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[Pasado]: Visitantes en el volcán
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[Pasado]: Visitantes en el volcán
Recuerdo del primer mensaje :
El corazón de la cultura taogami era el monte Kisokama. El antiguo volcán se alzaba imponente en el centro de la isla y, en sus laderas, se encontraban dos de los tres templos de la isla. El tercero, sin embargo, se encontraba en pleno centro del volcán y, no solo eso, también profundizaba en sus entrañas. El edificio del Templo, como los otros cuatro grandes de Taogami, era impresionante, pero lo que realmente hacía sobresalir a aquel eran sus campos de entrenamiento. En cualquier momento del día o de la noche podían encontrarse artistas marciales de diferentes ramas con sus particulares entrenamientos. Pues si bien no irradiaba la fiereza del fuego, la firmeza del mundo parecía hacerse presente allí. Y aquello, sorprendentemente para Zhu, hacía de aquel punto un centro espiritual. Sus maestros lo explicaban diciendo que solo quien tiene los pies sobre la tierra puede construir castillos en el aire.
Aunque fuera del cráter del volcán el astro rey ya llevaba tiempo visible, en aquel momento al fin tenía la suficiente altura como para alcanzar el interior. La luz se desparramaba como miel sobre las superficies haciendo que las sobras se alargaran primero y luego comenzaran a desaparecer.
Zhu observaba la escena sentado sobre uno de los muros bajos que limitaban algunas de las zonas. Había acudido al Templo con una carga de pescado que desde el Templo del Agua ofrecían a sus hermanos de la Tierra y, en recompensa, le habían permitido quedarse unos días para estudiar las enseñanzas básicas de la Tierra. Tras unas horas de estudio, se había aburrido y había acudido a ver los entrenamientos que allí se desarrollaban.
A pesar de que había dejado su naginata en el interior del Templo, seguía atrayendo alguna que otra mirada indiscreta. Entre los nativos de Taogami, su altura y complexión le hacían destacar, haciéndoles pensar en él como un extranjero. Por otro lado, los luchadores extranjeros parecían extrañarse de sus modos y vestuario orientales. Mientras tanto, él esperaba poder ver algún luchador con un estilo peculiar, o que al menos llamara tanto la atención que dejaran de mirarle y pudiera ser el propio Zhu el que observara.
el libro de los cambios escribió:
56. Montaña y fuego: El caminante.
Signo propicio para los asuntos menores. Si el caminante se mantiene firme, todo será afortunado
El corazón de la cultura taogami era el monte Kisokama. El antiguo volcán se alzaba imponente en el centro de la isla y, en sus laderas, se encontraban dos de los tres templos de la isla. El tercero, sin embargo, se encontraba en pleno centro del volcán y, no solo eso, también profundizaba en sus entrañas. El edificio del Templo, como los otros cuatro grandes de Taogami, era impresionante, pero lo que realmente hacía sobresalir a aquel eran sus campos de entrenamiento. En cualquier momento del día o de la noche podían encontrarse artistas marciales de diferentes ramas con sus particulares entrenamientos. Pues si bien no irradiaba la fiereza del fuego, la firmeza del mundo parecía hacerse presente allí. Y aquello, sorprendentemente para Zhu, hacía de aquel punto un centro espiritual. Sus maestros lo explicaban diciendo que solo quien tiene los pies sobre la tierra puede construir castillos en el aire.
Aunque fuera del cráter del volcán el astro rey ya llevaba tiempo visible, en aquel momento al fin tenía la suficiente altura como para alcanzar el interior. La luz se desparramaba como miel sobre las superficies haciendo que las sobras se alargaran primero y luego comenzaran a desaparecer.
Zhu observaba la escena sentado sobre uno de los muros bajos que limitaban algunas de las zonas. Había acudido al Templo con una carga de pescado que desde el Templo del Agua ofrecían a sus hermanos de la Tierra y, en recompensa, le habían permitido quedarse unos días para estudiar las enseñanzas básicas de la Tierra. Tras unas horas de estudio, se había aburrido y había acudido a ver los entrenamientos que allí se desarrollaban.
