Combate al pie del Coliseo: Hanzo Kakuma vs Taneki Akodo

por **Taneki Akodo** Vie Sep 20, 2019 2:36 pm

Aclaración:

La persecución había llegado a un punto de no retorno, Hanzo Kakuma se había vuelto hacia Taneki Akodo y había sacado sus armas para protegerse de un agente de seguridad del gran Imperio de Taogami. El bandido que jugaba a ser un Oni había tomado una decisión que, para bien o para mal, tendría importantes repercusiones para la vida de ambos.

-Siempre podemos hacer lo correcto.- dicho esto, Taneki relajó su postura y, para posible sorpresa de todos, se inclinó frente a su oponente como muestra de respeto- Para encontrar el panal, es necesario capturar a la abeja que busca polen.

¿Por qué había hecho eso? Posiblemente porque aquel asesino se presento y porque Akodo creía que había sido sincero. Si de verdad era su nombre y si de verdad solo era un enviado, capturarlo era necesario para llegar al fondo del asunto. La justicia actuaría, atraparían a los ideólogos de todo este macabro plan, y el honor de la embajadora y de sus hombres sería restaurado... Al menos si Taneki lograba capturar a Hanzo.

Sujetando su katana con ambas manos, miró a su oponente y lo estudió. En primera instancia, parecía un adversario muy bien entrenado en el manejo de las armas y poseía, claramente, un equipo variopinto; por lo que cabría esperar más sorpresas a lo largo del enfrentamiento. Poco a poco, el revuelo que había alrededor del duelo fue apagándose poco a poco y, para Taneki, sólo estaban él y Hanzo.

En un segundo, el samurai alzó la mirada y se lanzó a la carrera contra su oponente. Portaba con ambas manos su katana, por lo que adquiría menos manejo, fuerza y hasta precisión con la misma; aunque no debía confiarse ante las dos hojas de su enemigo. A dos pasos de este, adelantó su pierna izquierda para mostrar que "pretendía" entrar por ese lado pero, en el último instante, cambió su dirección con la ayuda de su pierna derecha. Su idea era hacer una finta y así, desconcertar a su enemigo mientras lanzaba un tajo ascendente con su katana, desde su parte inferior derecha hasta la parte superior izquierda de Taneki. ¿Por medio? La cintura, el torno y el hombro derecho de Hanzo.

Si su argucia funcionaba, el combate terminaría rápido; pero si no, cabría esperar alguna sorpresa por parte del asesino.

por **Hanzo Kakuma** Vie Sep 20, 2019 9:28 pm

A Hanzo le había hecho algo de gracia el comentario y no pudo evitar soltar un corto "ja" de forma seca.

- No puedes pensar de verdad que yo podría conducir a otros. No eres tan estúpido.

Y no lo decía solo porque él no fuese a soltar información, sino que el sistema del submundo de Sen Zei era una red compleja de contactos en la que casi nunca se conocía la información de los contratistas, de las enemistades y en algunos casos, ni la de los propios jefes de los bandos criminales.

Entonces se hizo silencio.

El combate comenzó con Taneki realizando el primer ataque - se acercaba rápidamente, espada agarrada con ambas manos.

Hanzo analizaba su movimiento con detenimiento, pues los primeros pasos son los más importantes para conocer la personalidad de tu rival. Tensó sus músculos para poder tener una reacción en el margen de tiempo más corto posible.

Y ahí llegó - un paso decisivo con la izquierda a la distancia justa para poder atacar, un extraño cambio de movimiento dejando el peso en la pierna derecha. Hanzo sintió el impulso de moverse hacia su derecha, pero no perdió de vista la hoja de la espada, apuntando hacia abajo, filo hacia arriba y dirigido hacia el lado izquierdo del ángel.

Una distracción.

Gracias a la postura que había adoptado, tenía el brazo derecho en guardia - movió la hoja diestra por debajo de la de su rival y empujó hacia arriba, desviando el ataque por encima de su cabeza.

