importancia conocer las costumbres del enemigo, así como las virtudes y defectos de los guerreros, claro que ella no tenía ni pajolera idea de que ninguno de los dos muchachos pertenecían al Templo de la Tierra-. Ya habrá tiempo luego de aburrirme con negociaciones>>
El viento seguía bajando por el volcán como la cálida acaricia de una madre a su bebé, y a veces soplaba con más violencia enmarañándolo todo. El sol estaba muy picón ya, luciéndose sobre la cabeza del cráter. En el interior se reunía un grupo elevado de discípulos y su maestro alrededor de los dos contrincantes que estaban a punto de enzarzarse en un duelo. Mientras, la damisela de ojos carmesí sonreía, deseosa y hambrienta.
<<Llevo demasiado tiempo sin oler la sangre -pensó. Se le hacía la boca aguas-. Demasiado tiempo...>>
-¡QUÉ COMIENCE EL DUELO! -gritó el soldado imperial.
-Qué bien -barrió de una ojeada al resto de los guerreros; no parecían muy contentos con la situación-. Me alegra de que hayáis aceptado mi oferta, jóvenes guerreros.
El caballero de pelaje dorado asumió una pose entre defensiva y lo opuesto, esperando a que fuera el otro quién empezara el combate y no él.
<<Estoy ansiosa por ver de qué sois capaces -murmuró la demonio excitada. Era de suma importancia conocer las costumbres del enemigo, así como las virtudes y defectos de los guerreros, claro que ella no tenía ni pajolera idea de que ninguno de los dos muchachos pertenecían al Templo de la Tierra-. Ya habrá tiempo luego de aburrirme con negociaciones>>
El viento seguía bajando por el volcán como la cálida acaricia de una madre a su bebé, y a veces soplaba con más violencia enmarañándolo todo. El sol estaba muy picón ya, luciéndose sobre la cabeza del cráter. En el interior se reunía un grupo elevado de discípulos y su maestro alrededor de los dos contrincantes que estaban a punto de enzarzarse en un duelo. Mientras, la damisela de ojos carmesí sonreía, deseosa y hambrienta.
<<Llevo demasiado tiempo sin oler la sangre -pensó. Se le hacía la boca aguas-. Demasiado tiempo...>>
-¡QUÉ COMIENCE EL DUELO! -gritó el soldado imperial.
Lorelei- Prole de la Sombra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
Sorprendentemente, o quizás no tanto teniendo en cuenta dónde se encontraban Ekrion aceptó la oferta. Que la situación era “cuanto menos rara” era algo por descontando, pero la normalidad en torno a Zhu tendía a ser peculiar, así que no le dio demasiada importancia mientras se colocaba ante el rubio, dispuesto a disfrutar de la experiencia.
- Gracias por el honor, tengo curiosidad por ese eskrima tuyo. Y siempre viene bien poder lucirse ante una dama. – dedicó una cortés inclinación a Ekrion antes de comenzar. Dado que le permitían el primer movimiento, asumió una posición de partida que le colocaba frontalmente separando las piernas flexionadas colocando ambas manos ante él con la característica posición del Tigre de los dedos. - Lo tendré en cuenta, Ekrion-san.
Aquella postura no le duró más que una inspiración profunda mientras su mirada se mostraba más decidida y centrada, aunque sin perder un rictus satisfecho. Tras el aviso, un primer paso con la zurda avanzó plantándose con firmeza, mientras un segundo adelantaba la complementaria que golpeó el suelo con fuerza, colocando al oriental de costado ante el otro, con el brazo diestro adelantado ligeramente flexionado y el otro ante el cuerpo. Flexionando ligeramente la pierna adelantada, se inclinó como si fuera a embestir con el hombro para, en realidad, lanzar un potente golpe dibujando un semicírculo descendente con su mano hacia la zona posterior del muslo, buscando desestabilizar al rubio y mantener las distancias cortas.
