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[Pasado] Un café en invierno
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[Pasado] Un café en invierno
Recuerdo del primer mensaje :
El mes mas frío se cernía sobre Tera, los cielos se cubrían de oscuras nubes que impedía al Sol calentar la ciudad que nunca dormía. No importaba el momento, allí siempre había una gran cantidad de movimiento, y es que se encontraba en uno de los lugares más concurridos de toda la ciudad: La Cafetería Blackbucks. La ángel había viajado desde Xeonova en lugar de su madre para cerrar un par de contratos que traerían a la ciudad nuevos fármacos desarrollados por la industria de su madre adoptiva, por fin había terminado sus obligaciones como empresaria y disfrutaba de su café sentada en una de las mesas exteriores del lugar. -En cualquier momento lloverá o nevará... - Dijo para sí mirando al cielo para luego dar otro sorbo a su bebida.
La pelinaranja vestía unas botas altas sin tacón que en su mayoría quedaban cubiertas por sus pantalones vaqueros azulados, su camisa negra con un paisaje nevado en el frontal se ocultaba bajo una gran chaqueta que la protegía del frío y resaltaba su pelo a lo largo de su espalda. Adyara esperaba a alguien que procedía del Imperio Taogami, siempre había estando interesada en aquel lugar, si bien en el pasado había estado allí cuando era propiedad de un joven forjador, hacía muchísimo tiempo que no tenía contacto con nadie de allí, lo cual, para alguien con una sed de conocimiento como la suya, era lo mismo que haber tenido un libro que estudiar ante sus narices sin poder abrirlo durante muchísimo tiempo.
No sabía quien era la otra persona, pero sabía que su madre adoptiva se había encargado de que supiesen reconocerla, a decir verdad estaba un poco emocionada en ese momento. ¡Tenía la oportunidad de aprender! Y eso le bastaba. Un pequeño copo de nieve cayó en su nariz. No se había dado cuenta ya que estaba abstraída en sus pensamientos mientras daba esporádicos sorbos a su café, pero había empezado a nevar levemente. El frío la hizo volver al mundo real y salir de su propia cabeza. A pesar de estar allí, en aquella especie de terraza a la intemperie, no se estaba tan mal dado que bajo el suelo había un gran sistema de calefacción que impedía que se acumulase la nieve y mantenía a los clientes del lugar a una temperatura cómoda. Sin duda la tecnología de Xeonova se estaba expandiendo por todo el mundo a quienes la querían.
El mes mas frío se cernía sobre Tera, los cielos se cubrían de oscuras nubes que impedía al Sol calentar la ciudad que nunca dormía. No importaba el momento, allí siempre había una gran cantidad de movimiento, y es que se encontraba en uno de los lugares más concurridos de toda la ciudad: La Cafetería Blackbucks. La ángel había viajado desde Xeonova en lugar de su madre para cerrar un par de contratos que traerían a la ciudad nuevos fármacos desarrollados por la industria de su madre adoptiva, por fin había terminado sus obligaciones como empresaria y disfrutaba de su café sentada en una de las mesas exteriores del lugar. -En cualquier momento lloverá o nevará... - Dijo para sí mirando al cielo para luego dar otro sorbo a su bebida.
La pelinaranja vestía unas botas altas sin tacón que en su mayoría quedaban cubiertas por sus pantalones vaqueros azulados, su camisa negra con un paisaje nevado en el frontal se ocultaba bajo una gran chaqueta que la protegía del frío y resaltaba su pelo a lo largo de su espalda. Adyara esperaba a alguien que procedía del Imperio Taogami, siempre había estando interesada en aquel lugar, si bien en el pasado había estado allí cuando era propiedad de un joven forjador, hacía muchísimo tiempo que no tenía contacto con nadie de allí, lo cual, para alguien con una sed de conocimiento como la suya, era lo mismo que haber tenido un libro que estudiar ante sus narices sin poder abrirlo durante muchísimo tiempo.
No sabía quien era la otra persona, pero sabía que su madre adoptiva se había encargado de que supiesen reconocerla, a decir verdad estaba un poco emocionada en ese momento. ¡Tenía la oportunidad de aprender! Y eso le bastaba. Un pequeño copo de nieve cayó en su nariz. No se había dado cuenta ya que estaba abstraída en sus pensamientos mientras daba esporádicos sorbos a su café, pero había empezado a nevar levemente. El frío la hizo volver al mundo real y salir de su propia cabeza. A pesar de estar allí, en aquella especie de terraza a la intemperie, no se estaba tan mal dado que bajo el suelo había un gran sistema de calefacción que impedía que se acumulase la nieve y mantenía a los clientes del lugar a una temperatura cómoda. Sin duda la tecnología de Xeonova se estaba expandiendo por todo el mundo a quienes la querían.
Adyara- Guerrero Celestial
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(13/100)
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Re: [Pasado] Un café en invierno
Parecía que sus palabras y sus acciones habían logrado animar a la muchacha, que incluso se rio con la referencia a su cocina. Además, cuando volvió a recostarse en su pecho, ya parecía mucho más aliviada y relajada. Sin embargo, no pudo contener una ligera carcajada cuando hizo referencia a las miradas que les dedicaban los viandantes.
- Ya, bueno, tú lo has dicho, soy un chico guapo, es mi suplicio personal, qué se le va a hacer.
Sin embargo, su tono distaba mucho de sentirse afligido, sino más bien todo lo contrario. Estaba encantado de su aspecto, en parte se lo trabajaba en sus entrenamientos para mantenerlo en aquel estado, y no le molestaba que la gente lo apreciara para nada.
Cuando Adyara le miró con algo más de seriedad y cambió de tono, por un momento pensó, que había caído en algo importante o había algo importante, ya que, aunque ella no lo había mirado, aquel pitido en su teléfono podría ser algún aviso importante. No obstante, pronto se desvelaron sus auténticas intenciones. Los dedos de la chica buscaron despertar sus cosquillas, a lo que el respondió con una risa y un ligero encogimiento, pero sin ser nada excesivo, en realidad, con el paso del tiempo y sus entrenamientos, toleraba bastante bien casi cualquier estímulo o daño. No por ello dejaba de ser sensible y las sentía, es más, sentía las cosquillas, aunque no llegando al punto que quizás la chica hubiera esperado.
- ¿La verdad? No tantas como te gustaría, Adyara. – Interrumpiendo la frase para dejar escapar algunas risas, le revolvió el pelo con gesto divertido – Pero buen intento. Me alegra que te sientas tan animada… ¿Te parece si nos movemos?
Miró hacia los lados dándose cuenta de que iba refrescando y la nieve iba cayendo con algo más de ánimo. No llegaba a acumularse en el centro de las aceras, donde sistemas mantenían el firme seco y antideslizante, pero sí a los lados lenta pero constantemente. Incluso podía ver su aliento formando una tenue nube con cada respiración.
- Y, ojo, que si no te apetece, puedo llevarte en volandas sin problemas, aunque igual eso llama todavía más la atención, así que… ¿volvemos a la cafetería? Te prometo que no montaré una escenita como la de antes, ¡palabrita de Shamsiel!
Poniéndose de pie ante ella, levantó la mano poniéndosela sobre el pecho mientras daba su promesa de estilo infantil para luego tendérsela para invitarla a acompañarle de nuevo.
- Ya, bueno, tú lo has dicho, soy un chico guapo, es mi suplicio personal, qué se le va a hacer.
Sin embargo, su tono distaba mucho de sentirse afligido, sino más bien todo lo contrario. Estaba encantado de su aspecto, en parte se lo trabajaba en sus entrenamientos para mantenerlo en aquel estado, y no le molestaba que la gente lo apreciara para nada.
Cuando Adyara le miró con algo más de seriedad y cambió de tono, por un momento pensó, que había caído en algo importante o había algo importante, ya que, aunque ella no lo había mirado, aquel pitido en su teléfono podría ser algún aviso importante. No obstante, pronto se desvelaron sus auténticas intenciones. Los dedos de la chica buscaron despertar sus cosquillas, a lo que el respondió con una risa y un ligero encogimiento, pero sin ser nada excesivo, en realidad, con el paso del tiempo y sus entrenamientos, toleraba bastante bien casi cualquier estímulo o daño. No por ello dejaba de ser sensible y las sentía, es más, sentía las cosquillas, aunque no llegando al punto que quizás la chica hubiera esperado.
- ¿La verdad? No tantas como te gustaría, Adyara. – Interrumpiendo la frase para dejar escapar algunas risas, le revolvió el pelo con gesto divertido – Pero buen intento. Me alegra que te sientas tan animada… ¿Te parece si nos movemos?
Miró hacia los lados dándose cuenta de que iba refrescando y la nieve iba cayendo con algo más de ánimo. No llegaba a acumularse en el centro de las aceras, donde sistemas mantenían el firme seco y antideslizante, pero sí a los lados lenta pero constantemente. Incluso podía ver su aliento formando una tenue nube con cada respiración.
- Y, ojo, que si no te apetece, puedo llevarte en volandas sin problemas, aunque igual eso llama todavía más la atención, así que… ¿volvemos a la cafetería? Te prometo que no montaré una escenita como la de antes, ¡palabrita de Shamsiel!