La espada de su rival estaba empuñada por dos manos, Hanzo empuñaba dos con cada brazo. Bloquear el ataque habría resultado en Taneki rompiendo su guardia o desequilibrándolo como mínimo. En su lugar, optó por aprovechar la fuerza del impulso de la hoja y cambiar su dirección mientras Hanzo se agachaba ligeramente y se preparaba para responder.

Gracias a este movimiento, el cuerpo del ángel estaba desprotegido, peligrosamente cerca y el arma alzada. El demonio aprovechó para un sencillo ataque horizontal con su siniestra, apuntando al abdomen.

La fuerza de las dos hojas rozando hizo que decenas de chispas rojas saltaran por los aires, iluminando el sombrío callejón. El enfrentamiento entre dos espadachines experimentados cobraba intensidad.

por **Taneki Akodo** Sáb Sep 21, 2019 10:26 am

Sorprendentemente, su ataque inicial había fracaso: su oponente no era un terrorista de cualquier país incivilizado. Conocía bastante bien las artes de la espada y sabía como cambiar las tornas en la situación cuando se le atacaba con una finta.

Escuchó su respuesta con suma tranquilidad, aunque no tuvo tiempo para responder porque en aquel instante había parado su ataque y pretendía atravesarlo con su otra mano. La situación era compleja y resultaba ser la siguiente: Taneki había realizado una finta y un tajo fallido, actualmente tenía su espada alzada sobre ambos debido al desvío de Hanzo y el terrorista pretendía aprovechar la situación de indefensión para acuchillarlo.

¿Desventajas? Muchas ¿Ventajas? Algunas.

Realizando un paso lateral hacia su derecha, evitó la peor parte de la puñalada y tan sólo recibió una herida superficial en su costado izquierdo... Pero la primera sangre ya estaba realizada. Eso si, mientras realizaba esta esquiva, lanzó un amago con su katana que consistió en hacer descender su espada para que Hanzo procurara parar de nuevo el ataque pero, en realidad, describiría en el último instante un arco con el arma para situar la hoja a la altura de la cintura izquierda del terrorista. En este punto, aprovechando la mayor longitud de la hoja, daría un tajo desde la izquierda de Hanzo hasta su derecha para cortar su cintura a la altura del estómago. Mientras hacía este movimiento, y gracias a la mayor longitud de su katana, daría un paso hacia atrás para distanciarse de su oponente.

- Una abeja obrera nunca podrá llegar hasta la reina, no son de la misma condición, pero hasta los insectos tienen una jerarquía que puede ser rastreada con tiempo y paciencia. - No esperaba, por supuesto, que Hanzo lo condujera dando un paseo hasta el fondo de este turbio asunto... Pero sabía cosas y Taneki se las arrancaría. Ahora, en un interrogatorio, en un juicio o... en la cárcel.

por **Hanzo Kakuma** Sáb Sep 21, 2019 11:50 am

Taneki se movió, cómo era coherente, en la dirección opuesta de la hoja evitando gran parte del daño exceptuando un corte superficial. Acto seguido, Hanzo percibió que iba a hacer descender su espada sobre él.

Al igual que antes, el shinobi no pensaba detener la espada usando mera fuerza - primero, porque las armas endebles que empuñaba eran para ocasiones extraordinarias y no servirían en un combate muy largo contra un ángel experimentado. Y segundo, los golpes de Taneki serían mucho más fuertes al usar ambas manos, a menos que Hanzo se defendiera con ambas espadas.

Sus intenciones eran rotar por el suelo aprovechando que se había agachado para su anterior ataque - pero, ¿en qué dirección? Hacia atrás le dejaría expuesto a un ataque por la longitud de la espada y hacia los lados estaría a la merced de la hoja o de una patada directa.

Taneki se movió a su izquierda para evitar el golpe y la decisión estaba clara - Hanzo siguió agachando su cuerpo y rodó por el suelo de frente, en el espacio que el ángel dejó abierto.

