Interrogatorio de Hanzo Kakuma

por **Taneki Akodo** Lun Sep 23, 2019 5:00 pm

Spoiler:

El viaje desde Seraphia hasta Sen Zei había sido un poco movido debido a que tuvieron la mala suerte de encontrarse, de pleno, con una tormenta mientras sobrevolaban el gran océano que separaba Kardas, y Nimgrand, del Imperio de Taogami. Quitando los posibles mareos y el plausible miedo, el viaje transcurrió sin incidentes y pronto todos estuvieron en casa.

Quizás se trataba de un mal presagio acerca de un futuro oscuro e incierto...

Hanzo Hakuma fue ingresado en una prisión de máxima seguridad de Taogami situada en una de las islas de amplio imperio. No tardó en ser llamado para participar en un interrogatorio en la víspera del juicio. Era una especie de protocolo, si el acusado quería, pues tenía la oportunidad de dar información útil para los funcionarios del emperador. Si no, pues más le valía la pena que los antiguos arcángeles se apiadaran de su alma, pues las comodidades de aquellas primeras semanas desaparecerían.

La sala de interrogatorios estaba en un edificio secreto de la capital, conocido sólo por ángeles y agentes de Taogami. La sala en la que se iba a llegar a cabo el proceso era de un marcado estilo oriental y, por ello, era de madera. En este país, el excelso manejo de los elementos permitía que la madera adquiriera cualidades de otros materiales y por eso era tan resistente como la roca e ignífuga. Ello hacía que, un material barato como era la madera, pudiera servir para construir edificios fuertes y bellos; pero también estaba armonía con la naturaleza: en Taogami el reciclaje no era una broma, sino que era una costumbre que intrincaba directamente en toda su filosofía y su visión del mundo entorno al equilibrio cósmico.

Hanzo fue conducido a esta sala esposado y en su interior tan sólo encontraría una mesa. El lugar era austero, un tanto oscuro y opresivo. Instantes después, el guardia que lo conducía abandonaría la sala y en su lugar aparecería un viejo conocido: Taneki Akodo.

-Veo que en estas semanas te han tratado bien- dicho esto tomó se sentó según la costumbre de Taogami a un lado de la mesa- Por favor- añadió haciendo un gesto con la mano para que hiciera lo mismo- Aquí no estamos entre bárbaros.

por **Hanzo Kakuma** Lun Sep 23, 2019 7:48 pm

El viaje largo a Taogami fue realizado en uno de los típicos barcos voladores del país, con la diferencia de que este era un acorazado enorme con una mezcla de diseño militar y tradicional de su país.

La celda en la que se encontraba era un espacio básico con váter, lavabo y una cama adosada. Todo lo necesario para el viaje.

EL shinobi se aseó, pues el combate le había dejado sudando, como pudo usando el lavabo y los guardias le proporcionaron una toalla para tal. El resto del viaje estuvo en el centro de la habitación, sentado en el suelo y de piernas cruzadas, meditando.

Los movimientos del barco parecían no distraerle aunque en más de una ocasión tuvo que acostarse en la cama pues no podía concentrarse.

Sus objetos fueron todos retirados, incluida la máscara, y se le proporcionó un mono de color blanco para cambiar sus ropas sucias y desgarradas.

Una vez llegados a Taogami, se le tapó la vista y fue escoltado a una prisión de máxima seguridad. Tras no mucho tiempo, fue escoltado de nuevo a otro lugar. Se le informó de que le iban a interrogar.

Para ello, llevaba otro mono, limpio, la vista tapada con una venda y un par de grilletes. Él sabía que si quería, podría forzar los grilletes hasta romperlos, pero entonces todo aquel viaje habría sido en vano.

Y cuando finalmente podía volver a ver, estaba en una sala elegante y muy tradicional. En el centro - Taneki Akodo le esperaba, invitándole a sentarse. Al decir que allí no estaban entre bárbaros causó que formara una mueca entre disgusto y gracia.