Poniéndose de pie ante ella, levantó la mano poniéndosela sobre el pecho mientras daba su promesa de estilo infantil para luego tendérsela para invitarla a acompañarle de nuevo.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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(17/100)
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Re: [Pasado] Un café en invierno
Infló los mofletes con frustración cuando notó que sus cosquillas no eran tan efectivas como lo habría deseado. -Estrategia fallida. - Susurró apartando la mirada del joven para luego sentir como le revolvía un poco el pelo, no iba demasiado arreglada así que no le dio demasiada importancia. -Claro. - Contestó despegándose de Zhu y recogiendo su móvil de su regazo para guardarlo en uno de los bolsillos de su pantalón, ignorando de nuevo el pequeño brillo de notificación pendiente que emitía el dispositivo. El chico se levantó primero y observó los alrededores, dándose cuenta de que conforme avanzaba la tarde el frío se iba haciendo mas presente. -Hmm... - Dijo con gesto pensativo. -Quizá no estaría mal ir en volandas... - Pensó en voz alta de forma divertida llevándose un dedo a los labios haciendo un falso gesto de ocultar una sonrisa pícara.
Negó con la cabeza y cogió la mano del chico a la par que se levantaba. -Mejor que no, no nos dejarían entrar.- Dijo risueña. Ambos comenzaron a caminar en dirección hacia la cafetería, la verdad es que la idea de una bebida caliente le parecía de lo mas atractiva. Entonces su teléfono volvió a sonar en su bolsillo, y ya por cansancio, la chica decidió mirar a ver qué pasaba. Caminaba mientras miraba su terminal y además controlaba que ninguna otra persona fuese a chocar con ella por ir distraída, entonces frenó en seco, y un tanto sobresaltada comenzó a mirar a su alrededor, pero no a nivel del suelo, sino hacia el aire, como si buscara algo. Pasó dos largos minutos buscando y mirando, escrutando todo a su alcance y entonces lo vio por fin. Tecleó algo en su móvil y luego esperó quieta unos segundos, y entonces alzó la palma de su mano delante de su pecho hacia el cielo, al cabo de un momento, un pequeño dron con una cámara se dejó ver en la mano de la chica.
Adyara soltó un bufido muy poco femenino y entonces trasteó el dron con la propia mano que lo sujetaba, apagándolo y guardándolo en un bolsillo de su chaqueta. Recordó en ese momento que no estaba sola sino acompañada y miró a Zhu, encontrándolo con una expresión que parecía indicar que no tenía ni la mas mínima idea de lo que estaba sucediendo. - Tecnología de Xeonova, drones de seguimiento personal, se me había olvidado que estaban probándolos... - Explicó un poco avergonzada. Alzó su móvil para enseñarle al chico una conversación cuyo titular era "Rita", en dicha conversación habían dos fotos de ambos, una en el banco, tomada cuando ambos estaban abrazados, y otra de hacía apenas unos segundos. -Lo siento... - Su voz sonaba avergonzada. - Creo que lleva viéndonos toda la tarde... - No sabía donde meterse ¿Cómo se le había olvidado que estaba siendo vigilada? ¡Y de todas las cosas habían visto eso! En ese momento y mientras el chico tenía el chat ante él, otro mensaje impulsó hacia arriba los anteriores. "¡Estoy orgullosa de ti, sobrina! Buen trabajo con ese chico guapo. ¡Ah, y no te olvides de presentárnoslo a Anna y a mi!" Rezaba el mensaje.
Adyara apartó el dispositivo unos segundos después y se sorprendió viendo que mientras Zhu leía había llegado otro mensaje. Los colores se le subieron, estaba roja cual tomate y en su cara se dibujaba una exagerada mueca de incredulidad. ¿Qué diría él? Estaba hecha un manojo de nervios, no sabía que hacer ni que decir, su mente ahora mismo era incapaz de pensar en nada, solo podía quedarse ahí, parada, rezando internamente para que el chico no se tomase a mal lo que había pasado. Decir que estaba en shock no habría sido nada exagerado desde su punto de vista.
Negó con la cabeza y cogió la mano del chico a la par que se levantaba. -Mejor que no, no nos dejarían entrar.- Dijo risueña. Ambos comenzaron a caminar en dirección hacia la cafetería, la verdad es que la idea de una bebida caliente le parecía de lo mas atractiva. Entonces su teléfono volvió a sonar en su bolsillo, y ya por cansancio, la chica decidió mirar a ver qué pasaba. Caminaba mientras miraba su terminal y además controlaba que ninguna otra persona fuese a chocar con ella por ir distraída, entonces frenó en seco, y un tanto sobresaltada comenzó a mirar a su alrededor, pero no a nivel del suelo, sino hacia el aire, como si buscara algo. Pasó dos largos minutos buscando y mirando, escrutando todo a su alcance y entonces lo vio por fin. Tecleó algo en su móvil y luego esperó quieta unos segundos, y entonces alzó la palma de su mano delante de su pecho hacia el cielo, al cabo de un momento, un pequeño dron con una cámara se dejó ver en la mano de la chica.
Adyara soltó un bufido muy poco femenino y entonces trasteó el dron con la propia mano que lo sujetaba, apagándolo y guardándolo en un bolsillo de su chaqueta. Recordó en ese momento que no estaba sola sino acompañada y miró a Zhu, encontrándolo con una expresión que parecía indicar que no tenía ni la mas mínima idea de lo que estaba sucediendo. - Tecnología de Xeonova, drones de seguimiento personal, se me había olvidado que estaban probándolos... - Explicó un poco avergonzada. Alzó su móvil para enseñarle al chico una conversación cuyo titular era "Rita", en dicha conversación habían dos fotos de ambos, una en el banco, tomada cuando ambos estaban abrazados, y otra de hacía apenas unos segundos. -Lo siento... - Su voz sonaba avergonzada. - Creo que lleva viéndonos toda la tarde... - No sabía donde meterse ¿Cómo se le había olvidado que estaba siendo vigilada? ¡Y de todas las cosas habían visto eso! En ese momento y mientras el chico tenía el chat ante él, otro mensaje impulsó hacia arriba los anteriores. "¡Estoy orgullosa de ti, sobrina! Buen trabajo con ese chico guapo. ¡Ah, y no te olvides de presentárnoslo a Anna y a mi!" Rezaba el mensaje.
Adyara apartó el dispositivo unos segundos después y se sorprendió viendo que mientras Zhu leía había llegado otro mensaje. Los colores se le subieron, estaba roja cual tomate y en su cara se dibujaba una exagerada mueca de incredulidad. ¿Qué diría él? Estaba hecha un manojo de nervios, no sabía que hacer ni que decir, su mente ahora mismo era incapaz de pensar en nada, solo podía quedarse ahí, parada, rezando internamente para que el chico no se tomase a mal lo que había pasado. Decir que estaba en shock no habría sido nada exagerado desde su punto de vista.
- el coso en cuestión:
Adyara- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
Sorprendentemente, Adyara resultaba bastante hábil al compaginar el paseo con la consulta del teléfono. Cuando él lo hacía, casi siempre implicaba una serie de impactos leves contra personas y mobiliario urbano que, aunque no llegaban a hacerle apenas daño, siempre resultaba molesto. Hasta que la chica desapareció de su lado. Zhu se detuvo en el acto y la vio detenida un par de metros más atrás mirando al aire. Su expresión parecía indicar que estaba barriendo el cielo en búsqueda de algún enemigo o elemento peligroso.
- ¿Adyara? ¿Pasa al…? – con la frase a medio terminar, observó con sorpresa como una golondrina (un dispositivo de exploración de entornos tecnomágico de Taogami), o algo muy similar, se posaba en la mano extendida. Sin embargo, en vez de mostrarse inquieta o alerta, la chica dejó escapar un sonido de hartazgo, lo que le provocó una risita al muchacho mientras lo guardaba en el bolsillo – ¿Y eso? ¡Ah, vale, lo entiendo! En Taogami tenemos cosas parecidas, aunque, déjame decirlo, más estilizadas y elegantes… ¿Hum?
Chunyu se incline hacia la pantalla para apreciar las imágenes que allí se mostraban. Eran ellos dos, aunque tomadas desde el cielo, ángulo desde el que el muchacho no estaba acostumbrado a verse y, mucho menos, con su ropa nueva, así que tardó unos segundos en darse cuenta de que eran ellos. Adyara parecía especialmente abochornada de aquello, pero Zhu se encogió de hombros como si no pasara nada.
—Bah, no te disculpes. Hay gente que opinaría que la vigilancia cuando ando cerca es una necesidad imperiosa… ¿Dices que toda la tarde? – el tono del muchacho seguía siendo animado, al menos que le supervisara una máquina parecía más eficiente y, tenía que reconocerlo, las fotos que sacaban tampoco estaban tan mal en resolución. - Pues podían haber avisado, ¡así al menos podríamos haberles dado algún posado decent…! ¿Eh? – otro mensaje había entrado mientras prestaba atención a la calidad de las fotos, así que lo leyó casi sin poder impedirlo. Al parecer era la tía de Adyara, valorándole de forma positiva y mencionando a una tal Anna. Zhu apartó la mirada algo sonrojado, no tanto por el contenido sino por el hecho de haber leído algo que no iba dirigido a él, aunque nada comparado con el color del que se tiñó su amiga. Durante unos eternos segundos, ninguno habló hasta que decidió romper el silencio.
- Vaaaale, creo que eso ha sido un poco incómodo. – Se rascó la nuca pensando en qué podría estar pensando Adyara, sin embargo, optó por ser natural. Total, si se lo hubieran dicho a él, no le habría dado importancia, es más, incluso se lo habría enseñado a su acompañante, especialmente si había alabanzas. – - A ver, primero, perdona, no quería leerlo, pero ha entrado justo ahora… Pero, bueno, ¡no pasa anda! Además, esa Rita está claro que tiene un gusto excelente con los chicos, se nota, y, que conste, hablo de manera totalmente objetiva. - se señaló de arriba abajo con la mano entre risas, aunque con verdadero orgullo por haber recibido aquel beneplácito por parte de una desconocida que, por lo que sabía, podría ser una inteligencia artificial o un asistente virtual (pero con muy buen sentido del gusto) – Pero… un poco cotilla la tal Rita, ¿no? Dile que la próxima vez avise, o que invite, ya puestos, si quiere cotillear, al menos que se implique… ¿Y esa tal Anna? ¿Cómplice? ¿O le damos el beneficio de la duda?