Se incorporó al terminar la pirueta y al mirar por el hombro observó que su rival también había dado un paso hacia atrás por lo que ambos quedaban a meros centímetros el uno del otro, de espaldas.

- Te confundes, ángel. No soy una abeja... - dijo mientras se giraba a la derecha.

No buscaba golpear con la espada. Temía que si bloqueaba con su katana, resquebrajaría sus hojas y luego su rival podría ir con todo a por él. Buscó propinar un golpe con el extremo empuñadura a la altura de su cabeza para aturdirlo o alejarlo de él.

- Soy un escorpión - dijo, terminando la frase.

Aunque le habría gustado explicar la metáfora, no quería darle más información a su enemigo. Realmente él no se sentía parte de ninguna organización criminal, solo se aprovechaba de aquellos que necesitaban una espada para reunir recursos para poder cumplir sus propios propósitos.

por **Lorelei** Sáb Sep 21, 2019 5:01 pm

No vengo a molestar.:

Una hermosa concubina contemplaba desde la sombra puntiaguda de su capucha y sobre el tapiz coloreado de su abanico a un sol despiadado. El astro rey bañaba de luz ardiente a la desafortunada muchedumbre del coliseo mientras que los ricos estaban cubiertos en los palcos, aunque, eso sí, el calor era de todas formas bastante molesto. Se mostraba impaciente agitando el paipay, deseando ver la contienda sangrienta que estaba a punto de comenzar en la arena.

Lorelei había querido acompañar al portavoz del rey para asegurarse de que los acuerdos comerciales entre el Reino de Kardas y el Imperio de Taogami se llevaran a cabo sin titubeos ni triquiñuelas.

-Rodrigo, querido -. Dijo Lorelei en altavoz para que le prestara atención. -La embajadora querrá conocer nuestras costumbres… No escatimes en detalles -.

Rodrigo era una persona bastante rechoncha que fácilmente podía pesar unos ciento diez kilos. Había sido escogido para hablar por el rey por los setenta kilos de humor que poseía y los cuarenta de inteligencia. Después de dedicarle una sonrisa a la doncella que se ocultaba detrás de los abanicos, se volvió hacia Kaiyo Ishiba para continuar la conversación por donde la habían dejado. La frente le sudaba y las mejillas las tenía encendidas en rojo vivo a causas del calor.

De repente, el guardaespaldas de la embajadora se lanzó hacia ella para protegerla de algo que, sin ir más lejos, no pudo detener. Una flecha silbó fugaz acompañada al unísono de una explosión. Lorelei ni se inmutó, estaba algo atónita por la sorpresa de un ataque terrorista, sí, pero parecía darle igual que la embajadora y Rodrigo se hubieran convertido en una papilla sanguinolenta en sus narices. Por suerte, el resto de los políticos estaban vivos. A Lorelei Lo que realmente la conmocionó fueron las dos hermosas alas blancas que emergieron del guardaespaldas para alzar el vuelo hacia el terrorista. Aquello la excitó de sobremanera y despertó su curiosidad. Se levantó del palco y se paseó entre el pánico, evitando el contacto con la plebe sorteando escalones y columnas hasta alcanzar a ver al ángel y al asesino de Kaiyo y Rodrigo. Para cuando llegó, ellos ya estaban peleando. Sentía intriga y emoción por verlos luchar a los dos, pero prefirió guardar silencio desde las distancias y fotografiarlos durante un rato.

-A la diosa Shamshiel no le hará gracia los planes que tengo para ti, Lucifer… Los dioses me sonríen -.

Al cabo de unos cinco minutos Lorelei se marchó sin dejar rastro; habían asuntos que atender ahora que los acuerdos comerciales pendían de un hilo.

por **Taneki Akodo** Sáb Sep 21, 2019 6:51 pm

Taneki Akodo no se había percatado en ningún momento, ni tampoco el resto de la guardia de ángeles, de la presencia de una demonio en mitad del palco presidencial del coliseo. Si los ángeles fueran conscientes del grado de corrupción en el que se encontraba el Reino de Kardas, seguramente no procurarían tener unas relaciones tan abiertas entre ambas partes. ¿Quién sabe que consecuencias podría tener este atentado? ¿Enfriamiento de las relaciones o todo lo contrario?