- Así que estamos en uno de vuestros edificios secretos, ¿verdad? Adivinaré que aquí tratáis la mayoría de criminales internacionales - dijo mientras se sentaba.

Una vez acomodado miró a los ojos al ángel y frunció el ceño.

- Tratáis los criminales con mucha suavidad. Me sorprende, en el submundo se dicen otras cosas... se ven otras cosas. Pero bueno, Taneki, ¿en qué puede servir este humilde servidor?

Lo decía sin sorna o burla, estaba conversando con tranquilidad. Una tranquilidad perturbadora.

por **Taneki Akodo** Lun Sep 23, 2019 8:10 pm

Cuando Hanzo Kakuma se sentó frente a Akodo, un joven funcionario de una sala contigua les llevó una bandeja con un poco de té, unas tazas y unas pastas. Quizás ello, sumado a la situación anterior, podría sorprender aún más a Hanzo... No se trataba, ni mucho menos, de una ceremonia del té pues para realizarla debían darse una serie de condiciones y unas circunstancias que, en ese momento, no se daban. Ahora bien, Taneki consideraba que era un gesto positivo para el diálogo establecer un ambiente cordial y civilizado. Si más tarde una autoridad le pedía que le cortara la cabeza a Hanzo, lo haría. Hasta entonces: ¿Por qué no disfrutar de una buena conversación?

-Hay muchos tipos de criminales, Kakuma,- dicho esto se quitó por primera vez su máscara tengu frente a Hanzo- pero creo que tu comprendes y respetas las tradiciones guerreras de nuestro pueblo.

Su duelo con Hanzo le había demostrado muchas formas del hacer de aquel terrorista, a su modo de ver no era un mero salvaje occidental y, por ello, se merecía un poco de respeto y que la autoridad tuviera un trato cortés hacia él. Ello no implicaba deferencia ni que, por parte de Akodo, lo ocurrido quedara olvidado; tan sólo creía interesante conocer a la clase de persona que había tras el honorable asesino.

También era posible que se equivocara y que, tras la máscara del Oni, no hubiera de Taogami más allá de una mera fachada y técnica estética y marcial.

El rostro de Taneki mostraba una cara joven pero con los clásicos rasgos de Sen Zei. Su pelo era oscuro, pero en aquel momento lo tenía teñido de plateado y su piel, aunque rojiza en Seraphia, no tenía ningún pigmento en aquel momento. Tan sólo se pintaba de rojo cuando tenía que acudir a un acto de servicio marcial y, el resto del tiempo, gustaba de portar ropa cómoda, austera y elegante.

Taneki Akodo:

-Nuestros caminos han discurrido por cauces opuestos. Al menos por el momento... - dicho esto le indicó a Hanzo que podía tomar un poco de té y, tras este, el propio Taneki se echaría un vaso y bebería tranquilamente- Aún estás a tiempo de hacer lo correcto, Hanzo. Dime: ¿Quién está detrás del ataque contra la embajadora? ¿Quién contrató al escorpión?

por **Hanzo Kakuma** Mar Sep 24, 2019 9:00 am

Taneki buscaba establecer un lazo con el prisionero para poder llevar una comunicación civilizada y hacerle confesar. En caso de no funcionar, si no información no estaba equivocada, llegaría quizás la tortura. Una situación ciertamente simpática.

Hanzo agarró el recipiente de la humeante bebida y se echó tranquilamente en la taza. La agarró con ambas manos y comenzó a soplar tranquilamente, después le dio un sorbó.

- Hm... vuestro té es de calidad. Un reflejo de vuestras intenciones de ser civilizados y superar a otras culturas - dijo dejando la taza sobre la mesa -. Claro que, cualquiera puede tomar este té y ser... un demonio.