- ¿Adyara? ¿Pasa al…? – con la frase a medio terminar, observó con sorpresa como una golondrina (un dispositivo de exploración de entornos tecnomágico de Taogami), o algo muy similar, se posaba en la mano extendida. Sin embargo, en vez de mostrarse inquieta o alerta, la chica dejó escapar un sonido de hartazgo, lo que le provocó una risita al muchacho mientras lo guardaba en el bolsillo – ¿Y eso? ¡Ah, vale, lo entiendo! En Taogami tenemos cosas parecidas, aunque, déjame decirlo, más estilizadas y elegantes… ¿Hum?
Chunyu se incline hacia la pantalla para apreciar las imágenes que allí se mostraban. Eran ellos dos, aunque tomadas desde el cielo, ángulo desde el que el muchacho no estaba acostumbrado a verse y, mucho menos, con su ropa nueva, así que tardó unos segundos en darse cuenta de que eran ellos. Adyara parecía especialmente abochornada de aquello, pero Zhu se encogió de hombros como si no pasara nada.
—Bah, no te disculpes. Hay gente que opinaría que la vigilancia cuando ando cerca es una necesidad imperiosa… ¿Dices que toda la tarde? – el tono del muchacho seguía siendo animado, al menos que le supervisara una máquina parecía más eficiente y, tenía que reconocerlo, las fotos que sacaban tampoco estaban tan mal en resolución. - Pues podían haber avisado, ¡así al menos podríamos haberles dado algún posado decent…! ¿Eh? – otro mensaje había entrado mientras prestaba atención a la calidad de las fotos, así que lo leyó casi sin poder impedirlo. Al parecer era la tía de Adyara, valorándole de forma positiva y mencionando a una tal Anna. Zhu apartó la mirada algo sonrojado, no tanto por el contenido sino por el hecho de haber leído algo que no iba dirigido a él, aunque nada comparado con el color del que se tiñó su amiga. Durante unos eternos segundos, ninguno habló hasta que decidió romper el silencio.
- Vaaaale, creo que eso ha sido un poco incómodo. – Se rascó la nuca pensando en qué podría estar pensando Adyara, sin embargo, optó por ser natural. Total, si se lo hubieran dicho a él, no le habría dado importancia, es más, incluso se lo habría enseñado a su acompañante, especialmente si había alabanzas. – - A ver, primero, perdona, no quería leerlo, pero ha entrado justo ahora… Pero, bueno, ¡no pasa anda! Además, esa Rita está claro que tiene un gusto excelente con los chicos, se nota, y, que conste, hablo de manera totalmente objetiva. - se señaló de arriba abajo con la mano entre risas, aunque con verdadero orgullo por haber recibido aquel beneplácito por parte de una desconocida que, por lo que sabía, podría ser una inteligencia artificial o un asistente virtual (pero con muy buen sentido del gusto) – Pero… un poco cotilla la tal Rita, ¿no? Dile que la próxima vez avise, o que invite, ya puestos, si quiere cotillear, al menos que se implique… ¿Y esa tal Anna? ¿Cómplice? ¿O le damos el beneficio de la duda?
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
La chica no sabía donde meterse, estaba colorada hasta la coronilla, roja cual tomate y miraba al suelo intentando pensar alguna manera de hacer la situación menos incómoda. Las palabras de Zhu lograban que su mente, poco a poco, se fuese despejando, aunque la idea y la imagen de ver a una Ángel de mas de ochocientos años avergonzándose por algo así era bastante graciosa. Al cabo de unos momentos el chico volvió ha hablar, sacándola definitivamente de su ensimismamiento y haciéndola sentir un poco idiota por preocuparse tanto cuando él se lo había tomado a risa y como un cumplido. Bromeó sobre la necesidad vital de mantenerlo vigilado y alabó el buen gusto de Rita aunque no supiese quien era. Adyara no pudo evitar emitir una risita ante aquellos comentarios.
Que idiota soy. - Sentenció en voz baja con otra leve risa para si misma y entonces por fin alzó la cabeza, desplazando los mechones naranjas que le había caído delante de la cara, ayudándola hacía unos instantes a esconderse en su vergüenza. Sin duda la forma de ser de su acompañante era contagiosa. - Anna y Rita son mi madre y mi tía adoptivas. ¿Recuerdas que te conté que había estado prisionera en el colgante? Tengo un vacío de memoria alrededor de mi liberación, lo único que recuerdo es despertar en un hospital de Xeonova que actualmente es propiedad de Anna, resulta que cuando me encontraron estaba inconsciente en mitad de los escombros de uno de sus edificios que por motivos desconocidos había explotado. Y me salvó. Me acogió, me dio un hogar y posibilidades de sobrevivir por mi misma aunque no tenía por qué hacerlo... Todavía me acuerdo de sus palabras: "Me sentiría mal dejando a una chica como tu a su suerte" - Una sonrisa cálida y acogedora se posó en sus labios mientras entonaba las palabras que Anna le había dicho. Cogió aire levemente y continuó. - No recuerdo demasiado de mi familia angelical... pero la verdad es que aprecio a la familia que tengo ahora y quiero protegerlas. - Concluyó volviéndose para mirar a Chunyu a los ojos. Lo decía de corazón, y se hacía notar.
Y gracias a tener a las dos mejores mujeres de Xeonova a mis espaldas, he podido superar lo que me pasó y rehacer mi vida hasta el punto en el que estoy. - No había dudas en sus palabras que mostraban su profundo agradecimiento por ambas humanas. - Lo cual nos lleva al punto actual, Rita es una ex-militar retirada que ahora se dedica al desarrollo de ésta tecnología para evitar guerras y atrapar terroristas. Este pequeñajo... - Explicó enseñando nuevamente el dron. - Es un prototipo nuevo en fase de pruebas. Y bueno... ha resultado en que mi tía malinterprete un poco nuestra situación... - Terminó la frase un tanto nerviosa mientras guardaba nuevamente el dron en un bolsillo de su chaqueta. -¡Pero no pasa nada! Solo tendré que aguantarlas unas dos semanas y se les pasará... - Intentó decir con convicción pero sabía que no lograría engañar a nadie, así que antes de que pudiese ir a peor, cambió de tema. -¡Sigamos hacia la cafetería! ¡Quiero algo caliente para beber! - Exclamó con todo el entusiasmo del que pudo hacer acopio y agarró a Zhu por la mano y tiró de él para llevárselo rumbo a Blackbucks.
Que idiota soy. - Sentenció en voz baja con otra leve risa para si misma y entonces por fin alzó la cabeza, desplazando los mechones naranjas que le había caído delante de la cara, ayudándola hacía unos instantes a esconderse en su vergüenza. Sin duda la forma de ser de su acompañante era contagiosa. - Anna y Rita son mi madre y mi tía adoptivas. ¿Recuerdas que te conté que había estado prisionera en el colgante? Tengo un vacío de memoria alrededor de mi liberación, lo único que recuerdo es despertar en un hospital de Xeonova que actualmente es propiedad de Anna, resulta que cuando me encontraron estaba inconsciente en mitad de los escombros de uno de sus edificios que por motivos desconocidos había explotado. Y me salvó. Me acogió, me dio un hogar y posibilidades de sobrevivir por mi misma aunque no tenía por qué hacerlo... Todavía me acuerdo de sus palabras: "Me sentiría mal dejando a una chica como tu a su suerte" - Una sonrisa cálida y acogedora se posó en sus labios mientras entonaba las palabras que Anna le había dicho. Cogió aire levemente y continuó. - No recuerdo demasiado de mi familia angelical... pero la verdad es que aprecio a la familia que tengo ahora y quiero protegerlas. - Concluyó volviéndose para mirar a Chunyu a los ojos. Lo decía de corazón, y se hacía notar.
Y gracias a tener a las dos mejores mujeres de Xeonova a mis espaldas, he podido superar lo que me pasó y rehacer mi vida hasta el punto en el que estoy. - No había dudas en sus palabras que mostraban su profundo agradecimiento por ambas humanas. - Lo cual nos lleva al punto actual, Rita es una ex-militar retirada que ahora se dedica al desarrollo de ésta tecnología para evitar guerras y atrapar terroristas. Este pequeñajo... - Explicó enseñando nuevamente el dron. - Es un prototipo nuevo en fase de pruebas. Y bueno... ha resultado en que mi tía malinterprete un poco nuestra situación... - Terminó la frase un tanto nerviosa mientras guardaba nuevamente el dron en un bolsillo de su chaqueta. -¡Pero no pasa nada! Solo tendré que aguantarlas unas dos semanas y se les pasará... - Intentó decir con convicción pero sabía que no lograría engañar a nadie, así que antes de que pudiese ir a peor, cambió de tema. -¡Sigamos hacia la cafetería! ¡Quiero algo caliente para beber! - Exclamó con todo el entusiasmo del que pudo hacer acopio y agarró a Zhu por la mano y tiró de él para llevárselo rumbo a Blackbucks.
Adyara- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
Tan solo había esperado algún comentario sobre el carácter general de aquellas desconocidas, pero Adyara enseguida se lanzó a explicar con pelos y señales quienes eran. No pudo evitar sentir algo de ternura por su amiga al darse cuenta que, posiblemente, necesitaba un hombro en que apoyarse, y él estaba encantado de serlo. Además, no lo admitiría, pero todo lo que fuera cotilleo le llamaba bastante, y esa historia de madre y tía adoptivas le cojeaba un poco. No dudaba de la parte del hospital, ni del vacío de memoria, ni la acogida, sino más bien de que, en su mente, se había formado la idea de que ambas mujeres eran pareja y, curiosamente, lo primero que había pensado era que tenía suerte de que fueran dos madres, no se imaginaba lo terrible que sería tener doble ración de bromas de padre…
No obstante, lo más sorprendente y con lo que más empatizó, fue su revelación sobre su desconocimiento de su linaje angelical. Había asumido que se trataba de una ángel encarnada, pero, ahora que sabía esto, no pudo evitar sentirse más cercano. Aunque, a diferencia de ella, él no había llegado a tener constancia alguna de su familia angelical, pero podía comprenderla.