El duelo entre Hanzo y Taneki se antojaba tenso para ambos pues, a decir verdad, tenían unas cualidades de combate muy similares. El estilo de Hanzo buscaba la corta distancia y, en cambio, Akodo prefería una separación media para utilizar mejor su katana y sus características. En mitad de aquel duelo, el Oni se había puesto a rodar y con ello había evitado su tajo; lo cual provocó que el ángel frunciera su ceño bajo la máscara. Ahora estaban espalda contra espalda y ello suponía una clara desventaja para el samurai.

Si no hacía nada, seguramente sería golpeado y, posiblemente, acuchillado de forma vil y rastrera. Así que, sin pensarlo un sólo instante, extendió sus alas como si fuera a emprender el vuelo pero, con ello, tan sólo quería generar confusión y sorpresa en Hanzo que, al estar de espaldas, no podría ver esto.

Cuando intento golpear a Taneki con la empuñadura de su cuchillo, las alas del ángel le golpearon bajo los antebrazos para que no pudiera llegar a golpearlo en su cabeza. De esta forma, con un giro sorpresivo sobre si mismo, descargaría un poderoso tajo ascendente, describiendo un arco corto con la hoja, que buscaría cortarle la pierna izquierda a la altura de la parte superior del fémur y así, mientras cortaba, poder desgarrar su cuerpo hasta alcanzar sus intestinos.

De esta forma, quedarían cara a cara y, acertara o no, daría dos pasos hacía atrás para ganar algo de ventaja... Aunque bien podría Hanzo truncar sus planes y, ciertamente, tenía capacidad para ello.

por **Hanzo Kakuma** Dom Sep 22, 2019 9:19 am

Las alas del ángel se desplegaron inesperadamente con fuerza y no pudo golpearle. Seguidamente, Taneki se giraba con rapidez para propinar un tajo que golpearía su pierna izquierda.

No podía permitir que su rival tuviera la distancia necesaria para usar su espada, y aunque eso supondría arriesgarse a una herida, decidió mantener su postura.

Con todos los reflejos de los que disponía, interpuso su espada izquierda en la trayectoria del tajo rival - la hoja del ángel consiguió dar en su pierna izquierda, pero consiguió detener que ascendiera.

Un hilo de sangre brotó de la herida, pero por suerte no era demasiado profunda. Y Taneki comenzó a retroceder.

Antes de que pudiera alejarse demasiado de él, con la diestra libre descargó un tajo en diagonal desde arriba sobre el hombro izquierdo de Taneki - pues ahora estaban de frente - hasta la parte derecha de su cintura.

La espada del ángel estaba bloqueada y la distancia entre ambos no era aún completa. ¿Cómo se defendería su rival del ataque?

por **Taneki Akodo** Dom Sep 22, 2019 10:29 am

Taneki había logrado herir a su oponente, pero la distancia entre ambos beneficiaba a Hanzo pues, en esa situación, no podía utilizar su katana de forma adecuada. No sólo eso, sino que el Oni portaba dos armas de filo y, mientras con la primera detenía a Taneki, pretendía llevar a cabo un tajo sobre el hombro izquierdo de Akodo.

¿Que posibilidades tenía? Ciertamente, muy pocas siendo realista. Entre la lanza y la pared, con pocas posibilidades de salida, el león era más peligroso. Lo mismo ocurría con los ejércitos, si acorralabas a un batallón entre el mar y la montaña y no veían forma de salir vivos, seguramente murieran pero cada guerrero valdría por cinco por, sencillamente, el instinto de salvar la vida. Taneki estaba en una situación similar porque, en aquel momento, su honor era su pared.