Pronunció sus palabras despacio. Irónicamente, no se refería a sí mismo pero sus pensamientos se entremezclaron. Era complicado saber que habían cosas peores, más corruptas, que un demonio en el mundo.

- ¿Qué es lo correcto, Taneki? Para la persona que me contrató, lo correcto fue la muerte de la embajadora. Para vosotros, encarcelar a la flecha que puso fin a su vida. Para mí, lo correcto disparar sin miramientos, pues mi misión no era algo personal ni buscaba algún resultado. Solo las monedas que conllevaba.

Volvió a sorber despacio. Ahora la bebida estaba algo menos caliente y el sabor se podía disfrutar más. Una arómatica y calurosa sensación invadió su boda y después todo su cuerpo.

- Pero como te dije en aquel callejón, no eres tan tonto como para pensar que yo podría llevar a alguien. Mi objetivo llegó a través de un dispositivo electrónico con un escáner facial y una pantalla que no muestra nombres, y que luego quema automáticamente sus propios circuitos. No hay marcas, no hay fotos, todo descrito con palabras. La persona que me contrató es muy probable que tampoco sepa a quién contrató y el mensaje me lo llevó alguien quién ahora mismo no respira.

Dejó un momento para que el ángel pudiera reaccionar. Siguió disfrutando del té. Por un momento, la conversación era hasta agradable, pues el ambiente, el tono y la bebida invitaban a ello. Pero aquello era poco menos que una guerra psicológica.

- Ahora dime, guerrero. ¿En qué crees que puede llegar a ayudar una flecha como yo?

por **Taneki Akodo** Mar Sep 24, 2019 10:43 am

La situación podría antojarse sumamente simpática a ojos de algunos, posiblemente esperpéntica para muchos otros. En su último encuentro, aquellos dos hombres habían estado a punto de matarse sin ningún tipo de miramiento y, en aquel momento, disfrutaban de un buen té y de una conversación agradable.

Para Taneki ello era muy natural, había un momento para alzar la espada contra los enemigos del imperio y había otro para escuchar a su adversario. Por supuesto, Akodo no dudaría en volver a alzar su espada contra aquel asesino pero sentía un profundo interés personal por comprender como era compaginable una actitud marcial digna de un buen luchador de Taogami con una vida de pillaje y salvajismo terrorista.

-Se puede ser bueno o malvado, pero las buenas costumbres no tienen por qué perderse- dicho esto dió un sorbo a su taza de té mientras escuchaba las reflexiones de Hanzo.

-Tu deber era para con tu contratista, ello lo entiendo y lo respeto; pero deberías buscar un señor- dio otro sorbo antes de proseguir-. Es una lástima que hombres como tu no encuentren un daimio a la altura de sus habilidades.

Por supuesto, ello no implicaba que ese alegórico señor tuviera que ser bueno o gentil. Taneki pensaba que Hanzo era una especie de ronin, obligado a trabajar por sus circunstancias por contratos de poca monta para poder subsistir de una forma digna y correspondiente a su estatus.

-Cuando pagues tu condena, quizás llegues a ser tu propio daimio...

Entrando en el fondo de la cuestión, en aquello que había traído a Taneki hasta aquel edificio y por lo que disfrutaban de una agradable conversación, Akodo respondió:

-Toda flecha tiene su flechero, este la vende a un buen arquero o pasa por múltiples dueños hasta que acaba en un carcaj ¿Quién es tu flechero? - por supuesto, no preguntaba exactamente quien había formado al propio Hanzo, sino acerca de sus redes de contactos, el submundo que había detrás de la próspera Taogami y de las turbias tramas que, en el fondo, se movían muy cerca del propio palacio de Sen Zei.

por **Hanzo Kakuma** Mar Sep 24, 2019 5:21 pm

Abeja, escorpión, flecha. Las metáforas empezaban a ser aburridas y Taneki insistía en conseguir una información que no conseguiría.