- Gracias por el honor, tengo curiosidad por ese eskrima tuyo. Y siempre viene bien poder lucirse ante una dama. – dedicó una cortés inclinación a Ekrion antes de comenzar. Dado que le permitían el primer movimiento, asumió una posición de partida que le colocaba frontalmente separando las piernas flexionadas colocando ambas manos ante él con la característica posición del Tigre de los dedos. - Lo tendré en cuenta, Ekrion-san.
Aquella postura no le duró más que una inspiración profunda mientras su mirada se mostraba más decidida y centrada, aunque sin perder un rictus satisfecho. Tras el aviso, un primer paso con la zurda avanzó plantándose con firmeza, mientras un segundo adelantaba la complementaria que golpeó el suelo con fuerza, colocando al oriental de costado ante el otro, con el brazo diestro adelantado ligeramente flexionado y el otro ante el cuerpo. Flexionando ligeramente la pierna adelantada, se inclinó como si fuera a embestir con el hombro para, en realidad, lanzar un potente golpe dibujando un semicírculo descendente con su mano hacia la zona posterior del muslo, buscando desestabilizar al rubio y mantener las distancias cortas.
- movimiento aprox:
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
- OFF:
- Siento mucho la tardanza, he estado enfermo y la semana ha sido durilla.
Tenían espectadores y la suficiente pasión y fuego interior por el combate para que aquello se volviera interesante. Sin embargo Ekrion no pensaba dejar que el duelo se alargara demasiado, pues no ganaba nada con ello, tan sólo quería tantear mientras luchaba, a aquella mujer cuyos ojos se asemejaban a los suyos, saber quién era y qué pretendía, y por qué le daba la impresión de ser una persona muy peligrosa.
Flexionando las piernas para encontrar una mayor estabilidad sobre el terreno, el joven de dorados cabellos vio venir el golpe del muchacho de rasgados ojos con la suficiente antelación como para interponer el antebrazo en la trayectoria de la mano de este, deteniendo el impacto de la palma y trazando un semicírculo en el aire en el sentido de las agujas del reloj para desviar la trayectoria del brazo de Zhu y dejar una apertura en su costado, que con velocidad se lanzó a golpear con un fuerte rodillazo.
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
Sentir la velocidad del rubio en propias carnes era distinto que verla. Ahora sentía que podía medirla mejor. El movimiento de desvío de su brazo, además de rápido, efectivamente desplazó la extremidad del oriental, mostrando que Ekrion no se quedaba atrás en ello. Mas no por ello iba a perder confianza, sino lo contrario, era el momento de demostrar más.
Incluso antes de ver el rodillazo, su pie adelantado había comenzado a deslizarse en sentido horario para tratar de compensar el desvío del brazo con el cuerpo mientras adelantaba la mano zurda para tratar de enlazar un golpe. Por ello, pudo interponer dicha palma con fuerza en el camino de la rodilla. El impacto fue notable, sintiéndolo por todo el brazo y haciéndole soltar un quejido de dolor, mas trató de apresar la articulación de Gältos con la garra que formaron sus dedos.
Sin embargo, no iba a contentarse con aquel intento de bloqueo. Usando el brazo que el extranjero había bloqueado y que aún seguía en liza, confiando en que se centrara más en su pierna, extendió la extremidad en todo su largo con fuerza tratando de alcanzarle en el pecho con una palma de tigre. Si tan solo consiguiera dejarle sin aliento un momento…
Incluso antes de ver el rodillazo, su pie adelantado había comenzado a deslizarse en sentido horario para tratar de compensar el desvío del brazo con el cuerpo mientras adelantaba la mano zurda para tratar de enlazar un golpe. Por ello, pudo interponer dicha palma con fuerza en el camino de la rodilla. El impacto fue notable, sintiéndolo por todo el brazo y haciéndole soltar un quejido de dolor, mas trató de apresar la articulación de Gältos con la garra que formaron sus dedos.
Sin embargo, no iba a contentarse con aquel intento de bloqueo. Usando el brazo que el extranjero había bloqueado y que aún seguía en liza, confiando en que se centrara más en su pierna, extendió la extremidad en todo su largo con fuerza tratando de alcanzarle en el pecho con una palma de tigre. Si tan solo consiguiera dejarle sin aliento un momento…
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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