Si avanzaba hacia atrás, tendría que dejar su katana clavada en el cuerpo de su oponente y ello era un riesgo personal muy grande y un gran deshonor hacia su persona. Tampoco podía "avanzar", porque su tajo había sido frenado y Hanzo tenía la ventaja de la situación o, dicho de otra forma, del "terreno".

Era el momento de sacrificarse por un fin superior ¿Qué era lo más importante? Sin duda, necesitaba su hombro para luchar, pero no necesitaba sus alas para poder desplazarse. Así que, para procurar una posible victoria, interpuso su ala izquierda entre sí y Hanzo, de forma que este desgarró y atravesó sin piedad esa extremidad ¿El ala? Inutilizada ¿El dolor? Intenso.

No emitió sonido de dolor alguno, pero Hanzo Kakuma bien podría sentir la tensión y el temblor de dolor en el cuerpo de Taneki. Podría, o no, estar sorprendido pero con un sencillo movimiento de sus muñecas, el filo de su katana dejaría de mirar hacia arriba para apuntar hacia el interior de la pierna de Hanzo.

¿El dolor para él? Seguramente mucho más intenso de lo que había sentido Akodo ¿Su cuchillo? Situado en la parte roma de su katana. En ese momento, Akodo tan solo desplazó el arma para sesgar piel, tendones, músculo y hueso de su pierna para, ciertamente, cortarla por completo y continuar para seguir sesgando la otra pierna del Oni. Si su plan tenía éxito, el combate seguramente habría terminado pero tampoco se confiaba pues su enemigo bien podría idear algo para salvar la situación.

Su sacrificio en el combate quizás podría entenderse como una locura... Pero él podía volar y caminar y, que supiera, su enemigo solo podía andar.

-Una abeja es más difícil de atrapar que un escorpión.

por **Hanzo Kakuma** Dom Sep 22, 2019 11:07 am

El ángel usó su ala para salvar su brazo, una estrategia que le aseguraba la persistencia en el combate, pero para Hanzo aquella era la oportunidad que esperaba.

Aunque un dolor punzante le alertó. Abrió los ojos de par en par ante la idea de que Taneki iba a insistir en cortarle la pierna.

Usó toda la fuerza de su brazo izquierdo para empujar la hoja hacia fuera antes de que le causara daño grave y con su sable derecho golpeó la hoja del rival con toda su fuerza, realizando un tajo curvo hacia abajo, intentando que el choque de los metales alejara la espada de él.

En el momento del choque y una vez liberado del tacto del frío acero soltó el arma de su diestra a la vez que volvía a realizar una voltereta hacia atrás. Mientras la realizaba introducía la mano en el bolsillo y agarraba dos de las 3 bombas de humo que tenía.

Al incorporarse sintió un dolor punzante en la pierna y supo con seguridad que se estaba empezando a desangrar. Tiró las dos pequeñas esferas al suelo con fuerza, lo que causó un pequeño estallido y casi de inmediato se levantó una capa densa en un ratio de 5 metros.

Usando su pierna buena, saltó a la pared de sus izquierda y se agarró con sus manos a uno de los salientes. Siguió escalando rápidamente usando los brazos y la pierna buena mientras oía desde abajo como se acercaban coches policiales.

"La has liado bien, Hanzo" pensó.

Su objetivo era encontrar la pistola de gancho que había dejado colgada minutos antes, usarla de ascensor y escapar al tejado. Allí podría hacerse vendarse la pierna debidamente.

Con seguridad Taneki se daría cuenta a dónde fue Hanzo por el rastro de sangre, una vez el humo se hubiese despejado pero seguirle ya no sería tan fácil como hace un momento. ¿Le seguiría el ángel hasta el tejado a pesar de la herida que había sufrido?

por **Taneki Akodo** Dom Sep 22, 2019 1:47 pm

Su estrategia había surtido efecto y el cazador del león se había convertido en una presa. El batallón aislado entre el mar y su enemigo, había roto su frente; pero con su huída el habían escapado con todo el botín. Taneki Akodo no pudo evitar toser y tuvo que envainar su espada para salir de aquella humareda lo más rápidamente posible.