A pesar de que había dejado su naginata en el interior del Templo, seguía atrayendo alguna que otra mirada indiscreta. Entre los nativos de Taogami, su altura y complexión le hacían destacar, haciéndoles pensar en él como un extranjero. Por otro lado, los luchadores extranjeros parecían extrañarse de sus modos y vestuario orientales. Mientras tanto, él esperaba poder ver algún luchador con un estilo peculiar, o que al menos llamara tanto la atención que dejaran de mirarle y pudiera ser el propio Zhu el que observara.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
- OFF:
- Disculpen señores, me olvidé de avisaros. Ya que yo no voy a estar activo en el combate, sigan haciéndolo al menos hasta que hagáis cuatro acciones cada uno y entonces intervendré yo -on rol =).
Lorelei- Prole de la Sombra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
Ekrion sintió el fuerte agarre que el oriental le realizaba de la pierna, tras bloquear el golpe anterior, y sabía que sólo precedía a un contraataque por parte de su rival, así que su cabeza caviló a cien por hora y sus ojos carmesíes de rasgadas pupilas felinas se contrajeron, para absorber una menor cantidad de luz del entorno y mostrarle una visión más clara de aquello que le rodeaba. Así fue como vio con gran celeridad como el brazo que anteriormente había bloqueado, volvía a lanzarse ahora como las garras de un tigre sobre su pecho.
Con la velocidad de un experimentado artista marcial, el joven de dorados cabellos alzó el brazo izquierdo con la intención de bloquear y redirigir el impacto de Chunyu Zhu, lo cual hizo con un éxito relativo, pues consiguió agarrarle la muñeca mientras el golpe aún trazaba su trayectoria, y desviarlo de la misma, pero no lo suficiente para evitar el impacto, el cual golpeó directamente en su hombro derecho con tal fuerza que le hizo torcer el gesto y apretar los dientes.
Aprovechando que el oriental habría centrado su atención en la potencia de su golpe, consiguió zafar su pierna derecha del agarre previo y posarla en el suelo como punto de apoyo, para a continuación alzar la izquierda y lanzar un fuerte golpe de la espinilla al costado derecho de su oponente, que aún mantenía inmovilizado por la muñeca con su mano izquierda.
Con la velocidad de un experimentado artista marcial, el joven de dorados cabellos alzó el brazo izquierdo con la intención de bloquear y redirigir el impacto de Chunyu Zhu, lo cual hizo con un éxito relativo, pues consiguió agarrarle la muñeca mientras el golpe aún trazaba su trayectoria, y desviarlo de la misma, pero no lo suficiente para evitar el impacto, el cual golpeó directamente en su hombro derecho con tal fuerza que le hizo torcer el gesto y apretar los dientes.
Aprovechando que el oriental habría centrado su atención en la potencia de su golpe, consiguió zafar su pierna derecha del agarre previo y posarla en el suelo como punto de apoyo, para a continuación alzar la izquierda y lanzar un fuerte golpe de la espinilla al costado derecho de su oponente, que aún mantenía inmovilizado por la muñeca con su mano izquierda.
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
Su golpe logró alcanzar el torso de Ekrion, aunque por los pelos. No pudo evitar admirar la precisión y destreza del movimiento que había logrado desviar el impacto hacia el hombro, además de congratularse por haber conseguido traspasar sus defensas. Sin embargo, aquellos pensamientos no supusieron más que un instante ya que el rubio logró zafar la rodilla de su presa. Su mano se había resentido más de lo que esperaba del impacto y sentía los dedos algo adormecidos, impidiéndole sostenerlo como habría querido. No era un buen augurio, aquel exótico para Zhu estilo parecía favorecer un juego de piernas que estaba aprendiendo a envidiar y temer.