- Te entiendo, yo también quiero proteger a mi familia terrenal…
Entonces, finalmente, no pudo evitar una carcajada al oír la explicación sobre el prototipo y que Rita hubiera malinterpretado la situación. En realidad, ni se había planteado que hubiera nada que malinterpretar, pero ahora se daba cuenta.
[colo=red]- Espera… ¿solo dos semanas? Mírame, por favor, lo mínimo doy para un par de meses. Además, cuando vuelvas puedes chantajearlas con las fotos de la tienda.[/color] – sonrió con una expresión pícara al pensar en algunas de aquellas escenas en que, sinceramente y con todo el orgullo, lucía más piel de lo esperable en un ángel imperial – Además, tengo una idea malévola…
Dejándose arrastrar, llegaron a la cafetería de nuevo y, por fortuna, no quedaba ninguno de los clientes de su visita anterior, por lo que pudieron pasar bastante desapercibidos hasta entrar al interior del local, donde Zhu se quedó mirando la oferta de bebidas y comidas.
- Vale, creo que pillaré uno de esos y creo que mejor evito el café o las bebidas energizantes… Creo que un refresco de esos de cola. ¡Todo tamaño XL! ¿Y tú? – mientras hacían cola, había señalado el típico menú de hamburguesa con patatas, en concreto uno bastante cargado y, tras esperar la respuesta de ella y que les atendieran, le propuso su idea. – A ver, yo, lo que yo haría, en tu lugar, volver a Xeonova y montarles una escenita. En plan “le has espantado” “oh, no volveré conocer a un chico tan” y los adjetivos que se te ocurran… Y así, un poco en plan adolescente, dramática, exagerada. Y luego, cuando se sienta incómoda, le enseñas rápido la foto de Zhu versión desierto, para que apenas vea pero viéndola, y luego, ya, pues lo que veas.
No creía que esa fuera la estrategia que siguiera Adyara, aunque en general sí que se había mostrado bastante animada y siguiéndole el juego durante aquellas horas, pero no podía evitar elucubrar que, de tener un aspecto tan adolescente, e incluso de chica adolescente, él se dedicaría a montar dramas por el mundo para incomodar a la gente y luego disfrutar del espectáculo.
No obstante, lo más sorprendente y con lo que más empatizó, fue su revelación sobre su desconocimiento de su linaje angelical. Había asumido que se trataba de una ángel encarnada, pero, ahora que sabía esto, no pudo evitar sentirse más cercano. Aunque, a diferencia de ella, él no había llegado a tener constancia alguna de su familia angelical, pero podía comprenderla.
- Te entiendo, yo también quiero proteger a mi familia terrenal…
Entonces, finalmente, no pudo evitar una carcajada al oír la explicación sobre el prototipo y que Rita hubiera malinterpretado la situación. En realidad, ni se había planteado que hubiera nada que malinterpretar, pero ahora se daba cuenta.
[colo=red]- Espera… ¿solo dos semanas? Mírame, por favor, lo mínimo doy para un par de meses. Además, cuando vuelvas puedes chantajearlas con las fotos de la tienda.[/color] – sonrió con una expresión pícara al pensar en algunas de aquellas escenas en que, sinceramente y con todo el orgullo, lucía más piel de lo esperable en un ángel imperial – Además, tengo una idea malévola…
Dejándose arrastrar, llegaron a la cafetería de nuevo y, por fortuna, no quedaba ninguno de los clientes de su visita anterior, por lo que pudieron pasar bastante desapercibidos hasta entrar al interior del local, donde Zhu se quedó mirando la oferta de bebidas y comidas.
- Vale, creo que pillaré uno de esos y creo que mejor evito el café o las bebidas energizantes… Creo que un refresco de esos de cola. ¡Todo tamaño XL! ¿Y tú? – mientras hacían cola, había señalado el típico menú de hamburguesa con patatas, en concreto uno bastante cargado y, tras esperar la respuesta de ella y que les atendieran, le propuso su idea. – A ver, yo, lo que yo haría, en tu lugar, volver a Xeonova y montarles una escenita. En plan “le has espantado” “oh, no volveré conocer a un chico tan” y los adjetivos que se te ocurran… Y así, un poco en plan adolescente, dramática, exagerada. Y luego, cuando se sienta incómoda, le enseñas rápido la foto de Zhu versión desierto, para que apenas vea pero viéndola, y luego, ya, pues lo que veas.
No creía que esa fuera la estrategia que siguiera Adyara, aunque en general sí que se había mostrado bastante animada y siguiéndole el juego durante aquellas horas, pero no podía evitar elucubrar que, de tener un aspecto tan adolescente, e incluso de chica adolescente, él se dedicaría a montar dramas por el mundo para incomodar a la gente y luego disfrutar del espectáculo.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
No pudo evitar reír cuando el propio chico dijo que mínimo daba para que se estuviesen metiendo con ella un par de meses. -¡Si les enseñase las fotos de la tienda definitivamente lo interpretarían como que somos pareja! - Negó con la cabeza la sugerencia de Zhu, a ella también le gustaban las bromas, pero no sabía hasta que punto podían ilusionarse Anna y Rita si les daba a entender que tenía pareja para luego decirles que había sido todo una broma. Llegó su turno para pedir y el chico se pidió el mayor menú en versión XL que había disponible, ella miró pensativa durante unos segundos y se decidió por una gran taza de chocolate caliente con churros. Tras pagar todo a la dependienta, Adyara cogió la factura y procedió a mirarla en busca del numero grande del encabezado, que indicaba la mesa en la que se sentarían a esperar que les llevasen todo. Una vez localizó el número, arrastró a Chunyu con agilidad entre las mesas hasta llegar a la suya, que casualmente, se encontraba en un gran ventanal que daba hacia la calle.
Eres todo un dramático, Zhu. - Rió alegremente mientras se sentaba. -No puedo negar que sería gracioso hacerlo y ver sus reacciones, pero no se, creo me que sentiría incomoda haciéndolo. - Dijo desviando su mirada hacia la ventana para ver el exterior durante unos segundos y luego se volvió hacia él. - Oye... Tengo la impresión de que llevamos demasiado tiempo hablando de mi y muy poco de ti... - Añadió con una mueca claramente malvada en la cara. - Cuéntame, ¿Cómo es tu vida actual en Taogami? - Preguntó curiosa mientras apoyaba ambos brazos en la mesa. Si bien en el pasado había visto el Imperio de cerca, su portador no había sido un celestial, así que no tenía mucha idea de a qué se podría dedicar uno de su raza allí.
Antes de que el muchacho pudiese responder, apareció una joven camarera con dos bandeja que dejó allí en la mesa, una con el menú XL del lugar y otra repleta de churros alrededor de una gran taza de chocolate, si bien las presentaciones de comida no eran el fuerte del lugar, lo que si destacaba era su sabor y olor, que te abrían el apetito en cuestión de segundos una vez llegaban a ti. Adyara colocó su bandeja ante ella y se recolocó en la silla, adoptando una postura mas cómoda para comer pero antes de empezar alzó ambas manos hacia su nuca, agarrando con una mano su melena naranja para luego con la otra sujetarlo con una liga. Esta acción le trajo recuerdos de la primera vez que había venido con su madre adoptiva a Tera, tenía el pelo suelo y había acabado teniendo que atarselo porque mas de una vez estuvo apunto de lograr teñirse las puntas sin necesidad de salir de aquel local.
Eres todo un dramático, Zhu. - Rió alegremente mientras se sentaba. -No puedo negar que sería gracioso hacerlo y ver sus reacciones, pero no se, creo me que sentiría incomoda haciéndolo. - Dijo desviando su mirada hacia la ventana para ver el exterior durante unos segundos y luego se volvió hacia él. - Oye... Tengo la impresión de que llevamos demasiado tiempo hablando de mi y muy poco de ti... - Añadió con una mueca claramente malvada en la cara. - Cuéntame, ¿Cómo es tu vida actual en Taogami? - Preguntó curiosa mientras apoyaba ambos brazos en la mesa. Si bien en el pasado había visto el Imperio de cerca, su portador no había sido un celestial, así que no tenía mucha idea de a qué se podría dedicar uno de su raza allí.
Antes de que el muchacho pudiese responder, apareció una joven camarera con dos bandeja que dejó allí en la mesa, una con el menú XL del lugar y otra repleta de churros alrededor de una gran taza de chocolate, si bien las presentaciones de comida no eran el fuerte del lugar, lo que si destacaba era su sabor y olor, que te abrían el apetito en cuestión de segundos una vez llegaban a ti. Adyara colocó su bandeja ante ella y se recolocó en la silla, adoptando una postura mas cómoda para comer pero antes de empezar alzó ambas manos hacia su nuca, agarrando con una mano su melena naranja para luego con la otra sujetarlo con una liga. Esta acción le trajo recuerdos de la primera vez que había venido con su madre adoptiva a Tera, tenía el pelo suelo y había acabado teniendo que atarselo porque mas de una vez estuvo apunto de lograr teñirse las puntas sin necesidad de salir de aquel local.