La presa del león había escapado. Antes de que pudiera reaccionar, la policía de Kardas había rodeado al samurai y se preparaban para asistirle:

-Señor, permanezca aquí unos instantes, una ambulancia está en camino- solicitó uno de los agentes de policía de la ciudad al ver las heridas de su compañero de Taogami. Taneki, frustrado ante la huída de Hanzo, tan solo añadió lo siguiente:

-No debe andar lejos, está gravemente herido de una pierna- y, en ese momento, se dió cuenta de que había un rastro nítido de sangre-¡Rodead ese barrio! No va a escapar ¡Vigilad el alcantarillado!

Al principio, los agentes de Kardas miraron perplejos al samurai: ¿Quién se creía que era? Pero, cuando vieron que este se levantaba para seguir ese rastro, se quedaron perplejos.

-Ese terrorista no va a escapar, por mi honor que lo atraparé- dicho esto, limpió su espada con un paño que llevaba entre sus ropajes, pues para él su arma era un objeto sumamente sagrado, y prosiguió la persecución.

Los policías no hicieron nada para deternerlo, debieron pensar que aquel hombre rozaba una obstinación enfermiza; pero rápidamente se pusieron a trabajar para acordonar la zona tanto por arriba como por abajo.

Taneki, siguiendo el rastro de sangre y su propia intuición, llegó hasta la azotea de un edificio cercano. Allí encontró a Hanzo con su pierna vendada mientras procuraba descansar de la pelea anterior. El samurai había estado más preocupado por cuidar su arma que por su propio aspecto, pero u determinación era más fuerte que nunca:

-Hanzo Hakuma, has luchado bien pero es el momento de rendirse- dicho esto señaló al lado opuesto de la azotea- suelta tus armas y ante el juicio diré que luchaste con valor.

En Taogami era muy importante el honor y, defender la valía personal con valentía era considerado un derecho y un deber para cualquiera, que un agente de ley diera esa muestra de respeto podía ser tomada en cuenta por un juez.

-La policía de Kardas va a acordonar la zona, si no te atrapo yo lo hará un... occidental- su desprecio hacia el inepto hacer de Kardas era evidente- Aún estás a tiempo de hacer lo correcto.

Su ala derecha estaba totalmente ensangrentada, su cuerpo estaba tensado por el dolor pero, por el momento, podría aguantar. En el fondo deseaba que Hanzo aceptara con honor entregarse ante la ley, pero estaba preparado para volver a luchar... ¿Si escapaba de nuevo? Quedaría en manos de la policía de Kardas pero Taneki tenía serias dudas de que fueran capaces de atrapar a un cojo: eran unos incompetentes.

por **Hanzo Kakuma** Dom Sep 22, 2019 2:42 pm

Fue fácil llegar a la pistola de gancho, la humareda era densa y nadie le había visto escabullirse. La cogió y mantuvo la opción de recoger cuerda, lo que le elevó 20 metros hasta el tejado del edificio.

Una vez allí, arrancó las mangas de su camisa de botones y se hizo una venda improvisada alrededor de la pierna. La herida no era muy grave, pero sangraba, escocía, y tampoco le permitiría correr mucho hasta dentro de al menos un día de reposo.

Se quedó sentado, apoyando la espalda en el muro y recuperando aire.

Aún llevaba la espada que empuñaba con su izquierda - podía ver una muesca interesante en la hoja, y eso que solo la había usado para bloquear una vez. Suspiró y la dejó en el suelo esperando no tener que empuñarla.

Necesitaba revisar la calidad de su equipo cuando volviera.

Entonces volvió Taneki. Hanzo se río por lo bajo.

- Veo que no te gustan los extranjeros - dijo con sorna -, qué ironía.