Ya que no podía acercarse a su velocidad, tendría que aprovecharse de la del otro y su propia fuerza y resistencia. Y la posición que había forzado su rival podría beneficiarle si conseguía articularlo bien. Para ello, cuando la pierna de Gältos comenzó su ascenso, afianzó su propia zurda en el suelo como apoyo, contuvo la respiración y tensó el torso para recibir el impacto. Golpe que le hizo soltar un gruñido de dolor, pero que soportó ante la oportunidad que suponía. Mientras su zurda la que transmitía la fuerza del impacto hacia el suelo, haciéndolo crujir, lanzó la pierna diestra bajo el áureo muchacho en un movimiento circular levógiro barriendo su pierna de apoyo.
Al tiempo, forzó el brazo que el otro sujetaba flexionando el codo para apoyarlo contra el centro del torso del visitante y empujar con el peso de su cuerpo tratando de hacerle caer de espaldas contra el suelo con el barrido. Sin embargo, Chunyu había decidido acompañarle y guiar su caída cayendo con él, esperando atraparle en un golpe entre el suelo y el codo. Además, aquello le daba tiempo a recuperar la sensibilidad de la mano zurda.
A pesar de estar concentrado en sus propias acciones y tratando de anticiparse a los movimientos de su oponente, una parte de la mente del oriental trataba de aprender todo lo que podía, especialmente sobre aquel eskrima que tan llamativo le resultaba.
Ya que no podía acercarse a su velocidad, tendría que aprovecharse de la del otro y su propia fuerza y resistencia. Y la posición que había forzado su rival podría beneficiarle si conseguía articularlo bien. Para ello, cuando la pierna de Gältos comenzó su ascenso, afianzó su propia zurda en el suelo como apoyo, contuvo la respiración y tensó el torso para recibir el impacto. Golpe que le hizo soltar un gruñido de dolor, pero que soportó ante la oportunidad que suponía. Mientras su zurda la que transmitía la fuerza del impacto hacia el suelo, haciéndolo crujir, lanzó la pierna diestra bajo el áureo muchacho en un movimiento circular levógiro barriendo su pierna de apoyo.
Al tiempo, forzó el brazo que el otro sujetaba flexionando el codo para apoyarlo contra el centro del torso del visitante y empujar con el peso de su cuerpo tratando de hacerle caer de espaldas contra el suelo con el barrido. Sin embargo, Chunyu había decidido acompañarle y guiar su caída cayendo con él, esperando atraparle en un golpe entre el suelo y el codo. Además, aquello le daba tiempo a recuperar la sensibilidad de la mano zurda.
A pesar de estar concentrado en sus propias acciones y tratando de anticiparse a los movimientos de su oponente, una parte de la mente del oriental trataba de aprender todo lo que podía, especialmente sobre aquel eskrima que tan llamativo le resultaba.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
Tal y como estaba después de su último movimiento, Ekrion no podía evitar ni el barrido ni el empujón hacia atrás, intentar el forcejeo sólo podría ocasionarle una lesión muscular, por lo que simplemente se dejó hacer y caer de espaldas sobre el terreno. Pero aprovechando que al dejarse caer Zhu sobre su cuerpo, soltaría el agarre de sus piernas, así que las flexionó en mitad de la caída, poniendo las plantas de sus pies sobre el vientre del oriental, para usarlas como resorte con el que arrojarlo por encima de su cuerpo y así quitárselo de encima.
Hecho esto, se dio prisa en incorporarse y darse media vuelta para volver a encarar a su rival, flexionando ambas piernas en posición defensiva, y alzando los brazos con las palmas de las manos abiertas, apretando los dientes y entrecerrando los ojos al sentir el daño en el hombro que le había ocasionado el golpe anterior.
—Creo que ya es suficiente, al fin y al cabo esto sólo era una pequeña demostración de nuestras cualidades, y tampoco soy el gladiador de nadie —espetó el Nephilim, desviando su atención hacia la mujer de la capucha con una mirada penetrante de aquellos ojos carmesíes de rasgadas pupilas felinas, que parecían refulgir con un extraño brillo sangriento.