Adyara- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
¿Dramático? Para nada. ¿Pero dispuesto a explotar al máximo una circunstancia que le permitiera serlo sin demasiadas repercusiones? Por supuesto. Mientras se acomodaba y esperaba que les trajeran la comida, escuchó la pregunta de Adyara. De hecho, se sorprendió. En general tendía a ocurrir todo lo contrario, que se centrara tanto en él o que contara más de la cuenta. Debía ser el efecto de su primera visita a Tera. Había estado tan emocionado que había dejado pasar muchas oportunidades para hablar de sí mismo. Lo malo de que surgiera así el tema era que, en cierto modo, le resultaba menos natural.
- ¿Mi vida en Taogami? La verdad, nada especial… – la camarera llegó con la comida que Zhu se quedó mirando con los ojos abiertos a más no poder. No era la primera vez que comía comida de aquella, pero en otras ocasiones había sido algo más rápido o la versión de las islas y, todo fuera dicho, las adaptaciones que se hacían al estilo local nunca le habían terminado de convencer. Para comer comida imperial o imperializada, no iría a una hamburguesería. Pero aquello era genuina comida continental. Mientras ella se colocaba el pelo, dio un gran bocado, disfrutando del sabor, para dirigirse a ella tras tragar. - Y, por esas cosas, llevo la banda esta en el pelo.
Tras dejar escapar una nueva sonrisa (y limpiarse parte de la salsa de la comisura) retomó el tema sobre el que le había preguntado.
- Pues eso, lo que te decía. Nada especialmente emocionante… todavía. Ahora mismo vivo en la isla del Monte Kisokama. Al lado del Templo del Agua, y como conoces el Templo de la Tierra y la Herrería, pues más o menos te haces una idea de cómo es. – sorprendentemente, le costaba hilar u organizar la información, mientras que otras veces podía contarle su vida a cualquier desconocido a la primera de cambio, pero no iba a dejar que eso le frenara. - Y, bueno, no sé, llevo por allí el último medio siglo. Al nacer me acogieron los monjes y… ¡ah! ¿Mi nombre? Zhu, que significa, telita, bermellón, porque la luna se veía rojiza cuando me encontraron, y Chunyu… Bueno, es lluvia de primavera o… regalo del cielo… - las tres últimas palabras apenas fueron un murmullo mientras no pudo evitar sonrojarse con aquello. En general no tenía problemas para presumir o lucirse, pero siempre tenía la sensación de que aquello era incluso demasiado.
Aprovechando la pausa para dar otro bocado a su hamburguesa, dar un trago a la bebida y así recuperar la compostura, sonriendo con naturalidad, aunque aún algo arrebolado, siguió contando.
- Pero no me quedé con ellos, una pareja que no podía tener hijos me crio y, bueno, no hicieron mal trabajo, creo que he salido bastante aparente y decente, pero … siempre dicen que fueron unos dos años terribles que realmente se les hicieron como si hubieran sido veinte – sin poder reprimir una carcajada con eso, dio otro trago - Y luego, pues nada, los monjes me enseñaron artes marciales y saberes del templo, aunque todavía sin llegar a ser miembro como tal, y así. Por ahora hago trabajillos en la isla entre entrenamiento y entrenamiento, a veces en alguno de los templos y otras por mi cuenta. Alguna tarea facilona que me mande el imperio como ángel y ya… – Se rascó la cabeza distraídamente pensando en que, comparado con las vivencias de la chica, todo lo suyo era bastante aburrido, sin embargo, enseguida dio un golpe en la mesa con más energía de la conveniente con una expresión de determinación y una amplia sonrisa (pero al menos no tanta como para cargársela, todo sea dicho, como prueba de que podía controlarse un poco) - ¡Pero seguro que pronto destacaré! Ups, perdón. Pero quiero entrar en alguno de los templos, quizás en el de Fuego, y tener alguna misión importante… no sé, algo más que hacer recados.
Al tratar de dar un sorbo más a su bebida, se dio cuenta de que había dado buena cuenta de su pedido (efectivamente, al igual que todo lo demás, comer lo hacía con énfasis, energía y dedicación) y tan solo quedaban algunas migas y alguna patata del acompañamiento y sonrió como disculpándose, pero tampoco demasiado.
- ¿Mi vida en Taogami? La verdad, nada especial… – la camarera llegó con la comida que Zhu se quedó mirando con los ojos abiertos a más no poder. No era la primera vez que comía comida de aquella, pero en otras ocasiones había sido algo más rápido o la versión de las islas y, todo fuera dicho, las adaptaciones que se hacían al estilo local nunca le habían terminado de convencer. Para comer comida imperial o imperializada, no iría a una hamburguesería. Pero aquello era genuina comida continental. Mientras ella se colocaba el pelo, dio un gran bocado, disfrutando del sabor, para dirigirse a ella tras tragar. - Y, por esas cosas, llevo la banda esta en el pelo.
Tras dejar escapar una nueva sonrisa (y limpiarse parte de la salsa de la comisura) retomó el tema sobre el que le había preguntado.
- Pues eso, lo que te decía. Nada especialmente emocionante… todavía. Ahora mismo vivo en la isla del Monte Kisokama. Al lado del Templo del Agua, y como conoces el Templo de la Tierra y la Herrería, pues más o menos te haces una idea de cómo es. – sorprendentemente, le costaba hilar u organizar la información, mientras que otras veces podía contarle su vida a cualquier desconocido a la primera de cambio, pero no iba a dejar que eso le frenara. - Y, bueno, no sé, llevo por allí el último medio siglo. Al nacer me acogieron los monjes y… ¡ah! ¿Mi nombre? Zhu, que significa, telita, bermellón, porque la luna se veía rojiza cuando me encontraron, y Chunyu… Bueno, es lluvia de primavera o… regalo del cielo… - las tres últimas palabras apenas fueron un murmullo mientras no pudo evitar sonrojarse con aquello. En general no tenía problemas para presumir o lucirse, pero siempre tenía la sensación de que aquello era incluso demasiado.
Aprovechando la pausa para dar otro bocado a su hamburguesa, dar un trago a la bebida y así recuperar la compostura, sonriendo con naturalidad, aunque aún algo arrebolado, siguió contando.
- Pero no me quedé con ellos, una pareja que no podía tener hijos me crio y, bueno, no hicieron mal trabajo, creo que he salido bastante aparente y decente, pero … siempre dicen que fueron unos dos años terribles que realmente se les hicieron como si hubieran sido veinte – sin poder reprimir una carcajada con eso, dio otro trago - Y luego, pues nada, los monjes me enseñaron artes marciales y saberes del templo, aunque todavía sin llegar a ser miembro como tal, y así. Por ahora hago trabajillos en la isla entre entrenamiento y entrenamiento, a veces en alguno de los templos y otras por mi cuenta. Alguna tarea facilona que me mande el imperio como ángel y ya… – Se rascó la cabeza distraídamente pensando en que, comparado con las vivencias de la chica, todo lo suyo era bastante aburrido, sin embargo, enseguida dio un golpe en la mesa con más energía de la conveniente con una expresión de determinación y una amplia sonrisa (pero al menos no tanta como para cargársela, todo sea dicho, como prueba de que podía controlarse un poco) - ¡Pero seguro que pronto destacaré! Ups, perdón. Pero quiero entrar en alguno de los templos, quizás en el de Fuego, y tener alguna misión importante… no sé, algo más que hacer recados.
Al tratar de dar un sorbo más a su bebida, se dio cuenta de que había dado buena cuenta de su pedido (efectivamente, al igual que todo lo demás, comer lo hacía con énfasis, energía y dedicación) y tan solo quedaban algunas migas y alguna patata del acompañamiento y sonrió como disculpándose, pero tampoco demasiado.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
Terminó de atarse el pelo mientras veía a Zhu empezar a disfrutar de su comida, así que cuando terminó hizo lo propio, cogió uno de los churros que rodeaban la taza y después de empaparlo a conciencia, lo devoró disfrutando el calor del café y la mezcla entre entre los sabores de ambas cosas. No pudo evitar emitir una carcajada cuando el chico murmuró el segundo significado de su nombre, no había escuchado bien qué decía exactamente pero debía ser algo tremendamente vergonzoso para que se sonrojase y lo dijese como si quisiese que nadie lo escuchase nunca. Ella por otro lado no tenía ni idea de si su nombre significaba algo o no, y dudaba mucho que lo supiese nunca, aunque no era algo que la molestase ni mucho menos, no tenía demasiado sentido pensar en ello.
Pobres monjes que tuvieron que criarte... Mis condolencias - Dijo con tono claramente burlón y bromista mientras hacia un exagerado gesto de plegaria con ambas manos para que Chunyu pudiese verlo. Una vez terminó su intento por picar al Ángel, volvió a su comida, ya había dado buena cuenta de la mitad de los churros, no comía tan rápido como su compañero, pero eso era imposible, él no estaba comiendo, estaba devorando con saña aquella hamburguesa, como quien llevase sin comer varios días. El golpe en la mesa la hizo dar un pequeño salto de asombro en la silla, no se lo esperaba para nada y la había pillado totalmente desprevenida. Tosió con fuerza ante el sobresalto, tardando varios segundos en recuperarse y lograr que el trozo de comida que se había quedado en su garganta se desatascase y fuese a para a su estómago. Tomó una gran bocanada de aire para intentar relajarse. -Me parece genial que quieras ir al templo del fuego, pero que tu primera acción como adepto no sea matarme, por favor. - Contestó la muchacha intentando contener los restos de tos y la risa sin obtener mejor resultado que reirse y toser a la vez.