A Hanzo le daba muy igual desvelar algunos de los nombres de sus contactos, gente de la peor calaña de los arrabales, pero sabía también que eso significaría que su negocio se iría a pique. Necesitaba el dinero, tanto para su dojo como para preparar sus fuerzas y darle la vuelta a todo el Imperio.

Su dojo... si Taneki pudiese conseguir información de él también pondría en peligro a sus alumnos, entre ellos a Anger. Ciertamente, los beneficios serían demasiado bajos para el coste que supondría desvelar cualquier dato.

- Bueno, ángel - dijo, dando un sorbo -, sabemos muy bien cómo funciona el mundo. ¿Qué ganaría alguien como yo con el intercambio de información?

Hanzo estaba preguntando por un precio. ¿Sería capaz de traicionar a los suyos a cambio de una ventaja con los ángeles y por su libertad?

por **Taneki Akodo** Mar Sep 24, 2019 6:55 pm

En aquel momento, la agradable atmósfera que se había creado entre ambos guerreros se vió interrumpida por la inusual y abrupta entrada de un tercer hombre. Era otro agente de Taogami, un miembro del servicio secreto del más alto nivel, y llevaba la cara cubierta por un pañuelo negro con ribetes y símbolos de hilo de plata.

Taneki, al principio, se sintió molesto y sorprendido porque pensaba que su prisionero estaba dispuesto a hablar y, aquella entrada, podría arruinar todo su trabajo. Luego, antes de decir nada, recordó que su superior le alertó de que en mitad del interrogatorio entraría un agente del servicio secreto para observar como se desarrollaban las cosas. Este asunto movía asuntos al más alto nivel de Taogami, las relaciones comerciales y políticas con Kardas estaban en juego y el servicio secreto iba a jugar un papel fundamental.

Agente:

Portaba la armadura tradicional de Taogami, ornamentada pero elegante, y un sombrero de viaje que caracterizaba a todos los samurais que trabajaban fueran de las oficinas. Por supuesto no dijo nada, ni hizo señal alguna de querer hacerlo, tan sólo se quedó en una esquina de la sala y observó atentamente todo lo que ocurría.

-Si hacer lo correcto no es suficiente, hablaré a tu favor en el juicio- por supuesto, Taneki tenía dudas de que ello fuera suficiente-. Podemos facilitar la vida a los tuyos... O no descansar hasta que tu hogar y tu gente sea capturada. Por supuesto, espero que colabores por tu bien y el del imperio.

Taneki Akodo no quería llegar a esos extremos teniendo a Hanzo entre rejas, pero mientras él estaba atrapado bien podrían aprovechar los agentes de Sen Zei para hacer una amplia búsqueda en los arrabales de Sairon para acabar con todo lo que encontraran a su paso. Por supuesto, los asesinos huirían ante la rudeza de la redada pero... ¿Podría ocultarse la gente de Hanzo sin su líder? ¿Qué sería de su hogar? Ante todo, esa amenaza, sería una poderosa frustración para él estando atrapado. Akodo no veía eso como una acción honorable, pero lo haría si resultaba necesario.

Por lo poco que sabían de este tal Hanzo, era un hombre relativamente joven que había empezado a moverse por aquel arrabal y amasado cierto prestigio como espía y asesino. Sin duda los había mejores y más caros, pero era ideal, y prescindible, para un misión del calibre de la diplomática. Aún no había podido organizar una estructura criminal relevante en la zona, pero estaba muy bien encaminado... Un ataque a gran escala de la policía haría que su "competencia" se moviera y, los suyos, caerían ante la ausencia de su líder. Si colaboraba, su gente ganaría tiempo y, quién sabe, lo mismo era su competencia la que sufría esa redada...

Por supuesto, Akodo daba por hecho que Hanzo acabaría en la cárcel por el resto de su inmortalidad pero Hanzo sabía que ello no sería tan sencillo y debería tener mucho cuidado con lo que decía de ahora en adelante.