Hecho esto, se dio prisa en incorporarse y darse media vuelta para volver a encarar a su rival, flexionando ambas piernas en posición defensiva, y alzando los brazos con las palmas de las manos abiertas, apretando los dientes y entrecerrando los ojos al sentir el daño en el hombro que le había ocasionado el golpe anterior.
—Creo que ya es suficiente, al fin y al cabo esto sólo era una pequeña demostración de nuestras cualidades, y tampoco soy el gladiador de nadie —espetó el Nephilim, desviando su atención hacia la mujer de la capucha con una mirada penetrante de aquellos ojos carmesíes de rasgadas pupilas felinas, que parecían refulgir con un extraño brillo sangriento.
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
Sin saber muy bien cómo (al menos en un sentido metafórico, ya que pudo sentir con total claridad el empujón sobre su cuerpo con las piernas y la fuerza que imprimió el rubio en el lanzamiento) el castaño se encontró durante unos instantes en el aire. Tenía que reconocerlo, no había esperado que la mayoría de los ataques vinieran desde de las extremidades inferiores. De haberlo visto desde fuera, o simplemente escuchado, habría dicho que resultaba muy descompensado, pero funcionaba, vaya que sí.
Contorneándose en el aire, logró aterrizar en el suelo a tres patas, reposicionándose al posar la palma en el suelo y aterrizar el resto del cuerpo flexionando las piernas, quedando así encarado de nuevo a su oponente. Su cuerpo se quejó en el costado del aterrizaje, resintiéndose del golpe que había encajado.
- Pegas más fuerte de lo que esperaba… -musitó casi más para sí mismo que para el otro con una sonrisa de disfrute, pero algo tensa por el dolor, midiendo desde la distancia el estado del combate. ¿Era eso un gesto de molestia en la expresión del rubio? ¿Era dolor? ¿O era la situación, como decía? De cualquier modo, si el otro no quería seguir, no sería Zhu quien tornara algo ameno en un rollo. - Por mí vale. Tampoco es plan de ponerse serios, ¿no?
El chico se incorporó hasta volver a estar sobre sus dos piernas, dejando más peso sobre la zurda, algo adelantada, en una posición de guardia relajada siguiendo la mirada de Ekrion. ¡Casi había olvidado a la mujer que había iniciado todo! Por primera vez le dedicó su atención y, sorprendentemente, le pareció atisbar un reflejo rojizo en sus ojos. Podría haber sido un efecto de las luces, pero, si no, ¿dos extranjeros con ojos rojos el mismo día? A ver si la aplicación para evitar los ojos rojos en las fotos tenía más trasfondo de lo que había pensado…
- Entonces, ¿le ha gustado lo que ha visto, señorita-san? Seguro que has disfrutado de las vistas de un exótico, apuesto y atractivo artista marcial… y de mi compañero rubio que, vale, también puede sentirse aludido por esas palabras.- En serio, ¿tanto le costaba a Ekrion ser un poco más… un poco menos… seco con la gente? Al menos, allí estaba él, Zhu, para relajar el ambiente con su jovialidad.
Contorneándose en el aire, logró aterrizar en el suelo a tres patas, reposicionándose al posar la palma en el suelo y aterrizar el resto del cuerpo flexionando las piernas, quedando así encarado de nuevo a su oponente. Su cuerpo se quejó en el costado del aterrizaje, resintiéndose del golpe que había encajado.
- Pegas más fuerte de lo que esperaba… -musitó casi más para sí mismo que para el otro con una sonrisa de disfrute, pero algo tensa por el dolor, midiendo desde la distancia el estado del combate. ¿Era eso un gesto de molestia en la expresión del rubio? ¿Era dolor? ¿O era la situación, como decía? De cualquier modo, si el otro no quería seguir, no sería Zhu quien tornara algo ameno en un rollo. - Por mí vale. Tampoco es plan de ponerse serios, ¿no?