Volvió a ponerse de pie, disimulando el escozor que sentía aún por la herida. Levantó el brazo derecho en el que empuñaba la pistola de gancho que recogió hace un momento y apuntó a un edificio vecino.

Luego giró la cabeza hacia Taneki de nuevo.

- Eres muy obstinado.

Pero no llegó a disparar, simplemente dejó caer la herramienta al suelo. Sacó la última bomba de humo de su bolsillo y la dejó rodar por el suelo, suavemente. Luego se puso de rodillas y puso las manos detrás de la cabeza.

- No me agrada decir esto, Taneki Akodo, pero creo que nos parecemos. Y siento que al final de esta historia vas a aprender una lección muy importante.

Un helicóptero que peinaba la zona justo pasaba al lado y apunto hacia los dos inmortales. Las fuerzas policiales no tardarían mucho en alcanzarles también.

Pero Hanzo estaba siniestramente tranquilo.

por **Taneki Akodo** Dom Sep 22, 2019 10:43 pm

Hanzo Kakuma parecía muy tranquilo, quizás demasiado para el gusto de Taneki, pero este no pudo evitar mostrar una sonrisa de satisfacción bajo su máscara de Tengu. No quería confiarse, el Oni había puesto las manos sobre su cabeza y se había arrodillado; pero el ángel no había visto que tirara sus armas de filo junto a su granada y su pistola.

Un helicóptero sobrevolaba la zona, las fuerzas especiales de Kardas no tardarían en llegar y en intentar anotarse el tanto de su trabajo. Caminando con paso pausado, el ángel se puso tras la espalda de Hanzo y la sombra de Taneki cubrió su cuerpo:

-Deberías ser más abeja y menos escorpión.- Akodo seguía insistiendo en su idea- Tanto el yin como el yang contribuyen a crear la armonía en el cosmos.

No era que se parecieran, era que ambos eran necesarios.

Dicho esto puso su katana cerca del cuello de Hanzo, pero sin amenazarlo en exceso. Aquella era un mero requerimiento burocrático, para evitar que escapara. Mientras esperaba a sus compañeros, varios agentes de seguridad de Kardas intentaron llevarse a su prisionero pero Akodo fue tajante al respecto:

-Asunto de Taogami. Captura de Taogami. Prisionero de Taogami.- cuando el resto de sus compañeros de seguridad llegaron, le ayudaron a esposar y a pendren a Hanzo. Era un tipo peligroso que podía tener muchos ases en la manga, de hecho su tranquilidad infundía cierto malestar en Taneki ¿Resignación o tramaba algo? Cuando un barco volador apareció, del Templo del Aire de Sen Zei, y los agentes se preparaban para llevar a Hakuma hasta la capital. Taneki le preguntó lo siguiente antes de acompañarlo al interior del barco:

-¿Qué lección piensas que aprenderé?- dicho esto, esperó la respuesta y, después, se sentaría en el interior del barco para dejarse atender por un grupo de sacerdotes del Templo del Agua.

-Curad bien sus heridas, es un buen guerrero y merece ese respeto- sería lo último que añadiría Taneki en referencia a su prisionero hasta que llegaran a su destino.

A partir de ese momento todo quedaría en manos de la justicia, aunque antes llevarían a cabo un interrogatorio.

por **Hanzo Kakuma** Lun Sep 23, 2019 7:23 pm

Taneki se aseguro de que Hanzo no pudiese escapar colocando la espada a su cuello. El shinobi no se inmutó, estaba familiarizado con los métodos honorables que su rival mostraba y no sentía que estuviera en peligro.

Los refuerzos llegaron, pronto una multitud entera estaba allí para custodiarle. Y Taneki, antes de partir, preguntó curioso a qué se refería cuando dijo lo de la lección.

- Hay tiempo de sobra, ángel. Ya te darás cuenta por ti mismo.

Dicho eso, se fueron empezando un nuevo episodio en sus vidas.

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