A la muchacha todavía le quedaban algunos churros y un poco menos de la mitad de la taza de chocolate cuando vio que el chico ya había extinguido la gran mayoría de lo suyo, quedándole solo algunas patatas. -Si te has quedado con hambre puedes pedir mas, comilón. - Dijo juguetona. - Yo de ti probaría las alitas de pollo a la barbacoa, son pequeñas y están buenísimas. - Comentó tapándose la boca con su mano libre para que nadie la viese masticar mientras daba buena cuenta de otro churro empapado en chocolate. Sorprendentemente a pesar de tener la boca con comida, apenas se notó ninguna diferencia de su hablar normal, era el resultado de comer con Anna, había aprendido a hacerlo solo para poder responder a lo que ella decía mientras comían juntas, ya que la mujer consideraba una victoria cualquier puya no respondida en menos de tres segundos después de que ella terminase de hablar.
Terminó su comida con un largo sorbo de chocolate caliente unos momentos después para quedarse observando a Zhu distraída, su mente estaba repasando como había sido el día y a mas recordaba menos creía que ella pudiese actuar como lo había hecho, sin embargo, se sentía tan natural y cómoda con sus vivencias del día que no le prestó mucha mas atención y trajo de vuelta su mente desde las nubes hasta la mesa del Blackbucks donde se encontraba, no se había dado cuenta de si el chico había pedido mas o no por lo que optó por mantenerse allí sentada esperando un poco mientras cogía una servilleta para limpiarse los labios de los restos de chocolate que sentía que tenía.
Pobres monjes que tuvieron que criarte... Mis condolencias - Dijo con tono claramente burlón y bromista mientras hacia un exagerado gesto de plegaria con ambas manos para que Chunyu pudiese verlo. Una vez terminó su intento por picar al Ángel, volvió a su comida, ya había dado buena cuenta de la mitad de los churros, no comía tan rápido como su compañero, pero eso era imposible, él no estaba comiendo, estaba devorando con saña aquella hamburguesa, como quien llevase sin comer varios días. El golpe en la mesa la hizo dar un pequeño salto de asombro en la silla, no se lo esperaba para nada y la había pillado totalmente desprevenida. Tosió con fuerza ante el sobresalto, tardando varios segundos en recuperarse y lograr que el trozo de comida que se había quedado en su garganta se desatascase y fuese a para a su estómago. Tomó una gran bocanada de aire para intentar relajarse. -Me parece genial que quieras ir al templo del fuego, pero que tu primera acción como adepto no sea matarme, por favor. - Contestó la muchacha intentando contener los restos de tos y la risa sin obtener mejor resultado que reirse y toser a la vez.
A la muchacha todavía le quedaban algunos churros y un poco menos de la mitad de la taza de chocolate cuando vio que el chico ya había extinguido la gran mayoría de lo suyo, quedándole solo algunas patatas. -Si te has quedado con hambre puedes pedir mas, comilón. - Dijo juguetona. - Yo de ti probaría las alitas de pollo a la barbacoa, son pequeñas y están buenísimas. - Comentó tapándose la boca con su mano libre para que nadie la viese masticar mientras daba buena cuenta de otro churro empapado en chocolate. Sorprendentemente a pesar de tener la boca con comida, apenas se notó ninguna diferencia de su hablar normal, era el resultado de comer con Anna, había aprendido a hacerlo solo para poder responder a lo que ella decía mientras comían juntas, ya que la mujer consideraba una victoria cualquier puya no respondida en menos de tres segundos después de que ella terminase de hablar.
Terminó su comida con un largo sorbo de chocolate caliente unos momentos después para quedarse observando a Zhu distraída, su mente estaba repasando como había sido el día y a mas recordaba menos creía que ella pudiese actuar como lo había hecho, sin embargo, se sentía tan natural y cómoda con sus vivencias del día que no le prestó mucha mas atención y trajo de vuelta su mente desde las nubes hasta la mesa del Blackbucks donde se encontraba, no se había dado cuenta de si el chico había pedido mas o no por lo que optó por mantenerse allí sentada esperando un poco mientras cogía una servilleta para limpiarse los labios de los restos de chocolate que sentía que tenía.
Adyara- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
No era la primera vez que oía ese tipo de expresiones sobre los monjes, o sus padres, pero él mismo lo compartía y reconocía que su infancia había sido un periodo bastante estresante. Por fortuna, los ángeles por nacimiento crecían rápido y había compactado la infancia y adolescencia en unas decenas de meses. Zhu compartió la risa con su compañera, aunque sin tener que preocuparse él por atragantarse.
- Bah, teniendo en cuenta que me has sobrevivido hasta ahora, no creo que tengas que preocuparte por nada. - Negó con la cabeza ante la propuesta de más comida. Una cosa era disfrutar y otra excederse – - Creo que me las apunto para la próxima vez. No quiero pasarme de una vez, hay que cuidar la línea. – se palmeó la barriga suavemente mientras sonreía, desde donde su estómago ronroneó – Y tengo que hacer el estómago a estas comidas, en casa suelo tomar cosas menos grasas y, bueno, el cambio lleva su tiempo.
El chico se recostó suavemente contra el respaldo de la silla, ambos compartiendo un momento de silencio, mientras recorría con la mirada el local. Tenía la impresión de que se había acostumbrado enseguida al ambiente de Tera, aunque en parte lo achacaba a que la chica le había hecho muy llevadera la tarde y, por otro lado, creía que el cambio de ropa también ayudaba a ajustar la mentalidad, como si el envase condicionara algo la forma de ver el mundo. A veces le tiraba, por supuesto, y sentía raro el corte de algunas piezas en determinados movimientos, pero no era tan incómodo como habría podido ser. Pero el tiempo pasaba y se estaba haciendo tarde.
- ¿Sabes? Tendría que pasarme por el hotel a dejar las cosas. – señaló con un gesto las bolsas de ropa – ¿Te importa? Además, seguro que Rita espera el parte del último rato. Si es como me imagino estará ansiosa de enterarse de cualquier cosa.
- Bah, teniendo en cuenta que me has sobrevivido hasta ahora, no creo que tengas que preocuparte por nada. - Negó con la cabeza ante la propuesta de más comida. Una cosa era disfrutar y otra excederse – - Creo que me las apunto para la próxima vez. No quiero pasarme de una vez, hay que cuidar la línea. – se palmeó la barriga suavemente mientras sonreía, desde donde su estómago ronroneó – Y tengo que hacer el estómago a estas comidas, en casa suelo tomar cosas menos grasas y, bueno, el cambio lleva su tiempo.
El chico se recostó suavemente contra el respaldo de la silla, ambos compartiendo un momento de silencio, mientras recorría con la mirada el local. Tenía la impresión de que se había acostumbrado enseguida al ambiente de Tera, aunque en parte lo achacaba a que la chica le había hecho muy llevadera la tarde y, por otro lado, creía que el cambio de ropa también ayudaba a ajustar la mentalidad, como si el envase condicionara algo la forma de ver el mundo. A veces le tiraba, por supuesto, y sentía raro el corte de algunas piezas en determinados movimientos, pero no era tan incómodo como habría podido ser. Pero el tiempo pasaba y se estaba haciendo tarde.
- ¿Sabes? Tendría que pasarme por el hotel a dejar las cosas. – señaló con un gesto las bolsas de ropa – ¿Te importa? Además, seguro que Rita espera el parte del último rato. Si es como me imagino estará ansiosa de enterarse de cualquier cosa.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
¿Cuidar la linea? ¡Seguro que aunque te hinchases a comer aquí en cuanto regresases a Taogami, en dos semanas habrías quemado todo! - Dijo risueña la chica al escuchar la negativa del chico, pero le quitó importancia, si no quería mas tampoco iba a obligarle. -Eso si, aqui se acostumbra mucho mas a fritos y aceites que la comida tradicional de Taogami. - Corroboró la chica. Observó al chico dirigir su mirada hacia todo el local, como perdiéndose en la zona e hizo lo propio: Se dedicó a ojear las mesas cercanas distraidamente mirando a ver qué comían los demás, le pareció sorprendente y relajante la vista que se encontró.
¡Ala! ¿Ya me quieres llevar a un hotel? ¡Que no hemos terminado la primera cita todavía! - Habló con voz exageradamente dramática e incrédula mientras dirigía su mirada hacia el Ángel y luego la apartaba como si le acabasen de hacer una proposición extremadamente indecente e inadecuada. Sin embargo no quería perderse la reacción del chico ante algo que él mismo le había puesto en bandeja para hacer, así que a pesar de aparentar mantener la mirada alejada de él, intentó mantenerlo dentro de los extremos de su campo de visión mientras con una mano se tapaba un poco la cara, especialmente la zona de su boca, para evitar que viese la sonrisa bromista que ostentaba.
¡Ala! ¿Ya me quieres llevar a un hotel? ¡Que no hemos terminado la primera cita todavía! - Habló con voz exageradamente dramática e incrédula mientras dirigía su mirada hacia el Ángel y luego la apartaba como si le acabasen de hacer una proposición extremadamente indecente e inadecuada. Sin embargo no quería perderse la reacción del chico ante algo que él mismo le había puesto en bandeja para hacer, así que a pesar de aparentar mantener la mirada alejada de él, intentó mantenerlo dentro de los extremos de su campo de visión mientras con una mano se tapaba un poco la cara, especialmente la zona de su boca, para evitar que viese la sonrisa bromista que ostentaba.
Adyara- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
El chico se quedó trabado unos segundos. Ni se le había pasado por la cabeza que sus palabras pudieran interpretarse de ese modo, él solo quería dejar sus cosas en su hotel y precisamente le estaba pidiendo permiso para ir. Pero, razonando bien, sí que podría dar esa impresión
- No, no, espera… – la faz del muchacho se había tornado roja mientras gesticulaba con las manos extendidas ante él – No quería decir eso… Sólo quería… – durante uno de sus aspavientos nerviosos, golpeó la mesa sin ser consciente de la fuerza que aplicaba y la derribó, echando al suelo todo lo que había encima – Cielos… ¡No ha pasado nada! ¡No es nada! ¡Nada que ver!