El chico se incorporó hasta volver a estar sobre sus dos piernas, dejando más peso sobre la zurda, algo adelantada, en una posición de guardia relajada siguiendo la mirada de Ekrion. ¡Casi había olvidado a la mujer que había iniciado todo! Por primera vez le dedicó su atención y, sorprendentemente, le pareció atisbar un reflejo rojizo en sus ojos. Podría haber sido un efecto de las luces, pero, si no, ¿dos extranjeros con ojos rojos el mismo día? A ver si la aplicación para evitar los ojos rojos en las fotos tenía más trasfondo de lo que había pensado…
- Entonces, ¿le ha gustado lo que ha visto, señorita-san? Seguro que has disfrutado de las vistas de un exótico, apuesto y atractivo artista marcial… y de mi compañero rubio que, vale, también puede sentirse aludido por esas palabras.- En serio, ¿tanto le costaba a Ekrion ser un poco más… un poco menos… seco con la gente? Al menos, allí estaba él, Zhu, para relajar el ambiente con su jovialidad.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
Un auténtico espectáculo de piruetas y golpes enrevesados por dos artistas marciales, es lo que había presenciado la mujer de negro acompañada por una mole musculosa y grasienta armada hasta los dientes, y por los aplausos y murmullos de los guerreros que habían estado contemplando el combate allí también; El grupo se disolvió después, comentándolo entre risas y discusiones. La doncella fue la última en aplaudir, y cuando lo hizo fue de forma pausada y breve. Luego caminó hacia los guerreros contoneando la cintura y golpeando a cada paso el suelo con su bastón; El guardia la siguió con gesto serio.
-Señores -dijo ella habiéndose detenido a varios metros de los peleadores-. Los dioses lo han visto. Son testigos de que frente a mí hay dos futuras promesas. El duelo ha sido corto pero intenso… e incluso he de admitirlo, habéis despertado mi curiosidad -retomó la caminata y comenzó a pasearse en torno a ellos, rodeándolos en un gran círculo. Los observaba de arriba a abajo, de abajo a arriba.
El guardia se cruzó de brazos guardando las distancias.
-Puede que nuestros caminos no se vuelvan a cruzar más… aunque estáis invitados. Sois bienvenidos a Kardas. El rey estaría encantado de contar con la destreza de dos grandes guerreros. Yo también. Y si os negáis, al menos díganme cómo os llamáis para recordaros ¿Quién sabe lo que nos deparan los dioses?
Ella sonrió. En su mente albergaba la idea de llevárselos con ella. También la de matarlos, amarles, huir de allí sin mediar palabras, matar al guardia, comérselos a todos… las voces de su cabeza eran intensas, confusas y contrariadas. Ella sabía a quienes escuchar cuando estaba relajada.
-Señores -dijo ella habiéndose detenido a varios metros de los peleadores-. Los dioses lo han visto. Son testigos de que frente a mí hay dos futuras promesas. El duelo ha sido corto pero intenso… e incluso he de admitirlo, habéis despertado mi curiosidad -retomó la caminata y comenzó a pasearse en torno a ellos, rodeándolos en un gran círculo. Los observaba de arriba a abajo, de abajo a arriba.
El guardia se cruzó de brazos guardando las distancias.
-Puede que nuestros caminos no se vuelvan a cruzar más… aunque estáis invitados. Sois bienvenidos a Kardas. El rey estaría encantado de contar con la destreza de dos grandes guerreros. Yo también. Y si os negáis, al menos díganme cómo os llamáis para recordaros ¿Quién sabe lo que nos deparan los dioses?
Ella sonrió. En su mente albergaba la idea de llevárselos con ella. También la de matarlos, amarles, huir de allí sin mediar palabras, matar al guardia, comérselos a todos… las voces de su cabeza eran intensas, confusas y contrariadas. Ella sabía a quienes escuchar cuando estaba relajada.