¿Se arriesgaría Hanzo a perder todo lo que había amasado en Sen Zei y en Taogami? ¿Hasta que punto podría hablar sin causar la ira de su anónimo contratista? ¿Podría salir airoso de toda esta situación?

por **Hanzo Kakuma** Mar Sep 24, 2019 8:00 pm

- Hablarás bien de mí, muy amable de tu parte, ángel guerrero - dijo, no sin un intenso tono de sarcasmo.

La nueva presencia en la habitación le molestaba, algo rompió la armonía del ambiente con su entrada. La intimidad que desarrollaba con su captor volvía a sentirse como un encuentro hostil y recordó que era un prisionero en un país corrupto controlado por los "buenos".

Durante un par de segundos no apartó la mirada de los ojos de Taneki y resopló, sin ganas.

- En el mercado de marisco de los Arrabales de Sairon se encuentra un hombre llamado Kenichi, es un joven de Taogami, tendrá 19 años. Preguntad a ese chico por el kilo de calamares de Torremelgarejo, y llamará a un hombre mayor de unos 60 años llamado Kaito.

Hizo un descanso para respirar y se aseguro de que Taneki le siguiera.

- Kaito conoce a tres personas de hábitos... poco cívicos. Pero jamás os dirá sus nombres. Para llegar a ellos tendréis que pedir "el favor de la doncella", "el nombre del espíritu del río" o "el juramento del lobo". No menciones los 3, despertará la alerta y no pillarás a uno. De hecho, condenarás a muerte al anciano y su familia, si es que no los matáis vosotros antes.

La información no tenía relación en absoluto con él. Hanzo cometió un error en su combate con Taneki, pues reveló su nombre clave en un momento de autosatisfacción e ira - el escorpión.

Los otros tres nombres pertenecían a criminales y asesinos de poca monta, nada comparados a él. El Lobo era un secuestrador profesional, conocedor del mundo de la prostitución y tráfico humano. El Espíritu del río era un conocido ladrón en el submundo que solía beneficiar a grandes empresarios interesados en objetos de colección raros y difíciles de conseguir. Alguna que otra muerte y víctima también corría a su cuenta. La Doncella era la única asesina de la lista, conocida por sus métodos de extorsión que incluían la tortura de sus víctimas que podrían durar hasta meses. Tenía un porcentaje de éxito del 98%.

Escoria. Personas que mancillan el honor y el mundo en beneficio de cobardes débiles con sobrepeso.

- Quizás esta información te sirva de algo.

por **Taneki Akodo** Mar Sep 24, 2019 9:07 pm

Taneki Akodo sacó, de entre sus ropajes, un pequeño trozo de papel de arroz y con un poco de tinta y un pincel empezó a escribir con una pulcra letra una serie de indicaciones. Cuando hubo acabado, un sirviente entró en la sala y se llevó el documento, firmado por el propio Taneki.

La maquinaria del Imperio de Taogami se ponía en movimiento.

Poco después, al otro lado de la ciudad, los samurais situados junto al Palacio Imperial saldrían de sus cuarteles y empezarían a registrar casa por casa y calle por calle todo el barrio de Sairon. Las indicaciones que dió Hanzo pasaron de Taneki a los capitanes de aquellas comitivas y, rápidamente, el famoso Kaito fue capturado. Algunos creen que murió a causa de la sorpresa, otros que huyó a Torremelgarejo y que allí conoció la paz espiritual, muchos consideran que fue capturado y que falleció en prisión por causas naturales.

El Lobo, el Espíritu del Río y la Doncella no tardaron en caer, aunque no corrieron la misma suerte que Kaito. Su destino estaba sellado desde el mismo instante en el que Hanzo abrió sus labios pero, por el momento, ni él ni Taneki sabrían que les depararía.