Dedicó una sonrisa nerviosa hacia el resto de la cafetería, disculpándose al estilo imperial con inclinaciones consecutivas hacia todos los puntos cardinales antes de agacharse en el suelo, rojo como un tomate, poniendo en pie la mesa y recogiendo las cosas. Desde ahí, justo por encima del borde de la mesa buscó con la mirada a Adyara.
- No, no, espera… – la faz del muchacho se había tornado roja mientras gesticulaba con las manos extendidas ante él – No quería decir eso… Sólo quería… – durante uno de sus aspavientos nerviosos, golpeó la mesa sin ser consciente de la fuerza que aplicaba y la derribó, echando al suelo todo lo que había encima – Cielos… ¡No ha pasado nada! ¡No es nada! ¡Nada que ver!
Dedicó una sonrisa nerviosa hacia el resto de la cafetería, disculpándose al estilo imperial con inclinaciones consecutivas hacia todos los puntos cardinales antes de agacharse en el suelo, rojo como un tomate, poniendo en pie la mesa y recogiendo las cosas. Desde ahí, justo por encima del borde de la mesa buscó con la mirada a Adyara.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
Al ver la reacción de Zhu ante sus palabras Adyara no pudo evitar esbozar una sonrisa enorme que escondía tras su mano, lo había puesto nervioso y lo vio claramente sonrojado, bueno, eso sería decir poco, estaba rojo como un tomate. El chico empezó a agitarse de manera muy nerviosa mientras intentaba excusarse, y en una de estas tumbó la mesa en la que estaban comiendo, haciendo que todo lo que estaba encima cayese al suelo provocando un sonido que inundó toda la cafetería y atrajo la atención de todos. No pudo evitar que se le escapase una risa ante la escena que había ocurrido ante ella y de la cual segundos después se sintió culpable.
Me he pasado, Zhu, lo siento... yo... - Dijo la Ángel con un hilito de voz claramente culpable mientras se agachaba para ayudar a recoger al chico los restos. La camarera de antes no tardó mucho en llegar a la escena y ver lo que había ocurrido y antes de que pudiese decir o hacer nada Adyara la interceptó para decirle que no se preocupara y que trajese algo para recoger los restos que habían quedado esparcidos, así lo hizo, con inesperada eficacia la camarera volvió equipada con útiles de limpieza y en un santiamén parecía que allí nunca había pasado nada. La empleada rogó a los clientes que volviesen a lo suyo y que disculpasen el jaleo, que había sido un accidente y así procedieron a hacerlo los demás. Momento en el que la pelinaranja aprovecho para decirle que ella pagaría los daños causados. Al fin y al cabo, de no haberse excedido con la broma no habría pasado nada.
Volvió al lado del chico después de terminar sus asuntos con la camarera. -Listo, aquí no ha pasado nada. - Anunció. -Ha sido culpa mía por bromear con un tema así, de verdad lo siento. - Se disculpó con sinceridad mientras alzaba ambas manos a la altura de su cabeza para unirlas a modo de súplica. - Va, salgamos. Querías ir a dejar las bolsas en el hotel, ¿no?- Dijo mientras rodeaba al chico para llegar a la silla donde éste había dejado sus bolsas llenas de ropa y cogió una de ellas para luego dirigirse hacia la entrada del local. Intentaba disimularlo pero ella también estaba un poco acalorada debido a la situación, un poco nerviosa incluso, sin embargo, situaciones así las había visto durante mucho tiempo así que reaccionó por puro instinto, ahora sabía que tenían que salir de allí para relajarse. -Vamos, sino me quedaré con tu ropa. - Apresuró mientras se acercaba cada vez mas a la salida del local.
Me he pasado, Zhu, lo siento... yo... - Dijo la Ángel con un hilito de voz claramente culpable mientras se agachaba para ayudar a recoger al chico los restos. La camarera de antes no tardó mucho en llegar a la escena y ver lo que había ocurrido y antes de que pudiese decir o hacer nada Adyara la interceptó para decirle que no se preocupara y que trajese algo para recoger los restos que habían quedado esparcidos, así lo hizo, con inesperada eficacia la camarera volvió equipada con útiles de limpieza y en un santiamén parecía que allí nunca había pasado nada. La empleada rogó a los clientes que volviesen a lo suyo y que disculpasen el jaleo, que había sido un accidente y así procedieron a hacerlo los demás. Momento en el que la pelinaranja aprovecho para decirle que ella pagaría los daños causados. Al fin y al cabo, de no haberse excedido con la broma no habría pasado nada.
Volvió al lado del chico después de terminar sus asuntos con la camarera. -Listo, aquí no ha pasado nada. - Anunció. -Ha sido culpa mía por bromear con un tema así, de verdad lo siento. - Se disculpó con sinceridad mientras alzaba ambas manos a la altura de su cabeza para unirlas a modo de súplica. - Va, salgamos. Querías ir a dejar las bolsas en el hotel, ¿no?- Dijo mientras rodeaba al chico para llegar a la silla donde éste había dejado sus bolsas llenas de ropa y cogió una de ellas para luego dirigirse hacia la entrada del local. Intentaba disimularlo pero ella también estaba un poco acalorada debido a la situación, un poco nerviosa incluso, sin embargo, situaciones así las había visto durante mucho tiempo así que reaccionó por puro instinto, ahora sabía que tenían que salir de allí para relajarse. -Vamos, sino me quedaré con tu ropa. - Apresuró mientras se acercaba cada vez mas a la salida del local.
Adyara- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
No le pasó desapercibida la risa que se le escapó a Adyara mientras él se encontraba recogiendo los bártulos, lo que, en realidad, fue un alivio y le dibujó una sonrisa. Sin embargo, le sorprendió lo resolutiva que se mostró para resolver la situación. La limpieza, la recogida, y la compensación de los daños… Ahora casi se sentía un inútil, aunque al menos todo parecía haber terminado de desarrollarse sin problemas.
- Bah, Adyara, ¡nada que disculpar! ¿No te estaba dando yo ideas antes de cómo ser dramática? Pues lo tengo bien merecido. – volvió a animarse y quitarle importancia a lo que había ocurrido, separándole las manos bajándolas – Además, está claro que se nos da bien montar barullo en esta cafetería. ¡A este paso nos van a negar la entrada!
Zhu la siguió, tras recoger las otras bolsas, en dirección al exterior. Ahora que se había calmado y quedaba claro que no había habido malentendidos sino que había sido una broma, podía estar más tranquilo. Lo único que le inquietaba era que, tras apenas unas horas con ella, ya había sido capaz de encontrar algo que no solo le podía pillar a pie cambiado, sino que le desarmaba casi por completo. Con pasos rápidos, la alcanzó y caminó junto a ella por la calle.
- Sabes, me veo obligado a decirlo, ya que tengo un exquisito sentido del gusto… Si te quedaras mi ropa, siento decirlo, no te iba a quedar bien, lo siento.- su tono había comenzado serio, como si estuviera diciendo algo de vital importancia, pero no era la clase de tono que se le diera bien mantener – Además, me pregunto qué pensarían Anna y Rita de que volvieras a casa con ropa de ESTE chico… - Se rascó la barbilla con un gesto pensativo, dibujando una sonrisa ligeramente burlona – Porque estoy bastante seguro de que, con las imágenes del dron, fácilmente se habrán hecho a la idea de mi físico y sumarán dos más dos… ¿Sabes? Igual hasta sería divertido ver su reacción… – el chico decidió seguir esa línea, parecía una venganza más que adecuada – Además… ¿cogí algo de ropa interior? Creo que sí, pero… ¿estará en esa bolsa…?
Le dedicó una sonrisa maliciosa, no necesitaba conocer a las mujeres para imaginarse, al menos que Adyara podría disfrutar de una notable incomodidad familiar si encontraran que había llevado aquello.
- Bah, Adyara, ¡nada que disculpar! ¿No te estaba dando yo ideas antes de cómo ser dramática? Pues lo tengo bien merecido. – volvió a animarse y quitarle importancia a lo que había ocurrido, separándole las manos bajándolas – Además, está claro que se nos da bien montar barullo en esta cafetería. ¡A este paso nos van a negar la entrada!
Zhu la siguió, tras recoger las otras bolsas, en dirección al exterior. Ahora que se había calmado y quedaba claro que no había habido malentendidos sino que había sido una broma, podía estar más tranquilo. Lo único que le inquietaba era que, tras apenas unas horas con ella, ya había sido capaz de encontrar algo que no solo le podía pillar a pie cambiado, sino que le desarmaba casi por completo. Con pasos rápidos, la alcanzó y caminó junto a ella por la calle.
- Sabes, me veo obligado a decirlo, ya que tengo un exquisito sentido del gusto… Si te quedaras mi ropa, siento decirlo, no te iba a quedar bien, lo siento.- su tono había comenzado serio, como si estuviera diciendo algo de vital importancia, pero no era la clase de tono que se le diera bien mantener – Además, me pregunto qué pensarían Anna y Rita de que volvieras a casa con ropa de ESTE chico… - Se rascó la barbilla con un gesto pensativo, dibujando una sonrisa ligeramente burlona – Porque estoy bastante seguro de que, con las imágenes del dron, fácilmente se habrán hecho a la idea de mi físico y sumarán dos más dos… ¿Sabes? Igual hasta sería divertido ver su reacción… – el chico decidió seguir esa línea, parecía una venganza más que adecuada – Además… ¿cogí algo de ropa interior? Creo que sí, pero… ¿estará en esa bolsa…?