Lorelei- Prole de la Sombra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
La mujer aplaudió la exhibición, como el resto de los presentes, para a continuación hacerles la oferta de unirse al rey de Kardas como guerreros que lo protegieran con sus peculiares destrezas. Sin embargo Ekrion estaba poco atento a la oferta, no sólo porque le interesara bien poco, sino porque se mostraba analítico de cada gesto, entonación y mirada de la mujer, y sentía un escalofrío interno.
Esa mujer tenía un alma aberrante, sus ojos rezumaban una locura y vehemencia que superaban la propia. Si algo le gritaba su instinto es que se alejara de aquella mujer lo antes posible, pues no era alguien de fiar. Pero también estaba su lado curioso, que le invitaba a hacer totalmente lo opuesto y ver qué pasaba.
—Lo lamento, pero en este momento no estoy buscando empleo —respondió el Nephilim a la oferta, declinándola de pleno—Soy Ekrion Gältos, ¿Y tú eres...?
Esa mujer tenía un alma aberrante, sus ojos rezumaban una locura y vehemencia que superaban la propia. Si algo le gritaba su instinto es que se alejara de aquella mujer lo antes posible, pues no era alguien de fiar. Pero también estaba su lado curioso, que le invitaba a hacer totalmente lo opuesto y ver qué pasaba.
—Lo lamento, pero en este momento no estoy buscando empleo —respondió el Nephilim a la oferta, declinándola de pleno—Soy Ekrion Gältos, ¿Y tú eres...?
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
Aquellos gestos de aprobación de los espectadores y la mujer llenaron al muchacho. No tenía claro lo de los dioses testigos, pero al menos todo sonaba bastante bien. Y, por supuesto, no sería él quien se quejara de ser el centro de atención. Sin embargo, ni él se esperaba aquella oferta. ¿La invitación a Kardas? Perfecto. ¿Lo de que le gustarían al rey? Desde luego. ¿Pero lo de “si se negaban”? Había pensado que eran expresiones más de cortesía, como cuando él invitaba a gente a conocer Taogami. Además, Kardas estaba al otro lado del continente, o a más de un continente de distancia, dependiendo cómo hicieras el camino… Tendría que pedir permiso, dejar algunas cosas organizadas y… Entonces, la respuesta de Ekrion le hizo retomar tierra. No tanto por la negativa como por el apellido. Gältos. Una parte de su mente, automáticamente, había sugerido un comentario en la línea de Gbajos o, mejor, Gënanos. Pero de igual manera que dar una amistosa palmada en la espalda del rubio se tornó en un gesto para rascarse la nuca, las palabras murieron antes de surgir de sus labios. Durante un instante había tenido la impresión de que aquellas eran malas ideas, por lo que se centró en su respuesta.
- ¡Genial! Soy Zhu, Chunyu Zhu, y claro que me encantaría conocer Kardas, seguro que es impresionante. Pero tengo obligaciones, así que quizás más adelante, ¿vale?
Entonces esperó la respuesta a la pregunta de Ekri, cuestión a la que se sumó con un gesto de la cabeza indicando hacia el rubio y un asentimiento. Era algo bastante sensato, además, no podría llegar al palacio real kardashian, llamar a la puerta y decir que la encapuchada del cinturón rojo les había invitado (técnicamente, sí que era fácil imaginarse a Zhu haciendo eso mismo, pero hasta él mismo reconocería que sería más fácil con un nombre o cargo).
- ¡Genial! Soy Zhu, Chunyu Zhu, y claro que me encantaría conocer Kardas, seguro que es impresionante. Pero tengo obligaciones, así que quizás más adelante, ¿vale?
Entonces esperó la respuesta a la pregunta de Ekri, cuestión a la que se sumó con un gesto de la cabeza indicando hacia el rubio y un asentimiento. Era algo bastante sensato, además, no podría llegar al palacio real kardashian, llamar a la puerta y decir que la encapuchada del cinturón rojo les había invitado (técnicamente, sí que era fácil imaginarse a Zhu haciendo eso mismo, pero hasta él mismo reconocería que sería más fácil con un nombre o cargo).