-Si tu información es valiosa, ten por seguro que tu condena será mucho menor- zanjó Akodo mientras daba un último sorbo a su taza de té porque, para su sorpresa, ya se había acabado. Con ello también se indicaba que su tiempo se agotaba en este interrogatorio pero, puede que aún Hanzo tuviera cosas que decir y, además, aún quedaba todo un juicio por delante- Si no, espero que estés preparado para lo que se avecina en el juicio.

Tampoco es que Akodo tuviera algo personal contra Hanzo, hasta cierto punto se podría decir que le agradaba tomar el té con él, pero el deber y el honor para consigo mismo y para con Taogami y los ángeles estaba por encima de todo lo demás.

por **Hanzo Kakuma** Mar Sep 24, 2019 9:20 pm

Hanzo sonrió para sus adentros al saber que hizo uso de la fuerza del Imperio para llevarse por delante a otros adversarios. Ahora el Arrabal de Sairon tenía a pocas personas más de renombre, y dentro de poco mitad de Sen Zei podría estar bajo su control.

- No vas a estar decepcionado, ángel - dijo, cuando se dio cuenta que no quedaba té. He de admitir que me sorprende que te fíes de mi palabra. Dime, ¿tan seguro estás de mi honor?

Sus pupilas por un momento se tornaron transparentes, dejando ver unos ojos totalmente blancos, desprovistos de compasión y humanidad. Tras pestañear volvía a ser normal.

- Y especialmente, ¿qué crees que resolverá este juicio? Eres un guerrero noble, y no me gusta decepcionar a alguien con quién acabo de tomar un buen té.

por **Taneki Akodo** Mar Sep 24, 2019 10:24 pm

El invitado silencioso que había permanecido en la sala durante buena parte del interrogatorio se marchó sin decir nada. Su presencia y su partida apenas habían sido advertidas, pero su notoriedad era incuestionable para Akodo.

-Ahora no está en mis manos, sino en los agentes de mayor rango al servicio del imperio- dicho esto se levantó para añadir con serenidad- Si la información es útil, respetarán a los tuyos.

En ese momento entraron nuevos agentes para llevarse a Hanzo a la prisión de la que provenía, a la espera de un juicio que sin duda sería justo e imparcial. La educación y la formalidad de la escena no se rompió en ningún momento:

-Tan sólo espero que se haga justicia.

Su honor estaba a salvo, había cumplido de sobras con su deber y había otorgado información, que podría ser potencialmente valiosa, gracias a ese interrogatorio. Posiblemente sus superiores le otorgarían alguna medalla y recibiría honores, al margen del resultado de todas aquellas pesquisas; pero para Akodo lo fundamental era salvaguardar el bienestar del imperio y de sus gentes. La muerta de la embajadora lo perturbaba porque algo en el fondo de su ser le decía que había mucho más de lo que se veía a simple vista. Antes de que Hanzo se marchara escoltado y esposado, le dijo:

-Creo que nuestros senderos son diferentes, pero caminamos bajo la sombra del árbol de nuestro pueblo.

¿Qué respondería a ello? Sin duda eran formas muy diferentes de entender las cosas, pero ambos sabían lo que era tomar un buen té y eso implicaba muchas otras cosas.

por **Hanzo Kakuma** Miér Sep 25, 2019 8:01 pm

"El árbol de nuestro pueblo"

- El árbol de nuestro pueblo echa cenizas, sus hojas se marchitan y de su tronco brota sangre - dijo en voz alto, casi como pensando para sí mismo.

Miraba a la mesa, meditabundo. Luego una mirada afilada atravesó a Taneki.

- Guárdate tu sentido del honor para el juicio. Y entonces entenderás muchas más cosas de las que te gustaría.

Se levantó y los guardias le cogieron por los brazos para llevárselo. Hanzo siguió mirando a su interrogador a los ojos hasta que los guardias le obligaron a girar la cabeza y se fueron.

Volvió a su celda. Tras 10 minutos de pie, volvió a sentarse al suelo para meditar.

Tocaba juicio.

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