Le dedicó una sonrisa maliciosa, no necesitaba conocer a las mujeres para imaginarse, al menos que Adyara podría disfrutar de una notable incomodidad familiar si encontraran que había llevado aquello.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
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Re: [Pasado] Un café en invierno
Es que me distes una oportunidad para atacar en bandeja de plata...- Dijo la chica cuando él le bajó las manos. Momentos después salieron del local donde ya en el día de hoy habían montado barullo dos veces y entonces esperó que Zhu eligiese camino pues no sabía en donde se estaba hospedando, una vez el chico comenzó a caminar, lo siguió esbozando una alegre sonrisa. -Deberiamos dejar pasar un tiempo antes de volver... - Pensó en voz alta sin darse cuenta mientras miraba hacia el cielo, ahora anaranjado, empezaba a atardecer.
El Imperial entonces hizo una observación que no provocó otra reacción que una risa en ella cuando lo miró y vio que su tono pasaba de serio a cada vez mas risueño, con todo, él decidió seguir ese hilo con la intención de incomodarla pero según iba hablando la chica ensanchaba su sonrisa mas y mas. Disfrutaba aquel pique sano entre ambos por molestarse sin pasarse, y consideraba que de momento, y a la vista de lo ocurrido en la cafetería, iba ganando ella. Amablemente esperó a que él terminar de plantear su teoría. - Hmm... solo hay una manera de averiguarlo. - Dijo agarró la bolsa con ambas manos y la abrió para ver el contenido, a primera vista no parecía haber ropa interior. -No, aquí no parece haber ropa interior tuya. - Añadió mientras esquivaba una persona que venía en dirección contraria y cerraba la bolsa para volver a sujetar con una mano. - Por esa parte me escapo... Y eso de que no me quedarían bien es discutible, a nosotras nos suele quedar vuestra ropa mejor que a vosotros. Quizá si me quedaría un poco larga pero eso se puede arreglar en un par de horas. Y sino siempre les puedo decir que eres mi pareja y darles tu número de teléfono para que te agobien a ti. - Contestó con clara maldad en su voz, acompañándolo de una sonrisa malévola.
Nunca haría algo como aquello, pero tampoco quería dejar que Zhu se saliese con la suya y la idea le había surgido en el momento y parecía factible para rebatirle. -Si te soy sincera no creo que pudiese hacer algo así. - Confesó mientras andaban. -Si me descubriesen caería roja como un tomate, tal cual estabas tu en la cafetería hace poco. - Admitió con cierta vergüenza mientras alzaba la vista nuevamente hacia el cielo. - Además, no quiero ser yo quien ponga bajo el escrutinio milimétrico de esas dos a alguien. - Rió mientras imaginaba lo que serían capaces de hacer su madre y tía adoptiva al pobre que acabase siendo su pareja.
El Imperial entonces hizo una observación que no provocó otra reacción que una risa en ella cuando lo miró y vio que su tono pasaba de serio a cada vez mas risueño, con todo, él decidió seguir ese hilo con la intención de incomodarla pero según iba hablando la chica ensanchaba su sonrisa mas y mas. Disfrutaba aquel pique sano entre ambos por molestarse sin pasarse, y consideraba que de momento, y a la vista de lo ocurrido en la cafetería, iba ganando ella. Amablemente esperó a que él terminar de plantear su teoría. - Hmm... solo hay una manera de averiguarlo. - Dijo agarró la bolsa con ambas manos y la abrió para ver el contenido, a primera vista no parecía haber ropa interior. -No, aquí no parece haber ropa interior tuya. - Añadió mientras esquivaba una persona que venía en dirección contraria y cerraba la bolsa para volver a sujetar con una mano. - Por esa parte me escapo... Y eso de que no me quedarían bien es discutible, a nosotras nos suele quedar vuestra ropa mejor que a vosotros. Quizá si me quedaría un poco larga pero eso se puede arreglar en un par de horas. Y sino siempre les puedo decir que eres mi pareja y darles tu número de teléfono para que te agobien a ti. - Contestó con clara maldad en su voz, acompañándolo de una sonrisa malévola.
Nunca haría algo como aquello, pero tampoco quería dejar que Zhu se saliese con la suya y la idea le había surgido en el momento y parecía factible para rebatirle. -Si te soy sincera no creo que pudiese hacer algo así. - Confesó mientras andaban. -Si me descubriesen caería roja como un tomate, tal cual estabas tu en la cafetería hace poco. - Admitió con cierta vergüenza mientras alzaba la vista nuevamente hacia el cielo. - Además, no quiero ser yo quien ponga bajo el escrutinio milimétrico de esas dos a alguien. - Rió mientras imaginaba lo que serían capaces de hacer su madre y tía adoptiva al pobre que acabase siendo su pareja.
Adyara- Guerrero Celestial
Datos de Personaje
Nivel:
(13/100)
Cristal Entelequia: Ninguno
Talentos:
Re: [Pasado] Un café en invierno
No se esperaba en absoluto que se pusiera a comprobarlo en el momento, aunque al menos no pudo evitar sonreír al oírla confirmarlo. Además, parecía que se lo estaban pasando en grande con aquella charla. Estuvo a punto de discutirle la afirmación sobre que no le quedarían bien, ¿solo un poco más larga? ¿No había visto qué percha tenía? No pudo contener la carcajada ante la idea. Estaba claro que le quedaría grande por todos lados, sobre todo siendo tan menuda como era, pero antes de poder formularlo, su segunda carcajada cortó aquel hilo de pensamiento.
- Perdona, pero estoy seguro de que sería la delicia de esas dos. ¿Agobiarme? ¡Ja! A ver si van a ser ellas las agobiadas. Además, ¿agobiarme hablando sobre mi? Porque, mira, estoy seguro de que me querrían someter a un tercer grado y, ojo a la sorpresa, soy uno de mis temas preferidos. Y lo domino que no veas. Así que si alguna vez necesitas que escrutinien… ¿escrutiñen? ¿escrudrñen?, ¡bah!, ya me entiendes, que se lo hagan a alguien para librarte tú, ¡soy tu ángel!
Sus pasos les estaban sacando de la zona más comercial y de restauración, guiándoles hacia una plaza desde la que partían las calles donde se ubicaban la mayor parte de los hoteles, muchos de los cuales eran de un estatus tan alto que a Zhu casi ni le permitirían mirar desde fuera, pero también conectaba con las zonas más asequibles.
- Y, también, en Taogami llevo una vida un poco estricta, ojo, no te rías, pero con los monjes de los Templos y demás, pues como que tengo que contenerme .- seguramente se necesitaría un complejo ejercicio de imaginación para visualizar a un Zhu monacal – Así que una distracción así sería más que bienvenida.
Sonrió mirando un momento hacia el cielo y la puesta de sol. Ahora que estaban en el exterior había caído que igual habían mandado otro de esos drones (y no podía saber cuánto tiempo podrían tardar en llegar, porque como la ciudad se movía, podía estar ahí al lado o al otro lado del mundo conocido) y esperaba poder dedicarles una foto decente. Si no había ninguno, igual era un gesto un poco tonto, pero era Zhu, no podía evitarlo.
- ¡Ah! ¡Y que no se me olvide! – se giró hacia ella extendiendo la mano con el meñique de la mano derecha extendido – Prométeme que me llevarás un día a Xeonova. Yo te puedo dar un paseo por Todo Taogami, pero la ciudad flotante… ¡Y procuraré no tocar nada delicado! ¿Vale? ¿Promesa de meñique?
Al menos había sido sincero, él mismo sabía que no era capaz de prometer que no tocaría nada delicado, pero sí que procuraría no hacerlo.
- Perdona, pero estoy seguro de que sería la delicia de esas dos. ¿Agobiarme? ¡Ja! A ver si van a ser ellas las agobiadas. Además, ¿agobiarme hablando sobre mi? Porque, mira, estoy seguro de que me querrían someter a un tercer grado y, ojo a la sorpresa, soy uno de mis temas preferidos. Y lo domino que no veas. Así que si alguna vez necesitas que escrutinien… ¿escrutiñen? ¿escrudrñen?, ¡bah!, ya me entiendes, que se lo hagan a alguien para librarte tú, ¡soy tu ángel!
Sus pasos les estaban sacando de la zona más comercial y de restauración, guiándoles hacia una plaza desde la que partían las calles donde se ubicaban la mayor parte de los hoteles, muchos de los cuales eran de un estatus tan alto que a Zhu casi ni le permitirían mirar desde fuera, pero también conectaba con las zonas más asequibles.
- Y, también, en Taogami llevo una vida un poco estricta, ojo, no te rías, pero con los monjes de los Templos y demás, pues como que tengo que contenerme .- seguramente se necesitaría un complejo ejercicio de imaginación para visualizar a un Zhu monacal – Así que una distracción así sería más que bienvenida.
Sonrió mirando un momento hacia el cielo y la puesta de sol. Ahora que estaban en el exterior había caído que igual habían mandado otro de esos drones (y no podía saber cuánto tiempo podrían tardar en llegar, porque como la ciudad se movía, podía estar ahí al lado o al otro lado del mundo conocido) y esperaba poder dedicarles una foto decente. Si no había ninguno, igual era un gesto un poco tonto, pero era Zhu, no podía evitarlo.
- ¡Ah! ¡Y que no se me olvide! – se giró hacia ella extendiendo la mano con el meñique de la mano derecha extendido – Prométeme que me llevarás un día a Xeonova. Yo te puedo dar un paseo por Todo Taogami, pero la ciudad flotante… ¡Y procuraré no tocar nada delicado! ¿Vale? ¿Promesa de meñique?
Al menos había sido sincero, él mismo sabía que no era capaz de prometer que no tocaría nada delicado, pero sí que procuraría no hacerlo.
Chunyu Zhu- Guerrero Celestial
Datos de Personaje
Nivel:
(17/100)
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