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
<<Lo sabías. Sí. Ellos no son como tú. Lo sabes -le decían a Lorelei unas voces agudas y apagadas en su cabeza-. No puedes fiarte de ellos. Hoy no. Lo sabes.>>
Lorelei golpeó el suelo con la pica del bastón y sonrió de forma taimada, deteniéndose justo al lado del guardia y entre los dos muchachos.
-Está bien -susurró ella-.
Hacía rato que el viento había cogido las fuerzas necesarias para precipitarse por el vientre del volcán como una ola fría y violenta, y ahora caía con más frecuencia una tras otra.
-Mi nombre es Lorelei -la prometida del príncipe de Kardas, quiso decir-. Ha sido un placer verlos combatir. Es una lástima que declinéis mi oferta… sin embargo espero que nos volvamos a ver. De donde yo vengo los guerreros más tenaces son bienvenidos y altamente recompensados en los coliseos.
Dejó caer la gustosa idea de la riqueza y el poder, la percepción de la valía y la fama de aquellos que desean probarse en los coliseos. Ella no pretendía engatusarlos a cualquier coste ni llevárselos inmediatamente, pero sabía que aún no era lo suficientemente poderosa como para llevar a cabo sus planes ella sola. De haber sabido que el Nephilim tenía sus propios planes en la sombra de otro reino… lujuriosa le habría enseñado los colmillos.
-Ya es la hora -dijo el guardia con voz de gigantón-. Dudo que la embajadora se tome bien ésta perdida innecesaria de tiempo. Vayámonos.
Lorelei asintió en silencio y se giró sobre sus talones, dándole la espaldas a los guerreros. Si estos no tenían nada más que decir, se marcharía sin más por donde había venido para continuar con sus deberes políticos.
<<Ekrion y Zhu… Estoy segura de que volveremos a vernos.>>
Lorelei golpeó el suelo con la pica del bastón y sonrió de forma taimada, deteniéndose justo al lado del guardia y entre los dos muchachos.
-Está bien -susurró ella-.
Hacía rato que el viento había cogido las fuerzas necesarias para precipitarse por el vientre del volcán como una ola fría y violenta, y ahora caía con más frecuencia una tras otra.
-Mi nombre es Lorelei -la prometida del príncipe de Kardas, quiso decir-. Ha sido un placer verlos combatir. Es una lástima que declinéis mi oferta… sin embargo espero que nos volvamos a ver. De donde yo vengo los guerreros más tenaces son bienvenidos y altamente recompensados en los coliseos.
Dejó caer la gustosa idea de la riqueza y el poder, la percepción de la valía y la fama de aquellos que desean probarse en los coliseos. Ella no pretendía engatusarlos a cualquier coste ni llevárselos inmediatamente, pero sabía que aún no era lo suficientemente poderosa como para llevar a cabo sus planes ella sola. De haber sabido que el Nephilim tenía sus propios planes en la sombra de otro reino… lujuriosa le habría enseñado los colmillos.
-Ya es la hora -dijo el guardia con voz de gigantón-. Dudo que la embajadora se tome bien ésta perdida innecesaria de tiempo. Vayámonos.
Lorelei asintió en silencio y se giró sobre sus talones, dándole la espaldas a los guerreros. Si estos no tenían nada más que decir, se marcharía sin más por donde había venido para continuar con sus deberes políticos.
<<Ekrion y Zhu… Estoy segura de que volveremos a vernos.>>
Lorelei- Prole de la Sombra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
- OFF:
- Estos primeros temas son de primer contacto entre personajes, es mejor cerrar ya este y agilizar un poco la cosa, obtener experiencia y llegar a tener un poco más de poder para hacer tramas más complejas. Así que ya haremos que nuestros personajes se vuelvan a cruzar de nuevo.
Tras ver como la extraña y siniestra mujer abandonaba el lugar con el mismo halo de misterio con el que había hecho acto de presencia en un principio, el Nephilim se encogió de hombros un poco extrañado. Se había quedado a solas con Zhu, y los espectadores del duelo ya empezaban a dispersarse tras ver la conclusión del mismo.
Acto seguido, el joven de dorados cabellos sacó de entre sus ropajes un reloj de bolsillo que observó con atención unos segundos, para luego alzar la mirada al cielo y ver que ya casi empezaba a atardecer. Eso le recordó que el tiempo corría en su contra, debía ir a Xeonova antes de volver a su ciudad natal, y el viaje hasta allí aún le llevaría unos días, por lo que es mejor que saliera ya.
—Ha sido un placer Chunyu Zhu, tengo algo de prisa, aún hay sitios que quiero visitar antes de volver a mi hogar, por lo que es mejor que me ponga en camino, nos veremos en otra ocasión —enunció el hereje, estrechándole la mano al Ángel sin saber a ciencia cierta que era una de sus presas naturales.
Dicho esto, el Nephilim se acomodó un poco las ropas y echó a andar escalera abajo por el empedrado monte en dirección a la civilización, aún había un largo trayecto hasta su próximo destino.
Ekrion Gältos- Heredero de la Penumbra
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Re: [Pasado]: Visitantes en el volcán
¿Lástima que declinaran? Zhu desde luego no la rechazaba, sino que necesitaba algunos preparativos, pero cayó en que muchas veces su respuesta podía interpretarse de aquella manera. Además, lo del coliseo no le llamaba tanto la atención, pero no pudo evitar sentirse aludido y henchido de orgullo por la referencia a la tenacidad. Apuntó mentalmente el nombre de su interlocutora y decidió que, sin duda, sacaría provecho de aquella invitación más adelante. Además, parecía que la mujer tenía asuntos importantes que tratar y seguramente Zhu estaba a una ocurrencia de causar un conflicto internacional*, así que tan solo se despidió y la vio marchar.
Por fortuna, aquello le dejaba con Ekri de compañía, quien miró algo que llevaba entre la ropa antes de despedirse de él. Tenía la impresión de que no sería buena idea cotillear y esperó a que el otro se despidiera y le estrechó la mano.
- Igualmente, Ekrion. ¡Me ha encantado tu eskrima! – si fuera por él le preguntaría más sobre aquellos lugares que quería visitar, pero acababa de ver a lo lejos una cara conocida que se acercaba. Al parecer alguien había descubierto que había estado holgazaneando en sus estudios (según su punto de vista, para el joven había sido una experiencia muy educativa) y debía volver a sus obligaciones – Por supuesto, pero si vuelves, no dudes en buscarme.
Con paso ligero, encaminó sus pasos en la dirección contraria, dispuesto a tratar de evitar una reprimenda o, al menos, que no ocurriera delante del rubio para mantener la cara, pensando en que, con suerte, igual algún día le mandaban a alguna misión con aquel ángel.
Por fortuna, aquello le dejaba con Ekri de compañía, quien miró algo que llevaba entre la ropa antes de despedirse de él. Tenía la impresión de que no sería buena idea cotillear y esperó a que el otro se despidiera y le estrechó la mano.
- Igualmente, Ekrion. ¡Me ha encantado tu eskrima! – si fuera por él le preguntaría más sobre aquellos lugares que quería visitar, pero acababa de ver a lo lejos una cara conocida que se acercaba. Al parecer alguien había descubierto que había estado holgazaneando en sus estudios (según su punto de vista, para el joven había sido una experiencia muy educativa) y debía volver a sus obligaciones – Por supuesto, pero si vuelves, no dudes en buscarme.
Con paso ligero, encaminó sus pasos en la dirección contraria, dispuesto a tratar de evitar una reprimenda o, al menos, que no ocurriera delante del rubio para mantener la cara, pensando en que, con suerte, igual algún día le mandaban a alguna misión con aquel ángel.
- *:
- De hecho, en su mente había resonado una referencia a una cancioncilla pegadiza que había escuchado hace tiempo que sonaba peligrosamente similar a Lorelei y, durante unos duros tres segundos, había sentido la tentación de tararearla con el nombre de la mujer…
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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